El San José hará trasplante de órganos y al frente de este avance está una cirujana payanesa

Por en noviembre 24, 2017

Por Aura Isabel Olano 

Liliana Caicedo Ramírez, una de las pocas cirujanas de trasplantes de órganos en Colombia y su equipo, harán que este hospital sea de cuarto nivel.

Pie de Foto: Liliana Caicedo Ramírez, cirujana de trasplantes de órganos.

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A pesar de que Popayán es la primera capital de Colombia con mayor incidencia de falla renal terminal y de pacientes que están en algún tipo de diálisis o hemodiálisis, era impensable que se pudiera hacer trasplante de riñón y menos en un hospital público.

Pero la oportunidad de nueva vida para muchos enfermos está cerca, en un par de meses en el Hospital Universitario San José de Popayán se comenzará a practicar cirugía de trasplante, para lo cual se construyen quirófanos y se prepara la logística correspondiente.

En consecuencia, el HUSJ se convierte en el primer centro asistencial público en tener programa de trasplante en Colombia, gracias a que la joven médica Liliana Caicedo Ramírez se entrenó, convirtiéndose en la primera cirujana de trasplante de órganos del Cauca, y una de las cinco que en este campo han egresado de las dos únicas universidades que en el país ofrecen esta subespecialidad médica, como son la Universidad de Antioquia e Icesi de Cali, esta última en convenio con la clínica Valle del Lili, en donde cursó su Fellowship en trasplante de órganos intraabdominales. Anteriormente, los médicos tenían que cursar esta subespecialidad en otros países.

El propósito de la cirujana Caicedo Ramírez, egresada de la Universidad del Cauca, tanto de pregrado (2003) como de especialista en cirugía general (2008) y en cirugía de órganos en Icesi (2017) es ayudar a muchas personas del Departamento del Cauca que padecen enfermedad crónica y que necesitan trasplante de órganos, como hígado, páncreas o intestino, y que en su mayoría no pueden desplazarse a otra ciudad por tratarse de un proceso complejo y largo.

Considerando que esta subespecialización se requería y que no es la que normalmente los médicos prefieren, porque la ven como un campo raro, esta cirujana quiso demostrarles a su familia y a sus compañeros de trabajo que se podía lograr lo que parecía imposible: la donación de órganos y la cirugía de trasplantes. Por medio de un trabajo de educación, intensificado en los últimos meses, ya hay más conciencia sobre la donación.

Para la cirujana general Liliana Caicedo, no era fácil acceder a esta subespecialidad, porque en Icesi solo se recibe a un alumno por año y de tiempo completo. El proceso fue luchado y luego del examen, al que se presentaron varios aspirantes, solo tres médicos pasaron a la entrevista y fue escogida la especialista payanesa.

Muchos pacientes se sorprenden al ver a una cirujana joven, que tendrá el reto de devolverles la esperanza y la alegría de vivir. “A veces preguntan, que si no hay un cirujano mayor o con más experiencia, de pronto con el género no hay tanto problema, pero con la edad sí, esperan encontrar a un cirujano más “maduro”, les explico que contamos con todo el entrenamiento, con la experiencia, que llevamos bastante tiempo operando, entonces superan ese temor”, dice la doctora Caicedo Ramírez.

L.C. Mientras hacía la subespecialización, ¿continuaba haciendo cirugía en el San José?
L.C.R. Mis profesores de cirugía me apoyaron, los fines de semana que tenía libres en la subespecialización, venía a Popayán y hacía turnos de cirugía general o cirugía electiva, ellos se adaptaban un poco al horario que yo pudiera tener. Durante los dos años de estudio seguí estando en cirugía general en el hospital.

L.C. Esta es una especialización muy reciente en el país, ¿qué tantos pacientes atiende la clínica Valle del Lili en Cali?
L.C.R. La Fundación tiene un alto volumen de pacientes para trasplante intraabdominal, es pionera en Colombia, hace ciertos tipos de trasplante, por ejemplo, para receptor pediátrico de hígado, que no se practica en otros lugares de Colombia ni de Suramérica, por lo que llegan muchos niños remitidos por los gobiernos de Argentina, Ecuador y Panamá, es una gran experiencia porque no solamente se hacen los trasplantes convencionales, que son de donante cadavérico, sino también intrafamiliar, tanto de riñón como de hígado. Igualmente, es pionera en trasplante de intestino.

