Sindicato de Licorera sigue preguntando por resultado de investigaciones

Por en julio 4, 2015

Gerente Ramírez responde a reparos y hace anuncios sobre la factoría

En la rendición de cuentas correspondiente al año 2014 que hizo la Industria Licorera del Cauca ante la Asamblea Departamental, el presidente del Sintrabecolicas subdirectiva Cauca, Luis Carlos Correa, calificó como inoperantes a los órganos de control, debido a la falta de resultados frente a investigaciones por detrimento patrimonial.

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Se refería a varios casos, en especial al contrato de distribución de aguardiente que se suscribió en el gobierno Chaux Mosquera con la firma TM S.A, siendo gerente de la ILC Marco Antonio Zúñiga, el cual, apenas se suscribió, se comenzó a incumplir, situación que fue denunciada por la directiva sindical debido al detrimento patrimonial que le estaba causando a la factoría, que a la postre fue de $54 mil millones. Luego de mucha insistencia, a finales del 2014 la Procuraduría General de la Nación falló y sancionó a los entonces gobernador, secretario de Hacienda y gerente de la Licorera. Sin embargo, dice el sindicato, que la Contraloría Departamental aún no se ha pronunciado.

Tampoco se ha sabido de una investigación por el hurto de 230 cajas de aguardiente cometido por una contratista de facturación, hecho que fue denunciado ante los organismos de control por el entonces gerente Carlos Eduardo Alegría.

Con el traslado de la ILC al parque industrial de Popayán, se busca que la sede de los Quingos quede en manos del propio Estado, por lo que la gerencia está en conversaciones con la rama judicial.

Con el traslado de la ILC al parque industrial de Popayán, se busca que la sede de los Quingos quede en manos del propio Estado, por lo que la gerencia está en conversaciones con la rama judicial.

Hace dos años se presentaron malos manejos en las dependencias de Facturación y Caja, por lo que el gobernador Temístocles Ortega, como presidente de la junta directiva, ordenó la contratación de una auditoría forense con la firma bogotana KPMG, a la cual se le pagaron $72 millones, pero dice el sindicato que no se conoce el informe final y nadie en la factoría da razón al respecto.

En diciembre de 2012 se patrocinó y pagó un evento en Corinto, el cual no se realizó. Ese caso, con las fotos respectivas, fue puesto en conocimiento de la Contraloría.

En la gerencia de Gislena Perlaza se les entregó a algunos alcaldes, grandes cantidades de aguardiente para las fiestas de sus pueblos, regalo que, según el presidente del sindicato hizo bajar las ventas en más de 400 mil botellas, porque los mandatarios vendieron las cajas que sobraron de los festejos. Esa denuncia, afirmó, se hizo a través de un comunicado a la opinión pública, con copias a la Procuraduría General de la Nación y a la Contraloría General de la República.

Tratar de inoperantes a los organismos de control, molestó al contralor del Departamento, Dumer Cifuentes Piamba, quien conminó a los dirigentes sindicales a mostrar los documentos, sin embargo la reunión, hasta el cierre de esta edición, no se había concretado. Paradójicamente, esa entidad de control lanzó hace poco una campaña contra la corrupción.

Para las directivas de Sintrabecolicas, si bien la ILC obtuvo utilidades en el 2014, éstas  pudieron ser superiores.

Para las directivas de Sintrabecolicas, si bien la ILC obtuvo utilidades en el 2014, éstas pudieron ser superiores.

Para las directivas de Sintrabecolicas, si bien la ILC obtuvo utilidades en el 2014, éstas  pudieron ser superiores.

Reparos a los estados financieros del 2014
En la rendición de cuentas el secretario de Medios de Comunicaciones de Sintrabecolicas y coordinador de presupuesto de la ILC, Irne Gonzalías, dijo que a pesar de que la factoría obtuvo utilidades en el 2014, éstas pudieron ser superiores.

Aseguró que en el 2013 la Licorera obtuvo utilidades por $4.982 millones por venta de licores y que en el 2014 los rendimientos fueron de $5.405 millones, lo que significa una variación a favor en el 2014 de $422 millones, con un incremento del 8%.

