¿Están Popayán y el Cauca preparados para el Covid-19?

Por en abril 12, 2020

Por Aura Isabel Olano

A esa pregunta es obvio que se responda que ninguna región del mundo estaba preparada para hacerle frente al desconocido y letal coronavirus, mucho menos el Departamento del Cauca y su capital. Sin embargo, cabe preguntar ¿qué están haciendo las autoridades para que los centros asistenciales, como el Hospital Universitario San José, que es el de referencia departamental en esta emergencia, le puedan hacer frente a esta pandemia?

Los aplausos al sector salud, desde luego muy merecidos y quizás estimulantes, no son suficientes para atender esta crisis sanitaria, pues así no haya hasta el momento enfermos graves hospitalizados en Popayán, solo ocho sospechosos en la sala Covid (dato a Jueves Santo), más allá del lavado de manos, del confinamiento de la población, que es una obligación moral, los centros asistenciales necesitan con urgencia más camas en las UCI, las 76 en todo Popayán no serían suficientes, máxime con pacientes de otras poblaciones. Se habla de un proyecto de seis más para el hospital Susana López, serían, entonces 82, que tampoco alcanzarían a cubrir una demanda como la que se presagia. Las existentes en la actualidad están ocupadas en un 90%.  

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En nuestro hospital de referencia, de tercer nivel de complejidad médica, hay 29 camas en las dos unidades de Cuidados Intensivos, con sus respectivos 29 respiradores, y la denominada sala Covid tiene siete ventiladores, es decir que son 36, no se sabe si en depósito hay muchas más, pues el alcalde de Popayán habló de la existencia de 210 ventiladores. En cuanto a camas, en todo el hospital, sumando los diferentes servicios existen 490 camas. Se afirma que por expansión intrahospitalaria fase II habría 335 y por expansión extrahospitalaria fase III, se llegaría a 1.457   

Además, esas camas necesitan recurso humano. Quizás, no se ha hablado, por ejemplo, de la importancia de la terapia respiratoria en esta emergencia. Para manejar la ventilación mecánica, un profesional en esta área podría atender entre 5 y 8 pacientes, porque su función es la toma de la muestra, el manejo de la ventilación, la asistencia de la entubación y el manejo paliativo de la enfermedad respiratoria.

Al parecer, puede haber 40 terapeutas, y si se presenta una gran emergencia se necesitarían 63 profesionales para 500 respiradores.

Pero, adicionalmente, hay un problema de marca mayor. Resulta que este personal, que estará en la primera línea de atención, está subcontratado, pertenece a ese inicuo sistema que tercerizó el empleo y es manejado por sindicatos que se benefician del trabajo ajeno, cuando debería ser el hospital el que se encargara de su nómina de personal, como lo fue siempre. 

Como se viene evacuando el hospital, dando de alta a enfermos no graves para atender la emergencia, resulta que no se está requiriendo de los servicios de auxiliares de enfermería, hombres y mujeres subcontratados, desmejorándoles sus honorarios, debido a que no han hecho horas de trabajo suficientes y el próximo mes no van a recibir mayor ingreso, algunos, incluso, nada. 

En términos de dinero, el promedio que estos “héroes y heroínas” perciben por su trabajo es de $1’200.000. Cuando comiencen a llegar al hospital muchos enfermos contagiados, que ojalá no sea así, el hospital requerirá de los servicios de ese ejército de valientes que laborará muchas horas, de día y de noche, hasta el cansancio, con riesgo de infectarse y les pagarán honorarios de miseria, porque no es sueldo, los contratos no tienen beneficios de ley. Muchas personas llevan 20 y hasta 25 años por contrato en el hospital. De un total de 1.600 personas vinculadas, 100 son de planta y 1.500 por contrato de prestación de servicios, entre ellos médicos generales, especialistas, enfermeras, terapeutas respiratorios, fisioterapeutas, nutricionistas, auxiliares de enfermería, entre otros. Terapeutas respiratorios solo hay 15 en el Cauca, por lo que son apoyados por fisioterapeutas con especialización en terapia respiratoria.

Como se puede deducir, falta personal en los diferentes campos, no como dijo de manera ligera la secretaria de Gobierno, cuando fungía de alcaldesa encargada, que había disponibilidad de personal. Eso no es serio ante esta crisis que se avecina. 

Igualmente, hay que proteger al personal hospitalario y surtirlo de elementos y material de bioseguridad indispensables, como tapabocas N 95, batas, entre otros. 

