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En Popayán la temporada seca se prolongará hasta febrero o marzo de 2016

Por Redacción en septiembre 30, 2015

Los incendios forestales son el mayor riesgo.

Mientras 210 municipios del país tienen racionamiento de agua y en otros 300 el abastecimiento está en riesgo, Popayán, a pesar del fuerte verano, no tiene hasta el momento limitado ese vital servicio.

Esto se debe a que la ciudad cuenta con una red articulada de abastecimiento de agua, que permite que si uno de los sistemas disminuye su caudal, de inmediato es compensado por otro. Al sistema Tablazo lo abastece el Río Piedras y para los meses de más bajos caudales, a partir de agosto, se complementa con la quebrada Pisojé y el Río Cauca, que son sus fuentes alternas. Al sistema Tulcán, que es el más antiguo, lo abastece el Río Molino. El del Acueducto del Norte capta las aguas del río Palacé y surte un vasto sector de la ciudad que se ha venido urbanizando, también alimenta el sistema de las Veredas y complementa el acueducto El

Tablazo para la zona norte de Popayán

En consecuencia, dice la Ecóloga Liliana Recamán, coordinadora del Área Ambiental de la Empresa de Acueducto y Alcantarillado de Popayán, que la ciudad es afortunada al tener varias fuentes de abastecimiento, unas principales y otras alternas como mitigación para las temporadas secas. Sin embargo insta a la ciudadanía a usar de manera responsable el agua.

El fenómeno del Niño

El del Niño es uno de los fenómenos más intensos de los últimos años y según los indicadores, puede extenderse hasta febrero- marzo de 2016 con un pronóstico del 90%, según la ecóloga Liliana Recamán, quien agrega que esta información lleva a analizar cómo se comporta el fenómeno en cada región, comparar los pronósticos y mirar las tendencias de los últimos años, a fin de comprobar si efectivamente genera una mayor probabilidad de ocurrencia del fenómeno.

“En este proceso hemos venido trabajando a través de un programa de investigación, de cambio climático, de seguridad alimentaria para América Latina, con el Centro de Agricultura Tropical, CIAT, el Ministerio de Agricultura, la Empresa de Acueducto y Alcantarillado de Popayán y la Fundación Río Piedras”, señaló la funcionaria.

En mesas denominadas climáticas se discute la información, tanto internacional como nacional y local, gracias a la cual se ven las tendencias y cómo se puede presentar el fenómeno. Para el caso de Popayán se analiza con la información del aeropuerto Guillermo León Valencia, que data de más de 30 años, la cual indica que para la capital del Cauca durante los meses de septiembre y octubre de 2015 el fenómeno tendrá un 90% muy marcado, lo que no quiere decir que no vaya a llover, va a llover, pero las precipitaciones serán menores y los días secos mayores, lo que afecta a los campesinos porque ellos programan sus siembras para esta época del año, indicó la experta.

Incendios forestales, el mayor riesgo

Según la ecóloga Recamán, los mayores riesgos en esta época seca son los incendios de cobertura vegetal. En Popayán, a 21 de septiembre de 2015 se habían presentado 694 incendios, según el Cuerpo de Bomberos Voluntarios. Y en otras poblaciones del Cauca, de acuerdo con recientes cifras de la Gobernación, estas conflagraciones llegaban a las 1.200 y 25 de ellas estaban fuera de control, afectando más de 7.000 hectáreas. Igualmente, 15 municipios han sido declarados en emergencia.

Un incendio forestal destruye en segundos lo que ha costado años conservar, y es muy difícil que se recupere el ecosistema porque se impactan el suelo, la fauna y los mismos ciclos. Se ha detectado que en sitios aledaños a Popayán, en donde se han presentado fuertes incendios, éstos han sido provocados, en particular, por personas ajenas a esos lugares, por lo general jóvenes que consumen marihuana en sectores como El Sendero y El Hogar. Otros aprovechan esta temporada seca para hacer quemas ‘controladas’ y proceder a sembrar, lo que unido a los fuertes vientos dejan de ser quemas para convertirse en voraces incendios.

Así mismo, de manera intencional algunas personas generan quemas para luego tumbar el bosque y cultivar. Este daño se ha observado en la cuenca del Río Molino. Cuando un árbol se quema, mueren sus raíces y se convierten en túneles que conducen el agua en la temporada de lluvias, lo que ocasiona saturación de los suelos y se producen los deslizamientos de tierra.

La ecóloga Liliana Recamán, recuerda que antes de que se produjera la fuerte temporada de 2013, quienes acudieron a esa práctica fueron denunciados. Tras el seguimiento hecho, se observó que esas personas resultaron afectadas por derrumbes y enormes movimientos en masa. Sin duda la naturaleza cobra los desmanes, sentenció. A diferencia de eso, en las evaluaciones hechas con las comunidades, es claro que los campesinos que han adelantado labores de conservación, han logrado una mejor respuesta de adaptación frente al impacto de los fenómenos naturales.

Popayán con 32°C

La temperatura de Popayán es normalmente de 19°C, pero en esta larga temporada seca, que se comenzó a sentir en las diferentes cuencas a partir de mayo, cuando disminuyeron las lluvias, ha llegado hasta los 32°C, según el monitoreo. “Por eso se habla de fenómenos de variabilidad climática que están unidos a periodos cortos de cambios, y el fenómeno del Niño es un ejemplo claro de esa variabilidad. También se predice que después de este fenómeno viene el de la Niña, que es de lluvias”, afirmó Liliana Recamán.
Estos fenómenos que siempre han existido pero con períodos más largos, se están volviendo cada vez más repetitivos. Las evaluaciones de cambio en períodos superiores a los 30 años, son los que ya se denominan cambio climático.

Los costos de los incendios

En términos ambientales los costos ocasionados por los incendios de cobertura vegetal son incalculables. Para atender emergencias y otros eventos, el Municipio tiene un convenio con el Cuerpo de Bomberos Voluntarios de Popayán, el cual atiende a través del aporte de los contribuyentes. Este año, según Miguel Ramírez, coordinador de la Unidad de Gestión del Riesgo, la Administración local le giró a la institución bomberil, alrededor de $900 millones, cuantía que gastó en combatir 200 incendios. “Si la gente no hubiera ocasionado esas conflagraciones, los recursos los habría invertido el Cuerpo de Bomberos en adquirir más equipos para atender, por ejemplo, colapsos de estructuras, capacitación de sus miembros, entre otras necesidades”, señaló el funcionario de la Alcaldía.

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