Popayán al garete

Por en diciembre 27, 2018

Opinión por: Aura Isabel Olano

En boletín de prensa se anunció que el alcalde de Popayán, César Cristian Gómez Castro, había presidido en estos días una importante reunión con los gerentes de las empresas de transporte del Municipio para fortalecer el turismo de la ciudad y que con ese propósito les entregó una revista, piezas publicitarias y unas tarjetas con información de mapas, que mediante un código QR, los turistas puedan conocer la ciudad y todo lo que esta ofrece. Entonces, con una publicidad que porten los vehículos de servicio público y una capacitación a los conductores, propuesta por el alcalde, supone él que lloverá el turismo en esta capital.

Estando en la recta final de su período, ¿cómo no se le había ocurrido antes al  alcalde Gómez Castro tan efectiva estrategia para “fortalecer el turismo”? Debemos reconocer la buena voluntad de los empresarios del transporte, que aplaudieron y respaldaron la  iniciativa del mandatario, la que calificaron de “excelente y como un gana-gana”. Aplaudirle que fue capaz de trazar en pocos minutos una audaz y técnica política pública de turismo para Popayán, así de sencillo, cual chasquido de dedos.

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No sé si esta, como otras tantas salidas del alcalde, produce hilaridad o lástima con la ciudad, que no merece un gobernante miope, que aún no ha entendido para qué lo eligieron, además con una altísima votación. Parodiando el Génesis, dirá: Hágase el turismo y se hizo el turismo, como por arte de magia.

Quizás el alcalde no se ha percatado de que el centro histórico de Popayán, como todos los centros históricos del mundo, es un valioso patrimonio urbano y arquitectónico, es una rica herencia  que se debe preservar y renovar, por cuanto brinda un potencial económico, desarrollándolo de manera sostenible y sustentable, porque tiene la facultad de generar fuentes de empleo a través del real turismo, de la cultura, la arquitectura, el paisaje urbano, la gastronomía, el arte, entre otras tantas manifestaciones que están por rescatar y explorar. Para que Popayán sea atractiva turísticamente necesita, en primer lugar, un esmerado cuidado técnico de su infraestructura patrimonial, amén de un trabajo articulado e integral con otras instituciones, empresarios, academia, investigadores, hoteleros y representantes de la sociedad civil.

Pero ese legado, que algunos miran con desdén porque lo desconocen, está en grave peligro de perderse y, por supuesto, la identidad de la ciudad. Ante la deplorable situación de una ciudad desordenada, invadida por ventas ambulantes, con andenes destruidos y calles averiadas, techos de otrora grandes casonas a punto de desplomarse, sitios de interés histórico y cultural en deplorable estado, como el puente del Humilladero, la estatua del único sabio que ha dado Colombia, sobrecarga de usos del suelo, falta de parqueaderos, congestión vehicular, carencia de cultura ciudadana y de sentido de pertenencia, entre otros tanto males, ¿cómo puede prosperar el turismo? Olvida el señor alcalde que en tres años de su gobierno no se ha implementado el Plan Especial de Manejo y Protección del Sector Histórico (PEMP) que se aprobó hace más de 10 años y que se debe ajustar a las nuevas necesidades  y crear la Oficina que vele por el sector antiguo. Pero no ha habido voluntad política del Ejecutivo ni del lánguido Concejo, no existe una visión de conjunto, como tampoco entidades y funcionarios capaces de generar propuestas integrales y materializarlas. En esas condiciones, ¿tendrá futuro el turismo, no el de autoestop, sino el que le sirva a la ciudad, que le genere dividendos económicos y sociales?

Preocupa el deterioro del sector histórico, pero preocupa más la apatía de los hijos de esta venerable ciudad, que solo son solidarios con ella en las redes sociales, en las que a través de comentarios sosos se rasgan las vestiduras, sin proponer nada, cuando deberían estarle prestando un servicio cívico que contribuya a rescatar el legado de los antepasados, del cual, como de toda herencia bien manejada, se puede vivir.

Y hay que comenzar por elegir como alcalde a una persona, que sin importar su color político, sea idónea, honorable, con probada experiencia administrativa, con solvencia intelectual, no permeable a los intereses de los politiqueros, sin mentores de baja estofa, que sea capaz de diseñar políticas públicas a partir de las potencialidades de la ciudad en distintas áreas, utilizando la tecnología y, a la vez, impulsando este promisorio campo. Hay mucho por hacer y para ello se necesita un hombre o una mujer que tenga clara la visión de ciudad.

El desarrollo de Popayán está más allá de entregar unos volantes publicitarios. El imán del turismo en Popayán es el sector histórico.

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