“Mi niño lindo”

Por en diciembre 14, 2018

Con la violencia, venga de donde venga, no se logra sino el caos y sus consecuencias son lamentables.

Del duro enfrentamiento que se registró el 13 de diciembre en Popayán, entre la fuerza pública y los estudiantes, quedó el dolor de un joven de 23 años, alumno de música de la Universidad del Cauca, Esteban Mosquera, quien perdió el ojo izquierdo.  No solo es una situación terrible para él, sino para su abuelita, la madre María Claudia Mosquera y para sus tías. Precisamente, una de ellas, María Fernanda Mosquera, ha publicado en Facebook sentidos mensajes, en los que expresa su inmenso dolor, pero también son reflexiones sobre la necesidad del diálogo y a dejar las confrontaciones irracionales. Hace un llamado a no utilizar lo sucedido a su sobrino Esteban para sembrar más odio y violencia.

Ella lo tituló “Mi niño lindo”.    

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Qué despertar tan amargo, qué tristeza tan honda. Cómo quisiera que fuese tan solo una más de las noticias falsas que cada día leo en la confrontación irracional en la que está la sociedad colombiana.

Recuerdo el día que naciste. Cómo te encontré despierto y sonriendo, mientras tu mamá descansaba. Te cogí en brazos y te acerqué a mi corazón.

Habías llegado sin avisar, irrumpiendo en la vida con esa sonrisa dulce y tranquila.

No ha sido fácil. Un corazón sensible y lleno de ganas de que el mundo sea música.

No puedo parar de llorar, de sentir cómo se me dobla el alma, de que seas tú, herido en medio de la violencia que no quiere cesar.

Ahora, mientras leo a quienes te insultan y dicen que te lo buscaste por estar en el movimiento de estudiantes que utiliza el conflicto, y a quienes desean utilizarte contra el gobierno, solo siento el fastidio que he sentido siempre hacia el fanatismo, la ignorancia querida y esas ideas retorcidas de quienes son tan mezquinos, que solo piensan a través de sus vísceras y de sus complejos, de sus resentimientos o de sus odios.

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Ahora, mientras hablaba por teléfono y me preguntaban cómo vamos decírselo a tu abuelita, yo no sabía que decir, porque le dolerá muchísimo. Ella siempre ha adorado a sus ovejitas rebeldes. Al fin y al cabo ella lo ha sido en cierto sentido.

Pero más me preocupas tú. Que esa violencia que has sentido en tu cuerpo y sus consecuencias físicas, no te dañe esa música que estás buscando y le dé su lugar al caos.

Todas esas conversaciones que hemos tenido, nuestra complicidad, y conociendo tus ganas de buscar sentido a la vida, más allá de la rigidez social y cultural, tu horror ante la injusticia, tu humanidad, tienen que continuar perseverando en una manera constructiva. En esos pasos hacia adelante, donde a pesar de la diferencia y de las resistencias se van dando los pasos que hacen un camino. No tengas miedo a seguir el sendero que lleva al claro del bosque.

Es oscuro, y si te das cuenta, hay fuerzas a ambos lados queriendo hacerte desistir, para que te quedes con ellos y no continúes. Porque ellos se rindieron a buscar la luz.

Eso es el fanatismo. El ser humano que decidió que ya lo sabía todo y que el mundo ha de ser a su manera a como dé lugar. El ser caído. Que dejó morir su alma de niño. La curiosidad, las ganas de desvelar los misterios y de aprender. De dejarse sorprender por la realidad y de verla en el encanto de la melodía auténtica, no falsificada para reescribir la historia en pentagramas que degeneran en marchas de guerra disfrazadas de armonía. O en himnos para alentar soldados a aniquilar al otro.

La música nunca ha sido una cuestión de poder. Más una de las más maravillosas expresiones humanas para elevar los sentimientos de estos seres que lo tenemos todo: LA VIDA, la única posibilidad. Y el AMOR, la única respuesta.

Tus primitos que te adoran se fueron llorando al colegio porque están super orgullosos de tener un primo grande y siempre te recuerdan con alegría y les duele que estés pasando por esto. Y yo, pues que te puedo decir mi Estebitan, que te quiero muchísimo, y que ese cariño inmenso no depende de nada, porque te quiero así. Como eres. Todo irá bien.

En otro de sus mensajes, esta joven abogada, a pesar de su tristeza, dice: “Gracias a todas las personas de la comunidad estudiantil, de la sociedad de Popayán, de la oposición política de Colombia, del Centro Democrático, de las instituciones, por el cariño y la solidaridad hacia Esteban.

Queremos que esto nos sirva para reflexionar, para dialogar, para actuar con inteligencia y amor en nuestra realidad de ser un país en donde sepamos y respetar los sueños de todos.
Y no deseamos que lo sucedido a Esteban sea utilizado para sembrar más odio y violencia.
Colombia es un país que en estos momentos necesita construirse con sentido de la realidad, con unión, con humildad y con la grandeza de quienes saben que es el hogar nuestro y que heredarán otros. Nuestro legado a las generaciones futuras, no han de ser nuestras torpezas y radicalismos ideológicos, sino allanar un camino para una convivencia pacífica y respetuosa de la diferencia y de la libertad.

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