Josefina Valencia de Hubach, vista por su hija Martha

Por en octubre 16, 2013

La Historia la reconoce como la precursora del voto femenino y defensora de los derechos de la mujer colombiana.

por: Aura Isabel Olano

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En la ceremonia de conmemoración del centenario de su nacimiento, celebrada el pasado 23 de septiembre en la augusta casa paterna, la del maestro Guillermo Valencia y su esposa Josefina Muñoz de Valencia, en donde se respiraron poesía y política, los oradores hicieron un muy acertado perfil y exaltaron las ejecutorias de Josefina Valencia de Hubach, que pasó a los anales de la historia como la precursora del voto femenino y defensora de los derechos de la mujer colombiana, cuyo camino abrió, demostrando que tenían la suficiencia y el talento para acceder a los más altos cargos de dirección del Estado y a las corporaciones de elección popular.
Quizás, todo se dijo sobre la vida pública de una mujer de carácter férreo, que se enfrentó al gobierno de los hombres. Pero, hacía falta mostrarla desde su hogar, de su entorno familiar, las otras facetas de esta importante mujer payanesa que influyó en la vida política nacional y regional.

Nadie más autorizada que su hija mayor Martha Hubach Valencia, quien en el homenaje estuvo muy conmovida, como también su única hermana Erna Josefina, acompañadas por sus hijos Andrés Larraín Hubach y Rodrigo Albán Hubach, respectivamente.

Mi mamá empezó a incursionar en política desde joven. Era muy independiente, muy segura de sí misma, con ideas claras, así fue toda su vida. Mientras en su casa paterna eran tratados por igual los hijos y las hijas, respetándoles a cada uno su forma de pensar, los derechos de la mujer en Colombia eran restringidos. Para ella esa situación no podía seguir así. También encontró en mi papá, Enrique Hubach Eggers, un gran apoyo, la empujó a que siguiera, a que volara con sus propias alas, como él le decía. Fue un entusiasta de la labor de mi mamá. Creo que por no ser colombiano, por haberse educado en Alemania, veía las cosas de otra manera, aunque allá las mujeres no estaban muy bien, pero él patrocinaba la libertad en todo. Mantuvo siempre un gran respeto por la gente, por los animales, por el medio ambiente, por la naturaleza. Fue un gran apoyo para mi mamá.

Placa conmemorativa del centenario del nacimiento de Josefina Valencia de Hubach, en ceremonia que se cumplió el pasado 23 de septiembre en el museo Casa Valencia. En foto su hija Martha Hubach Valencia.

Placa conmemorativa del centenario del nacimiento de Josefina Valencia de Hubach, en ceremonia que se cumplió el pasado 23 de septiembre en el museo Casa Valencia. En foto su hija Martha Hubach Valencia.

¿En dónde se conocieron?
En Popayán, porque mi papá llegó a Colombia en 1924 cuando el gobierno del general Pedro Nel Ospina le pidió al gobierno alemán unos geólogos, vinieron tres, mi papá fue uno de ellos, había terminado su carrera en la universidad de Berlín. Como era chileno de nacimiento hablaba español, y como su vida era la geología se vino a Colombia y se enamoró del país.

También, como era amigo de Enrique Uribe White, vino con él a Popayán a visitar a mi abuelo, Guillermo Valencia, y conoció a mi mamá, tuvieron un noviazgo de 10 años, se demoraron en casar porque mi papá era protestante, ateo diría yo, y a mi abuelo no le parecía. Un sábado, que estaba de visita, resolvieron que el miércoles siguiente se casaban por la iglesia. Con las creencias también fue muy respetuoso, a nosotras nos criaron en la religión católica y mi papá asistía a donde mi mamá iba.