L.C. Además de adelantar esta subespecialización, a la que no se le miden muchos médicos, ¿qué significó regresar a Popayán y asumir el reto de impulsar la donación y hacer trasplantes?
L.C.R. Cuando me entrevistaron como candidata a esa subespecialización, dije que regresaría a Popayán porque lo necesitábamos. Afortunadamente, el grupo del Hospital Universitario San José de Popayán me apoyó. A pesar de ser un hospital público, ha tenido la visión de seguir creciendo y hemos trabajado mucho en los últimos dos o tres años para sensibilizar sobre la donación de órganos. A esa idea que parecía loca, la gente ha ido respondiendo, lo que es una gran satisfacción. En este momento hay anestesiólogos, nefrólogos y personal de enfermería que se han entrenado con sus propios recursos para integrar el grupo de trasplante, nadie nos patrocinó.

L.C. ¿Cuándo regresó a Popayán, después de su segunda especialidad?
L.C.R. En junio de 2017 y desde entonces, con el apoyo fundamental de las directivas del Hospital Universitario San José, he venido organizando el programa de trasplantes con el que este centro asistencial aspira ser de cuarto nivel de complejidad médica, porque de lo que se trata es de tener servicios que hagan la diferencia, que se requieran y que no se ofrezcan en otra parte.

L.C. ¿Cuál es la inversión que hace el hospital Universitario San José?
L.C.R. El hospital dispone de un presupuesto de $ 2.000 millones para sacar adelante el proyecto de trasplante, porque hay que adecuar quirófanos, el servicio de patología, el laboratorio de inmunología, instrumental quirúrgico y medicamentos especiales para los pacientes trasplantados, según decisión administrativa de la gerente Derlin Delgado Rodríguez, con el apoyo de la Junta Directiva. Estamos a la espera de la finalización de esas obras para solicitarle al Ministerio de Salud la habilitación y poder empezar.

L.C. ¿Cómo está conformado el equipo humano del programa de trasplantes?
L.C.R. El Ministerio de Salud exige, obviamente, un cirujano de trasplante, un anestesiólogo con entrenamiento en trasplante, en este caso renal que es con lo que vamos a empezar; un nefrólogo con entrenamiento en paciente trasplantado, un médico general con diplomado en coordinación operativa de donación, que es el que enfoca a la familia, cuida ese potencial donante y ve que sean viables los órganos; una jefe de enfermería para la atención de estos pacientes, psicóloga, trabajadora social y nutricionista, todos con énfasis en trasplante. Además se necesitan unas pruebas especiales de inmunología para ver la compatibilidad que se tiene entre los órganos y los posibles receptores, prueba que no se hace en ningún laboratorio de la ciudad, por lo que se requieren entrenamiento y equipos especiales.

David Ballesteros, nefrólogo; Felipe Muñoz, anestesiólogo; Liliana Caicedo, cirujana de trasplante; Andrés Sánchez, anestesiólogo y Diego Rojas, anestesiólogo, conforman el grupo médico del programa de trasplante de órganos del Hospital Universitario San José.

David Ballesteros, nefrólogo; Felipe Muñoz, anestesiólogo; Liliana Caicedo, cirujana de trasplante; Andrés Sánchez, anestesiólogo y Diego Rojas, anestesiólogo, conforman el grupo médico del programa de trasplante de órganos del Hospital Universitario San José.

L.C. ¿Desde cuándo hace cirugía de trasplante?
L.C.R. Hace dos años en la Fundación Valle del Lili, mientras cursaba la subespecialización en cirugía de trasplante, y actualmente. La idea es empezar en unos meses a hacer trasplante renal en el San José.

L.C. ¿Qué sensación tuvo al practicar su primera cirugía de trasplante?
L.C.R. Fue emocionante, porque son pacientes que han sufrido mucho a causa de una enfermedad crónica, en el caso del riñón tienen que estar conectados a una máquina, ya sea por la vena o a través del abdomen. Cuando uno pone el riñón nuevo, después de haber hecho todas las pruebas para que sea compatible, y sin haber terminado la cirugía comienza a producir orina, es muy satisfactorio, porque es observar de inmediato el funcionamiento de ese órgano donado. Igualmente, ver al paciente despierto después de operado, emocionado porque está orinando, cuando llevaba años sin hacerlo normalmente, es un momento de felicidad, pues se da cuenta de que su vida por fin cambió. Esa es la mejor recompensa que uno puede recibir, ver la satisfacción del paciente y de su familia, porque es una enfermedad que afecta a todos.

