Un impulso al liderazgo femenino

Por en septiembre 16, 2021

Inés Adriana Olano

Gerente de Transformación de Recursos Humanos Bayer

Miembro WiC – Women in Connection

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En pleno siglo veintiuno encontramos resistencia a que las mujeres disfruten de igualdad de condiciones para acceder a espacios de toma de decisiones. Es frecuente que fallos de nombramiento de mujeres sean tomadas por juntas exclusivamente conformadas por hombres. Sesgos inconscientes, estructuras sin un enfoque dedicado a la mujer, así como el poder de la costumbre limitan a las juntas a considerar el enriquecimiento que lleva fomentar talento femenino. 

Cifras como las que encontramos en publicaciones de ONU Mujeres son contundentes: en solo veintiún países hay jefas de Estado o de Gobierno, y 119 países nunca han sido presididos por mujeres. En el ámbito local y corporativo, contamos solo con un 17% de participación de mujeres en órganos de gobierno. Los datos muestran una representación de género insuficiente en la toma de decisiones. 

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Mientras sigamos manteniendo a las mujeres fuera de los espacios de decisión, las posibilidades de conocer nuevos talentos y estilos de gestión diferentes serán limitadas. La pandemia nos ha abierto el camino para desafiar paradigmas; cada vez se hace imprescindible contar con líderes más humanos, más empáticos, con capacidad de tomar decisiones rápidas en ambientes inciertos, con una comunicación efectiva que transmita mensajes claros, transparentes y cercanos, aplicando además la creatividad en la búsqueda de soluciones. Esta necesidad abre, sin duda, una puerta para que el liderazgo femenino tome aún más impulso, haciendo real el ideal de una generación que no se queda esperando, sino que hace parte de la solución. Está en nuestras manos aprovechar este momento y nuestra capacidad de trabajar colaborativamente para lograr impacto positivo.

Los beneficios que puede aportar el talento femenino al progreso de una compañía son innumerables. Aunque no se evidencie un soporte estadístico que afirme que las mujeres logramos una mejor gestión durante tiempos de crisis, sí tenemos muchas características que nos ayudan con este propósito. Nuestro estilo de liderazgo transformacional nos da la posibilidad de innovar, ser adaptables, flexibles y persuasivas. Además, somos capaces de combinar el enfoque al logro y la atención por el bien de las personas. El secreto reside en que, como líderes, generalmente preferimos crear estructuras organizacionales más horizontales que permiten a todos trabajar en una atmósfera colaborativa. Esto no solo genera un trabajo más fluido y eficiente como consecuencia, sino que además permite propiciar cercanía a la hora de lograr compromisos en pro de un proyecto en particular. Conjugar eficiencia y preocupación por los demás se vuelve una misión, si bien no fácil, al menos realizable.

Nuestros esfuerzos deben enfocarse en construir comunidades que nos permitan fortalecer el liderazgo femenino. Conocemos muchas mujeres exitosas, y todos estamos de acuerdo en que necesitamos más. Empoderarnos para participar plenamente en todos los sectores y niveles resulta fundamental para cerrar brechas, construir economías fuertes, establecer sociedades más estables y dejar un legado para futuras generaciones. 

Está en manos de las áreas de talento, pero principalmente en las de los líderes, trabajar por que cada vez seamos más inclusivos al identificar, atraer, promover y desarrollar talento para crear una fuerza laboral diversa que nos permita lograr los objetivos de negocio a largo plazo. 

Mi compromiso está con la mentoría y la sororidad con futuras líderes, allí está mi apuesta de desarrollo de Talento.

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