Deterioro del sector histórico y el turismo

Por en diciembre 22, 2021

Por Aura Isabel Olano

“Hacer de Popayán una ciudad más competitiva a partir del turismo solo será posible si logramos más y mejores conexiones a nivel regional, nacional e internacional, y por eso celebramos los anuncios realizados por @Avianca que potenciarán la economía y el turismo de nuestra ciudad”.

Ese es uno de los tuits del alcalde de Popayán, Juan Carlos López Castrillón, tras el anuncio de Avianca de aumentar las sillas en los trayectos Bogotá-Popayán-Popayán-Bogotá y la transición de la aeronave ATR-42 al Airbus A318, como también lo menciona en su rosario de mensajes virtuales con el eslogan “Creo en Popayán”.

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Obviamente, saludamos el propósito de Avianca y esperamos que esta vez le cumpla a la capital del Cauca y, especialmente, que reconsidere las tarifas que, por ser muy onerosas, numerosos pasajeros prefieren volar desde el aeropuerto Alfonso Bonilla Aragón. Los elevados precios de ese doble trayecto no estimulan el turismo, todo lo contrario, como tampoco, señor alcalde, el deplorable estado en que se encuentra el sector histórico de Popayán.

Muchos ciudadanos esperábamos que apenas usted asumiera la administración de su ciudad, comenzara por ordenar la desvencijada y desordenada casa, comenzando por la sala, que es el parque Francisco José de Caldas, en donde, apenas por estos días, se están reparando las arruinadas bancas-cama.

En una ciudad con escasa industria, en donde el mayor empleador es el Estado en sus diferentes niveles, el renglón económico a explotar es el turismo, pero no solo con un avión más grande, sino con una Popayán atractiva, de la que se pueda admirar su arquitectura, recorrerla con tranquilidad; conocer o recordar su historia, degustar su rica, afamada y reconocida gastronomía, que seduzca y cautive al turista con toda esa magia que tiene la Popayán de cielo azul claro.

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Pero, esa magia se ha perdido, porque a esta ciudad de paredes blancas se la ha condenado a una especie de letargo por administraciones miopes, que no se percatan de la riqueza de su patrimonio, herencia valiosa que puede generar a través del turismo sostenible, beneficio económico para innumerables actividades, como bien lo decía el inolvidable Álvaro Garzón, artífice de los dos reconocimientos que tiene Popayán concedidos por la Unesco, razón de más para recuperar el sector histórico del caos y el desorden en que se halla.

Las calles céntricas de Popayán viven tapadas por hileras de carpas bajo las cuales se ofrece toda tipo de mercancías, en su mayoría de contrabando, pero la DIAN no investiga. ¿Qué los vendedores tienen derecho al trabajo? Claro que sí, pero no así, a costa de seguir descuadernando el patrimonio. Precisamente, para buscar soluciones de fondo, imaginativas, gerenciales y no con pañitos de agua tibia, fue elegido Juan Carlos López Castrillón. Pero, a dos años de su administración, solo vemos calles en mal estado, andenes con enormes huecos, los que se han construido como parte del SETP, ya muestran deterioro, alcantarillas sin tapa que se constituyen en trampas mortales, venta de sancocho diagonal a la Torre del Reloj, insignia de Popayán; desorden por doquier. No hay espacio para el transeúnte. Es deplorable el estado en que se encuentra el andén de la Gobernación del Cauca, por solo citar un ejemplo muy significativo, con sus paredes repletas de afiches.

Alguien comentaba, con toda razón, que ir al centro de Popayán le producía depresión. Creo que le aumentaría ese sentimiento de tristeza, si pasa por debajo del puente del Humilladero y se encuentra entre sus antiguos ladrillos con una frondosa planta de lulo, próxima a dar su cosecha, amén del deterioro de tan valioso patrimonio arquitectónico. Y como dirían en los tribunales, a la prueba me remito, o sea con la fotografía que aquí publico. Eso muestra el grado de desidia.

Si por el sector histórico llueve, por otros sitios de la ciudad no escampa. Los huecos aumentan todos los días su tamaño y en ellos se aposenta el agua lluvia, lo que se convierte en un peligro para conductores y peatones. La congestión vehicular cada día es peor, y en los sitios en los que se producen los mayores trancones, son los espontáneos, que por unas monedas se “autodesignan autoridad de tránsito”. Tarea similar hace el llamado “Tapahuecos”, que vive del parcheo a su manera.      

Hace ya un tiempo que el alcalde anunció en un tuit, con el que es muy activo: “Lanzamos la operación “Tapa Huecos”, estrategia que recuperará las vías urbanas que se encuentran deterioradas. El mejoramiento de las vías nos permite ofrecer calles más seguras para el paso de peatones y vehículos”.

Ese tuit sonó muy bien. No obstante, los huecos se multiplican a diario. ¿O será, que no han llegado a una línea de WhatsApp citada por el alcalde, las fotografías de ciudadanos solicitando que la Secretaría de Infraestructura les tapen sus vecinos huecos?   Esperamos que en los dos años que le restan de mandato al alcalde López Castrillón, una de sus prioridades sea ordenar el sector histórico, que es patrimonio de todos los payaneses; buscar solución a las ventas ambulantes, impulsar de verdad el turismo. En términos generales, no se observa una obra macro que esté desarrollando la actual administración.

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