Se establecieron en Bogotá, al poco tiempo murió mi abuelo. Luego de algunos años, se trasladaron a Popayán y organizaron con ganadería la finca Genagra. De esa actividad vivimos mucho tiempo. Luego, el presidente Laureano Gómez lo nombró director del Instituto Geológico Nacional, entonces regresamos a Bogotá. Al frente de ese cargo estuvo alrededor de siete años. Posteriormente fuimos a Europa, en donde estuvimos cerca de año y medio, pero mi papá se desesperó, le gustaba más Colombia; regresó a Genagra y se dedicó a la finca. De manera desinteresada hacia trabajos e investigaciones de geología, de los cuales ciertos aprovechados han vivido.

Asistentes al acto de conmemoración del centenario del nacimiento de Josefina Valencia de Hubach

Asistentes al acto de conmemoración del centenario del nacimiento de Josefina Valencia de Hubach

¿En dónde están los estudios que hizo el doctor Hubach?
Gran parte quedó en los boletines del Instituto Geológico Nacional, después Ingeominas y hoy Servicio Geológico Colombiano; otros están sueltos, los tenemos guardados, ha sido una falla, pero las dificultades de la vida diaria nos han impedido dedicarnos a esa compilación. También hay documentos de los trabajos que hizo para la Shell y para el Ministerio de Minas, recién llegado a Colombia.

 

¿Cuál es el la investigación más importante que dejó su padre?Mi papá estudió El Cerrejón, Cerro Matoso, la carretera a la Costa, hizo como tres viajes desde El Tambo hasta Timbiquí y Guapi. De un pueblo, ida y vuelta, fue a pie, estudiando por dónde era el sitio más adecuado y conveniente con el medio ambiente para trazar la carretera. Dejó cantidades de obras como el acueducto de Cúcuta, la Represa del Muña, en Cundinamarca. A mi tío Guillermo León Valencia le pidió que hiciera el inventario minero de Colombia. En un momento dado el 80% de los estudios geológicos del país eran realizados por él.

El alcalde de Popayán, Francisco Fuentes, hace entrega de una nota a las hijas de Josefina Valencia, Martha y Erna Josefina, acompañadas por sus hijos Andrés Larraín y Rodrigo Albán.

El alcalde de Popayán, Francisco Fuentes, hace entrega de una nota a las hijas de Josefina Valencia, Martha y Erna Josefina, acompañadas por sus hijos Andrés Larraín y Rodrigo Albán.

¿Dejó muchos estudios sobre el Cauca?

Sí, como la Marmolera en Corinto, una mina de cal en Caldono. A Turbay Ayala lo condecoraron por un estudio que realizó mi papá. Otros se aprovecharon de la investigación sobre Cerro Matoso, no quiero decir quiénes. Era el geólogo de Colombia, y la persona más desinteresada, solo percibía su sueldo del Instituto Geológico y los demás trabajos los hacía sin cobrar un peso. Cuando se iba agotando la mina de azufre de Puracé, hizo un estudio que le contrató Manuel María Mosquera, y encontró otra veta. En pago le recibió media bolsa de azufre, porque no le importaba cobrar. Murió el 23 de septiembre de 1.968, coincidió la fecha con la conmemoración del centenario de mi mamá, que se había cumplido el día anterior, pero como era domingo se pasó al lunes.

El expresidente Belisario Betancur, fué invitado especial al homenaje rendido a Josefina Valencia de Hubach

El expresidente Belisario Betancur, fué invitado especial al homenaje rendido a Josefina Valencia de Hubach

De lleno en la política
Aunque mi mamá siempre había tenido inquietudes acerca de la defensa de los derechos ciudadanos y en especial de la mujer, fue hasta el gobierno del general Gustavo Rojas Pinilla, cuando vino a Popayán a inaugurar la estatua de mi abuelo. Esa noche hubo una cena a la cual estaba invitada mucha gente de Popayán; mi mamá, que estaba en la mesa con sus hermanos Valencia Muñoz, les dijo, me voy a hablar con el general sobre los derechos femeninos, porque esto no puede seguir así. Mi tío Guillermo León comentó: “Allá va Pepa a tomarse el banquete”.