“Pero si miramos unidades vendidas, en el 2013 fueron 3’600.000 y en el 2014 se comercializaron 4’000.000, se vendieron de más 400 mil unidades de botellas, con un incremento del 10%. No obstante al observar el costo de unidades vendidas, ahí comienzan los desfases: en el 2013 cada botella que se produjo costó $3.385. En el 2014 ascendió a $3.473, lo cual significa que el incremento por botella en el 2014 fue de más de $88 por unidad respecto al 2013”, indicó.

Agregó, que en cuanto a utilidad neta por botella vendida en el 2013 quedó una ganancia de $1.384, mientras en el 2014 cada botella dejó una utilidad de $1.351, lo que quiere decir, según él, que en el 2014 por cada botella que se vendió le dejó a la Licorera menos $33 por unidad. “Si usted multiplica esos $33 por 4’000.000 de unidades, le da alrededor de $132 millones que debieron sumar a las utilidades”.

Añadió, que si se analiza la otra parte del gasto que son los equilibrios de un presupuesto de ingresos y gastos, los gastos generales en el 2013 fueron de $6.294 millones; en el 2014, subieron a $8.360 millones, lo que indica una variación de más de $2.060 millones que representa un incremento del 32%. De acuerdo con estas cifras, los gastos se dispararon desproporcionadamente en comparación con los ingresos, cuando uno de los principios fundamentales del presupuesto es que haya un equilibro entre ingresos y gastos, que en este estado de resultado no ha sucedido.

En cuanto a la cartera, para vender tres millones de unidades en el 2013 quedó una cartera pendiente a 31 de diciembre de $14.975 millones; en el 2014 para vender cuatro millones de unidades, la cartera pendiente se subió a $20.475 millones, o sea que quedaron por cobrar en comparación con el año 2013, $5.500 millones, o sea un incremento del 37%.

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Víctor Libardo Ramirez Fajardo, gerente de la Industria Licorera del Cauca.

Víctor Libardo Ramirez Fajardo, gerente de la Industria Licorera del Cauca.

Gerente responde a reparos del sindicato
Frente a los reparos hechos por el sindicato, el gerente de la Industria Licorera del Cauca, ILC, Víctor Libardo Ramírez Fajardo, quien asumió el cargo en noviembre de 2014, dijo que esos temas corresponden a administraciones anteriores a la suya, y que es importante que en la mesa propuesta por el contralor del Departamento se analice si son supuestos o son realidades las que se han dado en la empresa.

Con relación a la crítica que hace el sindicato acerca del pago de $160 millones para la elaboración de los planos para la construcción de la nueva planta de la ILC en el parque industrial y que fueron desechados, el gerente le dijo al periódico La Campana, que asumió el compromiso con el Gobierno Departamental de sacar adelante la construcción de la nueva planta, pero que infortunadamente ha tenido que destrabar una serie de inconvenientes de carácter jurídico, respecto a los planos que fueron contratados y elaborados en el año 2010 (gerencia de César Cristian Gómez Castro). Añadió, que tuvo que demostrarle a la Contraloría, que por cuestiones técnicas hay que modificar la ubicación de la zona de producción, por lo que los diseños había que volverlos a hacer. Para efectuar las modificaciones a nivel estructural le pidió apoyo a la Universidad del Cauca. “No se pretende ayudar a nadie, no hay amiguismo ni politiquería para la elaboración de unos planos que técnicamente tienen que conducirnos a hacer una planta moderna, ya se están trabajando los diseños, tanto arquitectónicos como estructurales”, aseguró Ramírez Fajardo, quien aspira a que en próximos días se esté abriendo la licitación para la construcción de la nueva sede de la factoría en el norte de Popayán.

Sede fue ofrecida al Consejo Superior de la judicatura
Hace unos meses se reunieron en Bogotá el gobernador del Cauca, Temístocles Ortega y el gerente de la Licorera, Víctor Liberado Ramírez Fajardo, con el presidente del Tribunal de lo Contencioso Administrativo y la directora nacional de la Administración Judicial, para ofrecer oficialmente la sede de Los Quingos a la rama judicial, la que se comprometió a conseguir los recursos para esa adquisición.

Se busca que este espacio tan querido, en donde nació Popayán, y que es patrimonio natural con su vecino el cerro de Las Tres Cruces, quede en manos del propio Estado y se respeten el Plan de Manejo y Protección del Sector Histórico, PEMP, y el POT, afirmó Ramírez Fajardo.

