Bermeo, Solarte, Gil ¿y quiénes más?

Por en marzo 3, 2019

Opinión por: Aura Isabel Olano

La captura del fiscal de apoyo de la Justicia Especial para la Paz, JEP, Carlos Julián Bermeo Casas, junto a su pareja, Ana Cristina Solarte Burbano, del cuestionado ex senador Luis Alberto Gil y de dos personas más, el pasado 1 de marzo en Bogotá, en momento en que recibían un gran fajo de dólares, que harían parte de dos millones de esa divisa, soborno a cambio de incidir en el trámite de extradición a Estados Unidos de Zeuxis Hernández, alias Jesús Santrich, es en extremo grave para la JEP. Además, ¿de dónde procede semejante cantidad de dinero?

Miembros del partido de las Farc, hoy en el Congreso y políticos afines a esa ideología, salieron de inmediato a poner en duda y calificar de “montaje” el procedimiento judicial, al argumentar que se dio el mismo día en que el Consejo de Estado determinó que la curul de Santrich es legítima. Una investigación de ese tenor no se hace de la noche a la mañana.

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Pero, viendo la escena cuando el fiscal de la JEP, Carlos Julián Bermero, ex candidato a la Alcaldía de Popayán, recibe por debajo de una mesa esa enorme cantidad de los billetes verdes que guarda entre su saco, en presencia del ex senador Luis Alberto Gil, quien estuvo preso por parapolítica, cuesta pensar que se trata de un  montaje, palabra recurrente en Colombia para tratar de evadir graves responsabilidades. En las últimas horas se conoció otro video, en sitio cercano al hotel en donde se encontraban Bermeo y Gil, con muchos más dólares en una maleta.

La imagen de Bermeo Casas, recibiendo el dinero y escondiéndolo entre su ropa, es muy fuerte, por decir lo menos, pues es la prueba fehaciente de la rampante corrupción, no solo nacional, sino regional, pues ese fiscal, que es oriundo de Popayán y que pudo haber sido alcalde de la ciudad, seguramente no llegó en octubre de 2018 a la JEP por obra y gracia del Espíritu Santo, sino ayudado por padrinos políticos. Que cumplía con la hoja de vida, pues sí, pero no con lo más importante: la ética.

Llama la atención que en los afiches de la campaña de Bermeo a la Alcaldía, decía: “Gente nueva y honesta trabajando por Popayán”. Pregonar de que se es honesto, de por sí encierra dudas.

Aquello de que se trató de un montaje o complot, riñe también con el proceder de Ana Cristina Solarte Burbano, una auxiliar de enfermería, pareja del fiscal Bermeo Casas, quien, casualmente, había presentado en la Empresa Caucana de Servicios S.A. ESP, Emcaservicios, en donde se desempeñaba como secretaria de gerencia, una incapacidad del 26 al 28 de febrero, que le empató con su período de vacaciones, que entró a disfrutar el 1 de marzo de 2019, día en que su compañero sentimental le pasó el fajo de dólares que acababa de recibir, con los que ella pretendía salir del lujoso hotel del norte de Bogotá, cuando fue capturada.

Todo, al parecer, estaba calculado para gozar del fruto de semejante soborno que fue frustrado por las autoridades. Pensar que se trataba de un negocio corrupto urdido solamente por una pareja parroquiana con grandes alcances y en complicidad de un ex senador que purgó varios años de cárcel por sus relaciones con el paramilitarismo, es ingenuo. En este grave caso de corrupción, seguramente hay más implicados, puesto que se trataba, nada más ni nada menos, que de una gran mordida en dólares para incidir en el trámite de extradición a Estados Unidos de Jesús Santrich, uno de los más importantes negociadores del proceso de paz entre el Gobierno y las Farc.

En la antesala de la campaña para elegir mandatarios regionales, en particular gobernador del Cauca y alcalde de Popayán, que el caso Bermeo sirva de espejo para que los ciudadanos escojan como candidatos a personas probas, éticas e idóneas.

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