Se dirigió a la mesa del general, a quien le habló sobre lo importantes que serían los derechos de la mujer. Rojas Pinilla se mostró receptivo, le respondió que él también estaba muy interesado en ese tema, que se pusiera en contacto en Bogotá con el ministro de Gobierno, Lucio Pavón Núñez.

Así lo hizo. Fundaron la Organización Nacional Femenina, junto con Esmeralda Arboleda, Bertha Hernández de Ospina, María Correa de Haya, Martha Arango, Georgina de Gaitán y Gloria Pachón de Galán, quien estaba muy joven. Mi mamá fue miembro de la Asamblea Nacional Constituyente en 1954.

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En desarrollo de esas actividades, siendo muy niña fui al Senado a acompañarla, en donde habló con mucho énfasis y entusiasmo. Mi tío Guillermo León, que intervino luego, fue contrario a lo expresado por mi mamá. Empezó la discusión, cosa que me afectó bastante porque mi mamá y mi tío Guillermo León, dos personas tan importantes para mí, estaban en el Senado de la República discutiendo.

De pronto Bertha Hernández de Ospina se paró, y dijo: “Voy a intervenir porque de pronto este hombre se nos va a tirar la cosa”. En esa discusión hasta hubo mujeres en contra de la emancipación femenina.
Mi mamá y mi tío Guillermo León nunca estuvieron peleados, a pesar de tener ideas tan distintas, siempre hubo una gran unión familiar, pues cada uno pensaba distinto. Mi tío Álvaro Pío era un idealista, vivió su vida de acuerdo con sus ideas, fue el mejor miembro de familia para todos nosotros, un ser humano muy especial.

Acto Legislativo Número 3 de 1954 que reformó la Constitución Nacional: “Por el cual se otorga a la mujer el derecho activo y pasivo del sufragio”.

Acto Legislativo Número 3 de 1954 que reformó la Constitución Nacional: “Por el cual se otorga a la mujer el derecho activo y pasivo del sufragio”.

Primera gobernadora en Colombia
Recuerdo cuando la nombraron gobernadora del Cauca en 1955, fue la primera mujer que ocupó ese cargo en Colombia. Mi papá nos vino a dejar a Popayán a mi hermana y a mí, él regresó a Bogotá, trabajaba en el Instituto Geológico Nacional.

Algunos le hicieron la guerra en Popayán, el periódico El Liberal enfocó sus baterías de la manera más espantosa, fue injusto porque ella vino a poner orden. Mucha gente decía que se necesitaba una mujer para eso, pues los funcionarios no llegaban o entraban a trabajar a la hora que querían.

En 1956 fue nombrada ministra de Educación, siendo la primera mujer en llegar a un ministerio. Regresamos a Bogotá. Durante su gestión impulsó la creación del SENA, y en ese empeño fue decisivo el trabajo realizado por Marco Aurelio Bernal, uno de los funcionarios del Ministerio, quien había estado en Brasil estudiando acerca de las carreras técnicas e intermedias. Estando para la firma la oficialización de la creación de esta institución, se produjeron los hechos del 10 de mayo de 1957 cuando Rojas Pinilla fue obligado a renunciar de la Presidencia. Nunca se le reconoció a mi mamá su participación en la creación del SENA, que se inauguró meses después de su salida del gobierno.

Por los sucesos del 10 de mayo llegaron hasta nuestra casa a insultarlos, nos escondieron en el colegio Santa Clara, de monjas alemanas. Posteriormente la Junta Militar de Gobierno la designó embajadora ante la Unesco.

Al renunciar de ese cargo nos quedamos en Europa, a mi hermana y a mí nos internaron en Ginebra, mi papá prefirió regresar a Colombia, y mi mamá resolvió volver a la política. Luego fue senadora de la República, por la Alianza Nacional Popular. En 1970 luego de las elecciones presidenciales en las que se enfrentaron el general Gustavo Rojas Pinilla y Misael Pastrana, estuvo presa en la casa, porque el entonces presidente Carlos Lleras Restrepo, mandó arrestar a todos los dirigentes Anapistas.

