La suerte de Popayán

Por en febrero 21, 2019

Opinión Por: Aura Isabel Olano

Tener al alcalde con medida de aseguramiento con detención preventiva en el centro penitenciario de San Isidro; enfrentar el último año del periodo con un mandatario encargado y a la espera de otro que el gobernador escoja de una terna que se ha ayudado a fabricar en Cali para que dirija los destinos municipales de manera provisional; padecer la grave crisis sanitaria por el cierre del relleno Los Picachos y sentir que a la empresa Serviaseo, poco y nada le importa lo que están padeciendo sus usuarios, es lamentable para una ciudad como Popayán, que no merece esa suerte.

Pensar que el burgomaestre César Cristian Gómez Castro, ha sido el que mayor votación ha logrado en la historia de la elección popular de alcaldes, correspondiente a Popayán, avalado por una coalición de los partidos Alianza Verde, ASI y Mais, una verdadera amalgama, que como dice el diccionario, es una mezcla confusa de personas o cosas de distinto origen o naturaleza y algunas veces contrarias. Porque en una verdadera confusión se ha convertido la actividad proselitista, a la que no se le puede denominar política, sino politiquería, porque no responde al arte de gobernar, sino al arte de las artimañas, de la triquiñuela, del CVY, de los intereses personales, sin pensar, como en este caso, en la ciudad y sus habitantes.

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Con tan alto apoyo en las urnas, Gómez Castro le quedó debiendo una vela a cada santo, y qué ‘santos’ muchos de ellos. El candidato que había sido ungido con 69.787 votos, cantidad muy superior a la obtenida por sus antecesores, y de quien sus promotores habían vendido la imagen de un destacado empresario, muy capaz como administrador, no se había acabado de acomodar en su despacho, cuando comenzó a meterse en tristes líos. Un problema llevó a otro y el mandatario fue perdiendo gobernabilidad y respeto ante la ciudadanía. El respeto es el más importante capital con el que debe contar un líder. En consecuencia, no se hicieron esperar los palos de ciego en distintos campos, que hoy tienen a la ciudad en la desesperanza, porque si a un gobernante le va mal, también a sus gobernados.

En medio de ese caos, hoy se da un tire y afloje entre los partidos de la coalición que, tal parece, le apuntan a unos meses de poder y de contratos para imponerse en las próximas elecciones. Otros aspirantes a suceder al hoy enfermo y prisionero alcalde, también quieren aprovechar la leña del árbol caído. Entre tanto, la ciudad seguirá sumida en el desconcierto, en el desorden, nadando entre la basura, a la espera de que la CRC, la Superservicios Públicos y la propia Alcaldía, tomen de verdad decisiones frente a Serviaseo, que no ha desplegado el supuesto plan de contingencia.

Triste es decirlo, pero mientras capitales intermedias avanzan en su desarrollo, Popayán involuciona y no merece esa suerte.

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