El Cauca bloqueado y a la deriva

Por en mayo 3, 2021

Por Aura Isabel Olano Correa

Una grave situación de orden público se viene registrando desde hace un tiempo en el norte del Departamento del Cauca, situación que se ha acentuado en los últimos días, bajo el pretexto de la reforma tributaria, pero lo cierto es, que lo de fondo son intereses de narcotraficantes, guerrillas que compiten en esos negocios; minería ilegal, movida también por esos grupos delincuenciales, además del aprovechamiento que están haciendo ciertos políticos que vienen pescando en río revuelto, máxime ad portas de una campaña electoral.

En el concierto nacional, el Departamento del Cauca parece un paria, en donde florecen la delincuencia y los abusos. La Ley es anodina en esta rica región, en consecuencia, hace tiempo se impuso la anarquía por parte de grupos que se apoderaron de este maltrecho Departamento, minorías que impusieron su voluntad y que cada día avasallan más; sienten desdén por el Estado, del que viven y al que cada día le exigen más, no faltan los funcionarios nacionales dadivosos que les entregan recursos a manos llenas.

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Lo que se está viviendo en el norte del Cauca es, francamente aterrador, es una combinación de hechos delictivos que tienen a su población sumida en la desesperanza, debido a la inseguridad y al caos.

Con el bloqueo de vías en el norte del Cauca los municipios más afectados son Miranda, Puerto Tejada, Villarrica, Guachené y Caloto, zona en donde 90 empresas están paradas y sus más de 30.000 trabajadores no pueden laborar, lo que es un atentado contra el derecho al trabajo.

Las alteraciones del orden público, en el marco del mal llamado y ejecutado Paro Nacional que se inició el 28 de abril del 2021, están obstaculizando la operación de las factorías, tanto de las que se encuentran en las zonas francas, como las que se hallan fuera de ellas, cuyas vías de acceso las bloquearon, como también la Panamericana que conecta con el resto del país, de donde llegan materias primas y hacia se dirigen los productos terminados. 

Es tan absurdo y desconsiderado lo que está ocurriendo, que a los trabajadores de las empresas se les impide el paso a sus hogares y el relevo del personal para la continuidad laboral, obligándolos a movilizarse por peligrosas trochas y cañaduzales, sometiéndolos a agresiones y amenazas por parte de la delincuencia que abunda en la región.

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La parálisis industrial es total, lo que imposibilita que las empresas ejerzan sus labores diariamente, generando pérdidas no solo económicas, sino de materias primas perecederas y de producto terminado, esto sumado a los perjuicios ocasionados por la pandemia, lo que les resta competitividad a esas factorías, con perjuicio directo para el Departamento del Cauca.

Mientras esa situación se agrava, el gobernador del Cauca, Elías Larrahondo Carabalí, parece no percatarse de nada. No se conoce ninguna gestión que permita desbloquear las vías del norte del Cauca. Apenas emite tuits en los que reconoce el derecho a la protesta social. Dice que viene de un proceso organizativo y que por ello el llamado es a garantizar el bienestar de todos. “Insistimos en la importancia de rechazar todo acto de violencia”. Esto dice el que gobierna y administra un Departamento conflictivo, en donde no está garantizado el bienestar de su población trabajadora y honesta. Se quedó el señor Larrahondo Carabalí, como un mero espectador, como un opinador más, no como el responsable del orden público de este ente territorial. Igual les ha pasado a los alcaldes del Cauca, en particular a los del norte, mientras los problemas y la violencia crecen a un ritmo aterrador.

Señor gobernador del Cauca, usted no es un impulsor de un mero proceso organizativo, usted debe trascender y dejar de pensar miopemente y de emitir frases de cajón para quedar bien con Dios y con el diablo en estas horas tan difíciles para el Cauca, convertido en un polvorín por fuerzas oscuras.

En una región que requiere de políticas serias para buscar el desarrollo y la equidad social, con su omisión está permitiendo que varias empresas abandonen el Departamento y se instalen en una región que les ofrezca garantías de seguridad y tranquilidad. Si no lo sabe, muchas están considerando esa opción. Entre tanto, nos quedaremos con discursos populistas, de supuestos “procesos organizativos”, en los que no caben las propuestas del sector productivo del Cauca, generador de empleo y progreso. 

La procuradora Margarita Cabello, instó a cada uno de los mandatarios regionales, gobernadores y alcaldes, a que asuman a cabalidad su responsabilidad constitucional de garantizar el orden y la seguridad en sus entes territoriales.

Es verdad que existe y se debe respetar el derecho a la protesta, pero también el gobernante debe hacer respetar el derecho de quienes no participan en ella, de quienes producen, trabajan y ayudan a construir un mejor futuro para sus familias. Los mandatarios están llamados a responder por la tranquilidad de sus regiones y la integridad de sus moradores.

Seguramente, usted instalará las consabidas “mesas de concertación” con otras instituciones y el comité de paro, en las que, como siempre, se ofrecerá el oro y el moro luego de los graves daños causados a la economía, a la salud de la gente, a todas las empresas, a los trabajadores y a la comunidad en general.

En el norte del Cauca, señor gobernador, están haciendo lo mismo que suelen hacer con Popayán: sitiarlo. 

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