Democracia o democidio en Colombia

Por en diciembre 2, 2022

Por Andrés Illera

Después de más de tres meses de la elección presidencial en Colombia, el elegido presidente Gustavo Petro, ha congregado una masiva participación ciudadana, que lo ha llevado a ser un hombre muy popular, muy diferente al acuñado concepto de populismo de América Latina del siglo anterior, su forma de gobierno está transformando la democracia en Colombia, nos detendremos entonces un momento en analizar qué tipo de democracia teníamos unos meses atrás y que nos espera.

En principio, tenemos una idea de democracia en la que el voto popular nos ofrece representación en nombre del servidor público electo, quien ostenta el poder de decidir por los ciudadanos representados, donde la incipiente sociedad civil votante a su vez, pierde la noción del tiempo y espacio al verse vacía de una idea clara de su gobernante, esta entonces es una “democracia imaginada” en función del voto popular, un estado fallido.

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Por otro lado, el fenómeno democrático actual en Colombia, representado por una masiva participación ciudadana, está edificando una democracia dialéctica que sucedió en Europa en el siglo XVIII, época de florecientes estados nación. Para comprender este momento actual de la política en Colombia es ideal “recordar a los muertos” y para ello nos referiremos a Hegel, filósofo alemán, quien empleó la dialéctica como una forma de construir el pensamiento racional, basado en el debate continuo de las ideas, “la conversa”, como se ha escuchado en representantes de las tradiciones ancestrales de Colombia, y es aquí donde el principio de escuchar a quienes tienen posiciones diferentes y permitir escenarios donde todos puedan expresarse, es lo que consolida la sociedad civil, en este sentido el Estado es un garante del espacio y tiempo, donde las familias ofrecen su estructura social para que los individuos fortalezcan la sociedad civil.

El Estado en este modelo democrático es universal, pero al mismo tiempo es individual y es aquí donde la cualidad o característica de la sociedad toma un rol importante basado en el espíritu existente como manifestación del individuo en su aspecto natural, este espíritu individual también es colectivo, por ello la estructura cultural de nación va tomando forma y esta relación con la esencia humana espiritual es la base de la sociedad civil, donde cada acción individual involucra un entendimiento de la colectividad.

Los ciudadanos colombianos hemos estado desconectados de la esencia democrática planteada por Hegel, los intereses individuales han derribado la consolidación de nación, vivimos en la actualidad un momento de luz proporcionada por la libertad democrática en medio de tantos años de oscuridad medieval, pero es importante que como ciudadanos estemos a la altura de esta nueva forma de gobierno que nos acerca a través del diálogo racional y de la esencia espiritual.

Es un momento de reflexión también para nuestro contexto local, en Popayán hemos entendido la democracia como un sistema en el cual los individuos son parásitos, algunos buscan el favor político, sobre todo en ciudades intermedias carentes de un desarrollo económico, donde vivir del político es una tradición, no hay espíritu de ciudad que conecte a una colectividad, estamos llenos de sombras y es el momento de construir bajo este nuevo Gobierno una ciudad más democrática, en la que podamos discutir lo mejor para los ciudadanos y otras especies diferentes a la nuestra.

La democracia en Colombia está latente y es una oportunidad de fortalecerla con nuestra mejor acción humana posible.

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