Resignificación de los símbolos

Por Redacción en julio 13, 2020

Por Álvaro Thomas, arquitecto

..este licito fenómeno de bucear para tratar de desenredar las raíces simbólicas, puede llevar a una sana RESIGNIFICACION DE SÍMBOLOS, pero también a una peligrosa ICONOCLASTIA.

En el segundo caso, se le atribuyen a los símbolos valor mágico y esto siempre propicia populismo, nacional socialismos, profetismos “científicos” y sangrientos fanatismos. Bastaría recordar que en el Egipto faraónico, se borraba a cincel la memoria de aquellos que, en opinión del poder reinante, había que hacer desaparecer bajo los rayos del dios Ra. Que en la Revolución Francesa se decapitaron en la fachada de Notre Dame, aquellas esculturas sagradas por estar coronadas como reyes. Stalin borró del mapa iglesias ortodoxas, incluyendo una maravillosa del conjunto del Kremlin, porque la religión era el opio del pueblo.

Los Nadaistas, en el atrio de la catedral en Medellín, a la salida de la Eucaristía dominical, pisotearon y jugaron con las hostias consagradas (previamente se había “participado” del sacramento de la Comunión), por estimar que la Iglesia iba en contra del derecho de la libre expresión poética.

Los estudiantes dinamitaron una escultura de Edgard Negret, colocada en el Colegio de Santa Librada Cali (para conmemorar a los estudiantes muertos en las luchas estudiantiles contra Rojas Pinilla), porque había sido una decisión unilateral y el artista era un representante de la estética burguesa.

En fin, los Talibanes dinamitaron obras milenarias por considerarlas en contra vía del Islam… Se podría abundar porque también se destruyeron telares mecánicos y los NASA quemaron la emblemática iglesita de Pisimbalá en Tierradentro. Inclusive Don Quijote se fue lanza en ristre contra, para él monstruosa, nueva tecnología de la molinería…

Para tratar de discernir este momento contra el viejo Sebastián de Belalcázar (por acá, por ahora), y por allá (por ahora), contra Jefferson, quizás haya que tener presente que una cosa es el guion y otra la puesta en escena, una cosa es la utopía y otra el cómo de la puesta en práctica de los sueños colectivos.

Y en cuanto a lo de la ICONOCLASTIA, no sería buena lógica entender lo sucedido ayer, como si hubiese sucedido con la claridad de hoy.

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