L.C. ¿Cuántas horas dura una cirugía de trasplante?
L.C.R. Para hígado son entre seis y ocho horas, a veces pueden extenderse mucho más; para riñón son tres horas, más la cirugía de rescate o extracción de esos órganos que normalmente son tres horas. Las jornadas son largas y contrarreloj, porque se hace la extracción y de inmediato hay que empezar con los trasplantes.

Las cirugías se presentan de día, de noche, a la madrugada y el cirujano y su equipo deben trabajar durante muchas horas, pero se olvidan el cansancio y el esfuerzo al saber que esos pacientes realmente van a tener una muy buena sobrevida.

L.C. ¿Cuáles han sido las cirugías más complejas?
L.C.R. Las de trasplante hepático, porque tienen muchas enfermedades alrededor: problemas cardiovasculares, de pulmón…Técnicamente sacar ese hígado que está dañado es complejo, porque se adhiere mucho a los otros órganos, a veces esa cirugía es más compleja que poner el nuevo hígado.

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L.C. ¿Cuántos médicos participan en la cirugía?
L.C.R. El anestesiólogo con entrenamiento en trasplante, habitualmente entran dos cirujanos de trasplante, un médico ayudante, el coordinador médico que está pendiente de la preservación de los órganos y el especialista clínico que sea nefrólogo o hepatólogo, según el órgano, un especialista clínico que también maneja a los pacientes, además de la instrumentadora quirúrgica y un auxiliar de enfermería. El grupo es muy completo y constantemente se está dando apoyo de psicología, trabajo social para el paciente y la familia, porque implica muchos aspectos, no es simplemente trasplantarse y ya, sino que requiere un compromiso del paciente – todos los días y de por vida debe tomar un medicamento inmunosupresor- y de la institución para los controles que son mensuales, así esté funcionando bien su órgano. De eso depende también el resultado a largo plazo de un trasplante.

L.C. ¿Aún no se trasplanta en el Cauca?
L.C.R. Todavía no. Colombia está dividida en regionales y nosotros hacemos parte de la regional tres, conformada por cinco departamentos: Cauca, Nariño, Valle, Caldas y Risaralda, y en la única ciudad del suroccidente del país en donde existen centros trasplantadores es Cali, en la Fundación Valle del Lili y en Imbanaco. Infortunadamente en Colombia no hay mucha conciencia de donación de órganos, razón por la cual el tiempo que permanece un paciente a la espera de un trasplante es largo. Lo que queremos en el Cauca es darles la oportunidad a nuestros propios pacientes de ser trasplantados.

L.C. ¿Está usted haciendo cirugía de extracción de órganos donados?
L.C.R. En Popayán estamos preparando el grupo para empezar a hacer trasplante en los próximos meses, tres máximo, lo que sí hacemos es la cirugía de rescate para preservar los órganos. Si hay un donante en Popayán, la cirugía se hace aquí, cumpliendo con criterios específicos, como la muerte encefálica y con la aceptación de la familia.

L.C. ¿Quién puede ser donante de órganos?
L.C.R. En primer lugar el paciente en muerte encefálica que es una condición de daño cerebral irreversible y aunque los otros órganos están viables porque les llega aún sangre, el paciente ha fallecido.

La cirujana de trasplantes, Liliana Caicedo Ramírez, y su equipo de especialistas, harán que el hospital Universitario San José de Popayán, sea de cuarto nivel.

La cirujana de trasplantes, Liliana Caicedo Ramírez, y su equipo de especialistas, harán que el hospital Universitario San José de Popayán, sea de cuarto nivel.

La segunda forma de donación es la de tejidos como cornea, piel, huesos, entre otros, que se pueden donar cuando la persona ha presentado parada cardiaca (la forma más frecuente) y esos tejidos se pueden extraer hasta 10 horas después del fallecimiento.

En ambas situaciones se solicita a la familia consentimiento para la donación de órganos y tejidos.

