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A oídos de la ciudadanía

Por en septiembre 20, 2018

Columna de opinión por: Andrés José Castrillón Valencia (*)

Trataré de hacer esta columna lo más didáctica posible para que todo aquel que la lea pueda analizar que tan bien se hacen las inversiones en nuestra región.

Los Sistemas de Transporte Urbano en su concepción, diseño e implementación deben pasar por una serie de etapas mínimas que garanticen su conveniencia social, técnica y económica. Estas etapas mínimas son:

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  1. Estudio de ocupación del territorio: Usos del suelo, densidad de edificación, densidades poblacionales asociadas, zonas verdes y recreativas, etc. Esto para saber cuánta gente hay que transportar.

  2. Matrices de origen y destino actuales y proyectadas, sustentadas en planes de ordenamiento: Esto para saber a dónde se desplaza la cantidad de gente definida en el punto anterior.

  3. Distribución modal del tráfico: Para identificar las diferentes modalidades de desplazamiento (bus, automóvil, moto, bicicleta, peatonal, etc.) identificadas en los dos puntos anteriores.

  4. Definición de los sistemas de transporte deseados (de acuerdo con las proyecciones estudiadas).

  5. Definición de las vías requeridas y sus alternativas (Para unir dos puntos siempre hay más de una opción) con  sus características geométricas (anchos, pendientes, bahías, etc.)

  6. Evaluación económica y social de las vías definidas y sus alternativas.

  7. Definición de los momentos óptimos del ingreso a funcionamiento (operación) de las vías y/o sus tramos.

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  8. Evaluación económica y técnica de alternativas para los sitios de intersección relevantes.

  9. Estructuración del plan de inversiones (cómo, cuánto y cuándo)

  10. Estudio de repartición de cargas y benéficos asociados al plan de inversiones anterior.

  11. Definición de los valores de impuestos y/o gravámenes (valorización, prediales, etc.) máximos a pagar asociados al valor del impuesto predial que se ha cancelado recientemente, como referencia clara de las cuantías a pagar por cada ciudadano.

Pasar por cada una de estas etapas, con mayor o menor nivel de estudio dependiendo de la complejidad, es el requisito mínimo social, técnico y económico para tener certeza y confiabilidad que al llegar al punto 11 se ha ejecutado un trabajo serio y profesional.

Cualquier otro atajo que se tome para llegar hasta este último punto, es el resultado de la improvisación que es tan frecuente en nuestro país y más en nuestra región, porque se toman decisiones de corto plazo sin la debida planeación.

Pregunto a la ciudadanía: ¿Sabe usted si existe sustento técnico y económico para las obras que se realizan en su ciudad? ¿Sabe usted con precisión a cuánto ascienden y como pagará los impuestos por las obras que se realizan o realizarán en su ciudad, antes que le llegue su primer recibo de cobro?

Si la respuesta es NO a cualquiera de estas dos preguntas, puede estar seguro de que el estudio, diseño e implementación de las obras no fue hecha con la responsabilidad debida.

(*) Director Observatorio  Infraestructura

Cámara de Comercio del Cauca

 

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