Mi mamá siguió haciendo política desde el Congreso y también fue concejal de Popayán.

Fuerte, pero tierna
Fue una mamá inmejorable. Era de carácter fuerte, pero al mismo tiempo de gran ternura y sencillez. Quienes no la conocían, pensaban que era imposible. Nací entre personas de mucho valor y cero petulancias. Era dedicada a su hogar. Incluso, siendo gobernadora y también ministra, llegaba a la casa con sombrero, guantes, papeles debajo de un brazo y la cartera colgada del hombro, entraba a la cocina, observaba qué se iba a servir. Era una combinación de todo. Hacía cortinas, remendaba, bordaba, tizaba lana para hacer cojines y ejercitar sus manos y dedos.

Existen cobijas remendadas por ella, hay un mantel enorme que no terminó de bordar. Era polifacética.

 

Influencia de su padre
Mi abuelo Guillermo Valencia, influyó en su formación. Como por su casa pasaba tanta gente importante, tanto intelectual, ella participaba en todo. Mi tía Luz y mi mamá estuvieron siempre muy pendientes de mi abuelo. Desde muy pequeña manejó la casa, porque mi abuela Josefina Muñoz, murió a los 33 años. El mayor de los hermanos era
Guillermo León, seguían Álvaro Pio, Josefina, Luz y Giomar.
A su abuelo, Ignacio Muñoz Córdoba, se le murieron tres hijos en dos años: Carlos, María y Josefina, mi abuela. Entonces, todos los nietos se fueron con él, les construyó una casa para que pasaran vacaciones.

Ignacio Muñoz Cordoba, bisabuelo de Josefina Valencia de Hubach.

Ignacio Muñoz Cordoba, bisabuelo de Josefina Valencia de Hubach.

El abuelo Ignacio Muñoz Córdoba
Su abuelo Ignacio Muñoz Córdoba, que murió en 1.934, fue un consentidor de sus nietos, mi mamá lo adoraba, al igual que a su abuela Saturia Muñoz. Por la vida que llevaron en esa casa, las amigas le decían a mi mamá que escribiera, porque la casa de su abuelo Ignacio era como una ciudad, por la cantidad de gente que vivía en ella, muchas personas participaban en la contabilidad de sus haciendas y de todas las propiedades que tenía. De las fincas traían quesos, mantequillas, panes de azúcar, sal y toda clase de cosas, tenían gran actividad productiva, él era un gran empresario. Fue prácticamente ministro sin cartera de Hacienda Pública, campo en que asesoraba a su amigo el presidente Rafael Reyes, quien varias veces le ofreció ese ministerio, pero le respondió que si le garantizaba 30 años más de vida le aceptaba.

Había instalado por su cuenta teléfonos en las fincas, en esa época. Mi tío Álvaro Pio contaba que a las tres de la mañana estaba sentado, hablando con las personas que atendían las haciendas. A Genagra, no sé de dónde, le llegó a mi mamá un rollo muy grueso de alambre de cobre, del que su abuelo instalaba en las fincas para la telefonía.

Ningún homenaje
Mi mamá no recibió ningún homenaje en vida. Es más, un día mí tío Guillermo León le pidió que lo fuera a ver al Senado porque le quería mostrar algo. Entonces le sacó un pergamino que le habían llevado unas señoras para agradecerle a él por haber sido el adalid de los derechos femeninos. Los dos no salían de su asombro.

El gran aporte
Me siento orgullosa y muy agradecida con el destino por habérmela dado por mamá. Ella hizo política, fue influyente, muy importante en la obtención de los derechos femeninos y en muchos otros aspectos de la vida nacional, pero su mejor labor, fue la de ser madre y esposa.

Su gran aporte fue el logro de los derechos femeninos, haber estado en el momento oportuno con la persona precisa para poder dar el impulso que se necesitaba, porque muchas mujeres lo habían intentado, sin que obtuvieran resultados. Además se distinguió como una persona recta, leal, cariñosa y sensible.

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