Marchas, vandalismo y anarquía

Por en mayo 29, 2021

Popayán en llamas.

Era un día de protesta, como los que vienen ocurriendo en la bella ciudad de Popayán. Se avisó con anticipación a la ciudadanía que se efectuaría otra marcha el día 28 de mayo. En las redes sociales estuvo muy activo un video en el que Hermes Pete Vivas, consejero mayor del Consejo Regional Indígena del Cauca (CRIC), anunciaba e invitaba a la marcha pacífica que se realizaría en la ciudad de paredes blancas grafitadas.

Al menos 20 chivas llegaron a la capital del Cauca procedentes de varios destinos y de diferentes municipios del Departamento para hacer sentir sus reclamaciones, sumándose a los locales para marchar por las principales vías, como ha sido costumbre en el último mes. Los habitantes de la ciudad estaban más tranquilos que en días anteriores, porque las conversaciones del Gobierno nacional con los dirigentes del Paro Nacional habían llegado a unos preacuerdos y se veía una luz al final del túnel.

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Sin embargo, a eso de las tres de la tarde el ambiente empezó a enrarecerse. Una gran multitud se había aposentado en el barrio Prados del Norte y sobre la carrera sexta, en inmediaciones de la galería del Barrio Bolívar. La marcha había terminado y los manifestantes se estaban retirando. De pronto una muchedumbre empezó a correr y el desorden alertó a vecinos y transeúntes, detrás de ellos una gran nube cubría el cielo, lamentablemente, vándalos, no pocos, entraron al parqueadero de la Secretaría de Tránsito Municipal, ubicado en el barrio Bolívar, de donde sustrajeron motos y carros, con los que hicieron barricadas y luego los incineraron.

Otros procedieron, aprovechando las circunstancias, a saquear el lugar que tenía al menos dos mil motos guardadas. Ciudadanos comentaban en las redes sociales, que cantidades de personas pasaban empujando, muy orondos, “su botín” por las calles de la ciudad. Al menos 400 motos se reportaron, muchas de ellas salieron por los barrios Prados del Norte, Pomona y Modelo. No se presentó la Policía, nadie entendía por qué estaba ausente. 


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Impávida e impotente la población veía con tristeza el que podría ser el acto de vandalismo y de robo de motos más grande en la historia de nuestra bloqueada ciudad.


Pero no fue todo, destruyeron las instalaciones de una sucursal de Davivienda, hasta los cajeros quedaron inservibles; El Éxito tuvo la ventaja de que sus trabajadores estaban preparados para un posible atentado o asalto, así que poco pudieron llevarse los que entraron a esas instalaciones. Pero Olímpica SAO no corrió con tanta suerte, con sus puertas violentadas ingresaron multitudes saqueando el lugar, de hecho, por la autopista vieron caminando muy felices a algunos saqueadores con televisor, otros electrodomésticos, ropa, mercado, etc. El Pio Pio, vecino de la Policía Metropolitana, no se salvó, vidrios rotos, un televisor menos y señales de daños materiales por doquier. Las ópticas, nuevamente, fueron el blanco de los saqueadores, igual que otros comercios. 

El parqueadero Municipal de Popayán, en donde se guardan los vehículos confiscados, quedó en ruinas. El Periódico La Campana recorrió el lugar y evidenció la gravedad de lo sucedido, de hecho, el sitio estaba lleno de personas que aprovecharon la falta de presencia policial para seguir sustrayendo motos o sus partes. Anarquía total aún el día posterior de la marcha.


Si siguen las marchas y los bloqueos, sumados al daño económico causado por la pandemia, ¿qué más van querer hacer los vándalos en las próximas manifestaciones? ¿Los marchantes postergarán sus caminatas por un tiempo para proteger a la población de los delincuentes? ¿Quiénes son los que organizan estos grandes robos aprovechando las circunstancias? 

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