Se hace la cirugía para extraer los órganos en la EPS en donde esté el paciente y se envían a Cali, porque allí se encuentra el grupo de trasplante. Esperamos en un par de meses empezar en el Hospital San José con trasplante renal, para que los riñones que salen del donante del Cauca sean para pacientes de Popayán.

L.C. ¿Qué prelación tienen los pacientes del Cauca para ser trasplantados?
L.C.R. Un paciente con falla renal terminal que esté en diálisis, el trasplante siempre es la mejor opción y debe ser valorado por el grupo de trasplantes en Cali, en donde le practican una serie de exámenes para determinar si puede ser trasplantado, en ese caso tiene que esperar a que lo llamen. En este momento la lista es larga porque en el mismo grupo hay cinco departamentos.
Hemos trabajado mucho para que en el Cauca salgan donantes, y se ha mejorado a través de una campaña de educación sobre lo que realmente es la donación. Pacientes con muerte encefálica, infortunadamente llegan a diario, pero no todas las familias aceptan donar órganos porque existen muchos mitos. En el mismo medio médico o asistencial los teníamos. No hay trasplante si no hay donante, está ligado.

L.C. ¿Con el rescate de órganos y en poco tiempo con la cirugía de trasplante, se ha pensado en un banco de órganos en el HUSJ?
L.C.R. Una vez el Ministerio de Salud habilite al Hospital Universitario San José como un centro trasplantador, tenemos que empezar a hacer las valoraciones de los potenciales pacientes que se van a trasplantar. En el caso del riñón, el nefrólogo de la Unidad Renal donde esté ese paciente, determina cuál considera que puede ser trasplantado y lo envía para ser valorado por nosotros.

L.C. ¿Con su entrenamiento como cirujana de trasplantes le dio un plus al hospital San José?
L.C.R. Sí, esa es la idea. Lo que queremos es fortalecer el hospital Universitario San José, que ha sido nuestra casa, en donde todos estudiamos y nos formamos, el cual sigue siendo el principal hospital del Cauca, y se necesita ampliar los servicios que le permitan ser de cuarto nivel. No se pensaba que se pudiera hacer cirugía de trasplantes en Popayán, sino en otras ciudades y alguien tenía que dar el primer paso.

L.C. Usted habla de una lista de espera larga para trasplante de órganos, ¿Qué estadística hay?
L.C.R. En Colombia, a octubre de 2017 había 2.700 personas esperando un órgano o tejido, de ese número, 2.400 son para riñón, que es el mayor volumen; en segundo lugar está el hígado, alrededor de 130 pacientes en el país; les siguen corazón, páncreas e intestino. En cuanto a tejidos, la córnea es la mayor necesidad, solo en el suroccidente colombiano hay 2.400 personas esperando una córnea; también hay muchos pacientes requiriendo piel, válvulas del corazón, músculos, tendones y huesos. Con un solo donante se pueden salvar 55 pacientes. Hay muchas enfermedades y numerosas personas padecen algún grado de discapacidad porque tienen afectado alguno de estos tejidos.

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La necesidad es muy grande, hay muchos pacientes en lista de espera, por lo que necesitamos crear cultura de donación, y en eso seguimos trabajando para que la gente sepa la realidad de lo que es la donación de órganos.

L.C. ¿Todas las personas que tienen falla renal son candidatas a trasplante?
L.C.R. El trasplante es el mejor tratamiento para la persona que tenga falla renal, infortunadamente no todos son candidatos, porque pueden tener enfermedades de base: corazón o pulmón, que no les permite ser trasplantados, debido al riesgo quirúrgico. Lo que sí se sabe, es que la sobrevida del paciente que logra ser trasplantado es mucho mayor que la de la persona en diálisis, así como su calidad de vida. Para el paciente que está en falla renal o para el que aún no haya entrado en diálisis, pero que tenga enfermedad renal terminal, si se trasplanta antes de empezar esa diálisis, su expectativa y calidad de vida mejoran considerablemente.

