El PIB en el segundo trimestre muestra capacidad de recuperación de la economía colombiana

Por en septiembre 1, 2021

Las marchas y bloqueos en el marco del paro nacional, desajustaron el aparato productivo del país, dice análisis del grupo de investigación de ANIF.

El pasado martes 16 de agosto, el DANE dio a conocer las cifras de PIB del segundo trimestre de 2021. Con los resultados, se demostró el alcance del “rebote” de la actividad económica después de observar el peor registro en materia de crecimiento en la historia del país. 

Los resultados mostraron una variación anual del PIB real de 17.6%, en línea con las expectativas del mercado y los analistas. Los datos, aunque positivos, indican que el crecimiento de la economía habría sido mayor de no ser por las marchas y bloqueos en el marco del paro nacional, que afectaron el aparato productivo del país durante el mes de mayo y gran parte del mes de junio.

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De acuerdo con el DANE, el valor agregado de la economía creció 14.5% en ese mes, lo que significa una mejora considerable frente a lo observado en mayo. En efecto, las protestas y bloqueos significaron un fuerte freno en el ritmo de recuperación de la economía que posteriormente se retomó en junio. Ahora, en términos de ramas de la economía, las actividades terciarias se posicionaron como las de mejor desempeño, con una variación anual de 17.1%, que se traduce en una contribución de 12.1pp al total. Le siguieron las actividades secundarias, con una variación anual de 11.7% y una contribución al total de 2pp. Ese resultado obedece a las variaciones positivas en todas las actividades de la rama, en particular en las de recreación (86.4%), comercio (37.4%) y empresariales (12.9%). Le sigue, finalmente, la rama de actividades primarias, que registró un crecimiento de 3.4% y fue la de menor contribución al total (0.4pp).

Con todo lo anterior, se observa que el valor agregado de la economía del país se encuentra en un 99% de los niveles observados antes del inicio de la pandemia. No obstante, ese valor esconde la heterogeneidad del ritmo de recuperación entre las tres ramas. Por ejemplo, mientras que las actividades terciarias están por encima de su nivel prepandemia, las actividades primarias aún están por debajo en 6pp, por su parte, las secundarias se encuentran en un 92%.

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Conclusiones

El estudio adelantado por el grupo de investigación de ANIF dice, como conclusión, que la economía presentó una dinámica muy favorable durante el segundo trimestre del año. Aún con el tropiezo de mayo, que significó un importante desvío en la senda de recuperación, se encuentra que los crecimientos de gran parte de los sectores van más allá de efectos estadísticos de base favorables. En ese sentido, muestran buena capacidad de recuperación y de consolidación para generar valor agregado. 

Necesariamente, de no haberse dado las protestas y bloqueos que desajustaron el aparato productivo del país por más de un mes, la variación anual del PIB en este segundo trimestre del año habría podido ser superior al 17.6%. Ahora bien, esa recuperación se tradujo en un mayor consumo de los hogares y un mayor nivel de inversión en el país. No obstante, no podemos dejar de señalar que la dinámica del producto no se traduce de manera proporcional en la recuperación del empleo. Efectivamente, mientras que para junio el valor agregado estaba en 99% de lo visto antes de la pandemia, el nivel de ocupación está aún muy por debajo de lo que se tenía antes de la pandemia (92% de lo observado en el segundo trimestre de 2019).

De forma similar, la tasa de desempleo aún es muy alta (14.4% en junio de 2021 frente a 19.8% hace un año y 9.4% en 2019). Bajo ese panorama, mantenemos nuestra proyección de crecimiento para el 2021 en 6.6%. Aún con resultados un poco por debajo de nuestra expectativa en el segundo trimestre, observamos que la economía tiene una mayor capacidad de recuperación que la esperada, lo que será un gran activo de aquí en adelante, si se aprovecha debidamente. 

El reto para los próximos meses está en dinamizar el mercado laboral de tal forma que se recupere la ocupación, en especial en el sector formal. No sobra decir que, en el largo plazo, Colombia enfrenta el desafío de lograr una consolidación en el frente fiscal. Las expectativas apuntan a que nos tomará más de 5 años tener el déficit fiscal y la deuda pública en niveles prudentes. 

Sin lugar a duda, el año entrante se tendrá que dar esa discusión, sobre un acuerdo fiscal estructural, a fin de implementar las reformas que requiere nuestro sistema tributario hace tiempo. Sin eso, la recuperación económica quedará a medio camino.

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