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El 18 de marzo este medio de comunicación, vía WhatsApp, le formuló varias preguntas al secretario de Salud del Municipio de Popayán, enfermero Óscar Ospina, entre ellas, cómo se estaban preparando los hospitales y clínicas de la ciudad para atender posibles casos de contagio. Con cuántas camas se contaba, cuántos ventiladores y demás elementos e insumos. Confirmó el recibido, pero no respondió; se le insistió, y su respuesta fue: “Entenderá usted que tenemos otras prioridades que nos agotan en nuestras capacidades. Prefiero estar actuando que dando información que usted puede consultar en otras fuentes oficiales”. Al recordarle que si era “negación de información”,  respondió con su ya usual altanería e hizo que una funcionaria enviara a este portal una información bastante incompleta. Solo habló de unas camas en los tres niveles de complejidad, pero no de ventiladores, respiradores e insumos y de recurso humano, mucho menos. Dedujimos que a falta de respuestas, algunas personas actúan de manera descortés, cuando los medios de comunicación están en la obligación de consultar las fuentes oficiales para llegar con información verídica al público que necesita saber qué están haciendo los funcionarios, máxime frente a tan grave crisis sanitaria. Pero, en vista de su respuesta, el secretario de Salud de Popayán no es tan idóneo como fuente oficial, porque nos remitió a “otras fuentes oficiales”, siendo el hospital Universitario San José de carácter Municipal. Se le debe recordar al secretario, que es un servidor público y no un arrogante público.

Y por los lados de la Secretaría de Salud del Departamento la situación no es menos diferente por cuenta de la actitud dubitativa de la titular de ese despacho, Natalia Elisa Mesa, que ante una urgencia manifiesta para adquirir los reactivos y otros elementos con destino al Laboratorio de Inmunología y Biología de la Universidad del Cauca, autorizado por el Instituto Nacional de Salud para operar como laboratorio de diagnóstico del Covid 19 desde el 10 de abril, según acta de inicio, la funcionaria se ha tomado días valiosos, por su falta de decisión para hacer la contratación. No sabe si ella y el subsecretario de salud, Franklin Girón, ya permitieron hacer la contratación para la compra de los reactivos, a fin de que el laboratorio de Unicauca comience ese urgente trabajo.

A propósito de esta Secretaría, es preciso saber si está capacitando a funcionarios de hospitales y centros de salud de los municipios del Departamento en Covid 19, más exactamente en enfermedades respiratorias y manejo de oxigenoterapia, porque de presentarse casos de pacientes contagiados en diferentes poblaciones, llegarían al hospital San José, el que colapsaría. 

¿No se habrá entendido que si las autoridades competentes no actúan con diligencia y liderazgo, sin arrogancias de poder, estaríamos ad portas de enfrentar en Popayán y en el Cauca una verdadera catástrofe? 

Todo este tiempo, desde que se conoció la amenaza por ese virus, era para gestionar más recursos económicos y técnicos, proveer de personal a los centros asistenciales con su respectiva dotación y preparación, que en últimas será el gran sacrificado atendiendo pacientes de todas las edades.

Solo en Popayán hay 300.000 habitantes mal contados. Si se afectara el 33 % tendríamos 100.000 casos. Si de ellos el 80 % presentara sintomatología leve que requiera solo atención domiciliaria, quedaría un 20 % de la población que demandaría de algún tipo de atención médica; es decir, 20.000 personas.

Así las cosas, el 40 % pueden necesitar solo atención por consulta externa, unos 8.000 ciudadanos. De los 12.000 restantes un 50% se hospitaliza o es tratado en las clínicas privadas. Al hospital San José le quedarían 6.000 pacientes para atender y recibir en camas. Si de esos 6.000, el 5% requiere UCI, ¿tienen el hospital y sus salas de cuidados intensivos los respiradores y las camas que se requieren?

Estos cálculos son a vuelo de pájaro, no contemplan la necesidad de camas para la atención de rutina. Es sabido, reconocido y aceptado que las camas de UCI con que cuenta la ciudad a la fecha no alcanzan a cubrir la demanda habitual. Está claro que no estamos ni estaremos listos a tiempo. 

Ojalá nos equivoquemos por el bien de la ciudad y del Departamento para que no sea inútil el trabajo y el sacrificio enorme que deberá afrontar el personal hospitalario. Que la expansión de camas con los espacios ofrecidos, se haga realidad. 

El alcalde de Popayán nos convoca a aplaudir al sector salud, gesto de gratitud que debemos atender, pero no basta con el mero aplauso, ese ejército de médicos, enfermeras, terapeutas respiratorios, fisioterapeutas, nutricionistas, auxiliares de enfermería, camilleros, etc., necesitan y exigen ser vinculados a la planta de personal con salarios dignos y que se acabe esa nefasta y explotadora tercerización. El Covid 19 deja ver a las claras la problemática que enfrenta el sector salud, hoy llamado “héroe”.   

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