L.C. ¿Cómo es el procedimiento de rescate de órganos de paciente de muerte encefálica?
L.C.R. Es un procedimiento contrarreloj, porque es muy complejo y se necesitan pruebas especiales, hay un tiempo que no podemos cambiar. El paciente en muerte encefálica está normalmente en una unidad de cuidado intensivo, con un ventilador que respira por él y con medicamentos que permiten que su corazón siga latiendo y el flujo de sangre llegue a todos los órganos. Si la familia acepta la donación, se practican exámenes adicionales para constatar que no tenga ninguna infección, porque siempre se busca la seguridad del paciente que va a recibir ese órgano. Si esas pruebas infecciosas, panel bastante amplio, salen negativas, la siguiente prueba es la de compatibilidad, ahí se define a quién le sirve ese órgano y se llama a los que estén en la lista. Como esas pruebas son especiales se demoran un tiempo, con el que uno corre, porque a pesar de que el paciente en muerte encefálica esté en una máquina y con medicamentos, el organismo se está deteriorando. A pesar de todo el soporte, el paciente hará parada del corazón en cualquier momento, y ese es el tiempo con el que nosotros luchamos para hacer todas las pruebas y cuando estas salgan, hacemos la cirugía de rescate o de preservación de los órganos.

L.C. Una vez se rescata ese órgano, ¿cómo se mantiene?
L.C.R. La sangre se reemplaza por un líquido que tiene ciertas sustancias que permiten que ese órgano quede como invernando, que no esté funcionando porque va a consumir y a necesitar mucho oxígeno, pero que tampoco quede sin funcionar, se deja medio adormecido y a una temperatura de 4°; en esas condiciones se empaca con todo el sistema estéril en unas bolsas especiales con el líquido de preservación, se pasa a unas neveras, y ahí nuevamente hay un tiempo límite para poder trasplantar el órgano. Entre el momento en que le dejó de circular la sangre hasta que vuelve a pasársela cuando ya está trasplantado, el tiempo es límite. Por ejemplo, el corazón son tres horas, en el hígado son de 6 a 8, los riñones dan un poco más de tiempo, hasta 12 horas, pero todo es contrarreloj, por lo que hay que salir de inmediato y tener listo al paciente que lo va a recibir.

Tanto la cirugía de extracción de los órganos como el trasplante, están cubiertos por el sistema de salud. Todo el proceso, tanto de valoración para determinar si se trasplanta, como la cirugía y los controles de por vida que requiere el paciente, junto con los medicamentos, están cubiertos por el POS.

L.C. Si dentro de un tiempo se dice que la precursora en el Cauca del trasplante de órganos fue la cirujana Liliana Caicedo Ramírez, ¿qué sentiría?
L.C.R. A veces de las ideas locas logramos cosas grandes, lo más importante es poderles dar esa oportunidad a muchos pacientes, no todas las personas tienen la facilidad de que en Cali les practiquen una valoración, en especial la población rural, y después de trasplantadas, mínimo tienen que quedarse dos meses viviendo en esa otra ciudad.

Si logramos tener este grupo en Popayán, la cobertura aumentará, porque para esta población será más fácil estar en el hospital San José, que llegar al Valle del Lili o a Imbanaco, en Cali; eso es lo que queremos, que la gente que antes no veía esa opción en su vida, ahora sepa que estamos trabajando para que puedan acceder, no solo pacientes del Cauca, sino de Nariño, Putumayo, Huila y de otras zonas del suroccidente.

Que no sean únicamente 26 lugares de Colombia en donde se haga trasplante, sino que se multipliquen, porque son demasiados los pacientes, entonces se necesitan más grupos trasplantadores. Solo en Popayán hay cuatro unidades renales, eso es muchísimo para la población y tamaño de la ciudad, manejan 800 pacientes solo en hemodiálisis, o sea diálisis por la vena, más los pacientes que están en diálisis por el abdomen. Es decir, que en el Cauca tenemos una incidencia muy alta de pacientes que están en terapia de reemplazo renal. Las principales causas son hipertensión y diabetes, pero debe haber otro factor que hace, no en el Cauca, sino en Popayán como capital, que sea la que más volumen tiene. Como departamento no estamos tan altos en la estadística, pero como ciudad capital es la primera con prevalencia de enfermedad renal terminal y en terapia de reemplazo renal.

También puede haber un subregistro, seguramente muchos pacientes del área rural no están diagnosticados o no tienen un adecuado control de su enfermedad, por lo tanto no existen registros, puede ser que a nivel del Cauca también el volumen de pacientes con enfermedad renal sea equivalente a lo que tenemos en Popayán, pero no se ha detectado por falta de consulta, o esta se hace cuando se sienten muy enfermos porque puede que el sistema de salud no les haya permitido una valoración especializada.

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