Josefina Angulo de Garrido le abrió el camino a la mujer caucana

Por en abril 23, 2021

En memoria de la ex gobernadora del Cauca, Josefina Angulo de Garrido, transcribimos una entrevista que la revista Visión Comfacauca le hizo en el 2017, en su sección Homenaje. 

Por Aura Isabel Olano

Con una balada de los años 70 y cálido saludo recibió en su acogedora residencia a Visión Comfacauca, la primera mujer a quien la Universidad del Cauca en sus 190 años de existencia le confirió el título Honoris Causa.

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Su amor por la ciudad saltaba a la vista: dos significativas acuarelas del pintor Arnulfo Sarria, de sitios tradicionales de Popayán, hermosas orquídeas en flor, a lado y lado de la Virgen. Ese agradable corredor, de mullidos sofás de cuero, con vista al patiojardín de estilo Popayán, era el sitio preciso para charlar con Josefina Angulo de Garrido, una de las mujeres que contribuyó a abrirles la brecha a sus congéneres caucanas, sin más pergaminos que su deseo de servir a su Departamento a través de la política que estaba reservada solo a los hombres.

Con su alegre mirada azul y su jovial espíritu, que siempre la han caracterizado, en medio de la conversación y refiriéndose a esa hazaña, comentó que ella y las mujeres de su tiempo fueron muy lanzadas al asumir retos tan importantes, acreditadas tan solo con su título de bachiller comercial, que era la meta a mediados del siglo pasado. Tan solo dos colegios en Bogotá ofrecían el bachillerato clásico que les podía permitir el ingreso a la educación superior, como lo hizo Esmeralda Arboleda, la primera mujer que accedió a la Universidad del Cauca y logró graduarse de abogada, a pesar de los ojos inquisidores de una sociedad pacata y machista. Situación similar se presentaba en el ámbito nacional.   

Josefina Angulo de Garrido, le abrió el camino a la mujer caucana. 

 

Josefina Angulo de Garrido, con el apoyo de su esposo Henry Garrido Villaquirán, asumió el reto de participar en la vida pública para ayudar a abrir espacios antes inimaginados y oportunidades a las mujeres que acababan de lograr en la Asamblea Nacional Constituyente de 1954 la máxima conquista: ser ciudadanas, obtener el derecho a elegir y ser elegidas. Ese ejercicio activo del sufragio lo comenzaron a ejercer en el año de 1957 cuando se votó el primer plebiscito en Colombia. Pero la lucha de la mujer no fue fácil. 

De ahí que llegar a posiciones importantes para influir en las decisiones políticas nacionales y regionales con el fin de solucionar múltiples problemas sociales, merezca reconocimiento, como se lo hizo la Universidad del Cauca el pasado 21 de julio de 2017 a Josefina Angulo de Garrido, quien dijo en su discurso que el grado Honoris Causa en Ciencias Políticas que recibía, era el broche de su vida. 

Comparé ese acto con algo muy popayanejo: El Sol de los Venados, un atardecer lleno de colorido, de ilusiones, de esperanzas en otro sentido, porque ya no soy una persona joven, pero realmente llenó mi corazón de alegría y de agradecimiento a Dios y a las personas que tuvieron la generosidad de otorgarlo”.

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Luego del histórico plebiscito se le empezó a dar a la mujer algunas oportunidades, la primera en su caso fue como secretaria de Educación del Departamento del Cauca, en un entorno de machismo. 

Recuerda esta líder política a valiosas y aguerridas mujeres que lucharon y se hicieron oír en diferentes escenarios. En abril de 1954, por ejemplo, se creó en Bogotá la Organización Femenina Nacional, según las bases presentadas por Esmeralda Arboleda y Josefina Valencia Hubach. Evoca, igualmente, a Bertha Hernández de Ospina, a María Currea de Aya, a Isabel Lleras de Ospina, Aydeé Anzola, a Marielena de Crovo, entre otras tantas mujeres que lucharon para hacer valer sus derechos.

La ex gobernadora del Cauca con la política en la sangre.

 “Poco a poco las mujeres fuimos abriendo una brecha que no fue fácil y todavía existe cierta reticencia, pero la mujer ha demostrado su capacidad, y hoy en día, gracias a ese logro, tenemos senadoras, representantes, ministras, concejales y diputadas, la mujer está a lo largo y ancho de Colombia ocupando posiciones”, indicó.

La ex gobernadora cree que en su época los partidos tradicionales, el Liberal y el Conservador, defendían sus respectivas doctrinas y primaban los intereses de la colectividad, antes que los personales. “Ahora son partidos de bolsillo, que han generado la corrupción en el país. Uno se posesionaba en un cargo para servir a la comunidad. Hoy se toma posesión de un cargo para explotar o valerse de la comunidad en favor de uno mismo. Eso es muy triste para Colombia”.

Luego de desempeñarse como secretaria de educación en el gobierno de Carlos Obando, fue concejal de Popayán, repitió Secretaría de Educación, llegó a la Asamblea del Departamento. En 1964 el gobernador Henry Simmonds Pardo la nombró alcaldesa de Popayán, título que la enorgullece; posteriormente el presidente Alfonso López Michelsen la designó gobernadora del Cauca; en 1978 salió elegida al Senado de la República por su partido conservador. Ella y Bertha Hernández de Ospina eran las únicas mujeres en esa célula legislativa. Representó a esa corporación en México, en el Parlamento Latinoamericano.

Su paso por el ejecutivo y el legislativo le dio gran experiencia y conocimiento de la cosa pública y le permitió conocer el Departamento, el que recorrió como secretaria de Educación dos veces, gobernadora, diputada y senadora. 

Inaugurar una escuela, es inaugurar futuro: Josefina Angulo de Garrido.

La educación fue siempre su prioridad, inauguró y dotó varios colegios en el Departamento. “Inaugurar una escuela, es inaugurar futuro”, indica. Le vienen a su memoria las instituciones que dejó en San Lorenzo y en Santa Rosa, municipios en donde aún la recuerdan. 

“Conocí el Departamento, lo recorrí todo cuando se podía viajar sin escoltas y golpear en la casa de cualquier campesino para solicitarle, por ejemplo, la ayuda para cambiar una llanta, porque en ese tiempo se pinchaban con frecuencia. Ir a Bolívar era algo tremendo, lo mismo a Santa Rosa, pero lo hacía con gusto, con entusiasmo, sin peligro. Viví mi Departamento y lo disfruté”. 

Comenta, que no conoció los escoltas y que alguna vez le preguntaron si quería ese servicio, les respondió que no tenía nada que temer. Viajaba por difíciles carreteras en compañía de su gabinete, regresaba a Popayán a la madrugada, sin novedad, a nadie se le ocurría que podía ser objeto de secuestro, la guerrilla existía, pero en las montañas, no en las ciudades ni poblados, afirma. 

El retiroDespués de 28 años de actividad política, le anunció a su familia que se iba a retirar. Obviamente su esposo y sus hijos se sonrieron: ‘Tú no dejas la política’, le dijeron. Pero la dejó en parte porque la lleva en la sangre. Se convirtió, entonces, en respetada y acatada consejera. “Sigo luchando por Colombia, por mi Departamento y por Popayán hasta el último día de mi vida. Hay que morir con los zapatos puestos, trabajando y luchando”, señala con vehemencia. 

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