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La Casa de Papel y el nuevo consumismo de Netflix

Por en agosto 2, 2019

Por  María Fernanda Navia Fernández

Jonathan Felipe Mosquera Cerón (*)

La casa de papel, que hoy cuenta con tres temporadas, es una serie que se estrenó el 2 de mayo del 2017, la cual ha generado mucha controversia y que también ha gustado en muchos países, pues se convirtió en la serie de habla hispana más vista de la plataforma Netflix. Para aquellos que no conocen esta serie, se trata de un grupo de personas que se prepara durante cinco meses para realizar un hurto de 11 días en la fábrica Nacional de Moneda y Timbre en España.

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El director de la serie, Alex Pina, menciona que esta producción tiene éxito porque ha conectado con el sentimiento de muchas personas de otros países, pues el pensamiento de los personajes es considerado como antisistema y antigobierno, generando una imagen de decepción y resistencia hacía el mismo. Además, personajes como “el profesor”, captan la atención de la audiencia, pues se caracteriza por tener todo planeado desde un principio, investigando a detalle los pasos de la policía, estudiando el código penal, encontrando así solución a cada problema que se presenta durante el desarrollo de la serie.

Otra de las razones por las que esta serie ha gustado tanto, es por su inusual forma de hacerle creer a la audiencia que los delincuentes que participan en el asalto son personas sensibles, pobres, que tuvieron una vida desafortunada y que están ahí para salvar a su familia o por amor a alguien; además, el hecho de colocar las horas de atraco y el día en el que se encuentran, hace sentir que se está dentro de la serie, generando así un tipo de cercanía y vínculo con los personajes y a lo que a estos les sucede.

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Es increíble el impacto en los imaginaros colectivos que ha tenido esta serie alrededor del mundo, que incluso, ha inspirado delitos reales, así como pasó en Brasil, en donde ocho personas se saltaron la seguridad del aeropuerto internacional de Sao Paulo – Guarulhos, disfrazados de policías y saliendo con una camioneta clonada, logrando hurtar 750 kilos de oro y “otros metales preciosos, valorados en 30 millones de dólares”, así lo informó el diario RT en la noticia titulada “La casa de papel a la brasileña”.

Por otra parte, el hecho que en la tercera temporada exista un personaje llamado “Bogotá”, ha generado emoción y atracción hacia los consumidores colombianos de esta serie, pues sentimientos como el “orgullo” han salido a flote, debido a que es la segunda ciudad latinoamericana que es tenida en cuenta para el desarrollo de la serie (después de Río de Janeiro). Además, esta también es una estrategia de los productores de la serie para captar nuevos consumidores de la misma, y así seguir ampliando el margen de audiencia.

Sin embargo, más allá del auge y las diferentes reacciones que ha tenido esta producción, es propiamente menester analizar lo que este tipo de nuevas plataformas están generando en la sociedad contemporánea, creándose (desde el punto de vista de autores como Max Neef), nuevos satisfactores que determina el mercado, y que en últimas se ven reflejados en la necesidad de consumir estas producciones y así  pertenecer a los nuevos prototipos de moda que se están constituyendo.

Finalmente, debe mencionarse que un factor fundamental que reproduce este nuevo tipo de lógicas es todo lo que implica conectarse (desde la perspectiva de McLuhan) a la aldea global. Situación que ha hecho que los medios de comunicación convencionales como la radio o la televisión se encuentren en la necesidad de evolucionar a estas nuevas plataformas digitales, y así comprender un nuevo tipo de consumismo y criterio que desde las nuevas generaciones empieza a gestarse.

(*) Estudiantes del programa de Ciencia Política

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