Sin disponibilidad presupuestal no se puede contratar
Según el sindicato, a finales del año pasado la administración de la ILC no adquirió materia prima, por lo que no se pudo producir aguardiente en los primeros meses del 2015. Al respecto el gerente Ramírez Fajardo dijo que las vigencias fiscales se inician el 1° de enero y bajo esa circunstancia no se puede contratar si no hay disponibilidad presupuestal.

Añadió que a mediados de diciembre de 2014, en reunión con miembros del Sindicato nacional y seccional, éstos recomendaron analizar criterios de transparencia y de calidad en la adquisición de materias primas, en especial alcohol y cartón.

“Pese a que puedo hacer contratación directa, les dije que para mí era de mayor tranquilidad hacer una licitación e invitar a otras empresas. Infortunadamente nos llegó enero con los trámites administrativos y se nos cruzó con el paro camionero. Cuando teníamos listo el contrato con la empresa que nos suministra el alcohol en el Ecuador, que fue la única oferente y de la que logré un descuento de tres centavos de dólar, respecto al año anterior, de un millón de litros que es lo que compramos para la producción, los trámites de nacionalización, los paros camionero e indígena demoraron esa compra.

La licitación para el suministro de las cajas de cartón nos atrasó un poco el proceso. El envase no se sacó a licitación porque Peldar es el único proveedor, pero se demoró en firmar el contrato, debido a las vacaciones en esa empresa”, explicó.

Señaló que en el mes de diciembre los distribuidores se aperan de los productos, como ha sido tradicional, para ganarse los descuentos y el precio nuevo del año siguiente, por lo que ese stock cubre los tres primeros meses del año, cuando las ventas de la Licorera son bajas, ya en abril se empieza a regular el mercado.

Ante la propuesta de buscar un mecanismo para evitar grandes volúmenes de ventas en diciembre y que sea la Licorera la que se gane el descuento, comentó que mientras la Licorera tenga producción, está en la obligación de vender, porque es muy difícil que una empresa industrial y comercial limite sus ventas, y así lo hiciera, los distribuidores podrían adquirir los productos con meses de antelación para ganarse el descuento.

Apoya iniciativa
El sindicato propone que para las ferias y fiestas de los pueblos se apoye más a los distribuidores y no se les dé aguardiente a los alcaldes, ni a los promotores de esos festejos que son los que se benefician. Al respecto Ramírez Fajardo indicó que le gusta esa sugerencia y que, precisamente, en enero pasado no se les dio ni una sola caja de aguardiente a los alcaldes.

No hay nómina paralela
Ante la sugerencia del sindicato de reducir el gasto, en especial el de personal, porque a su juicio hay mucha contratación a término definido, el gerente indicó que el sindicato se había referido a nóminas paralelas, y que éstas se dan cuando aparte de los funcionarios de planta que tienen unas funciones definidas, se contrata otro personal para hacer lo mismo, lo que no existe en la Licorera. La contratación que se ha hecho es para suplir necesidades laborales, como es el caso de envasado, en donde hay cinco o seis funcionarios de planta, de las más de 30 personas que deben funcionar de forma permanente en los dos turnos. Para esa sección se ha tenido que hacer contratación, porque varios trabajadores se han pensionado y otros están cumpliendo funciones administrativas. Igual sucede en infraestructura para eventos, que son constantes en los municipios y para ello no hay un solo funcionario de planta de la Industria Licorera del Cauca, tampoco en mantenimiento, porque el último maestro de obra se pensionó el 31 de diciembre de 2014.

“Ojalá tuviera mayor presupuesto para pagarles mejor a los ochenta y pico contratistas, entre quienes hay pasantes y judicantes. A sesenta de ellos se les paga salario mínimo. Son contratos laborales, en unos casos a ocho o nueve meses, otros a seis meses. A los profesionales se les paga entre uno y un millón y medio de pesos. Qué bueno fuera que la Licorera pudiera ofrecer alternativas de empleo para tanta gente”, afirmó.

Finalmente dijo que se está trabajando para hacerle un buen mercadeo al nuevo Ron Gorgona que produjo la administración anterior, producto con ocho años de añejamiento, con un sabor caribeño y de la misma casa, producción y tafia del Ron Abuelo, que es muy famoso.

 

 

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