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Colombia quiere ver al estadista

Por en septiembre 17, 2013

Editorial

El último mes no ha sido nada fácil para el presidente de la República, Juan Manuel Santos, que por cuenta de su falta de manejo y hasta de tino, desconoció el anunciado paro nacional agrario.

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Tampoco ha sido fácil para los colombianos, que no sintieron, ni vieron a un estadista presto a solucionar una grave problemática, a través, en primer lugar, del reconocimiento de un fenómeno social que le estallaba en diversos puntos de la geografía nacional, provocando entre los ciudadanos una terrible incertidumbre, como si estuvieran camino del calvario. Lejos estaba de mostrarse como Estadista, el orientador del Estado, del que hace de éste un instrumento al servicio de la Nación.

En esa condición, que debe estar por encima del político común, no se minimizan los problemas, ni se sale con frases destempladas, impropias de un gobernante, que debe mostrar, además, acertado manejo del lenguaje.
Como resultado de ese torbellino que le produjo al país terrible aturdimiento y desazón, el presidente Santos se desplomó en las encuestas. En el sondeo de opinión del 27 de agosto al 2 de septiembre, en plena efervescencia del paro agrario, del que dijo en sus comienzos que no existía, cuando ya estaban tomadas las carreteras por los manifestantes y la comida dejaba de ingresar a los mercados citadinos, su imagen cayó como un castillo de naipes, del 48% en junio al 21% en septiembre.

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Sin duda, este paro, que ha sido la situación más compleja que le ha tocado al actual gobierno, puso en jaque al presidente que no imaginó que los laboriosos, trabajadores y tranquilos productores agrícolas boyacenses, que creen en Dios y en la Ley, por lo tanto respetan la propiedad privada, fueran a librar otra batalla, tan aguerrida como las de la gesta libertadora. Lo hicieron con argumentos, con cifras, con reclamos, pero también con propuestas.

No fue fácil para el equipo negociador del gobierno, encabezado por el hoy ministro del Interior, Aurelio Iragorri Valencia, lograr los acuerdos que finalmente las partes rubricaron, porque se analizaron temas de fondo del sector agropecuario, no fue un listado de exigencias, como suele suceder en el Cauca con ese tipo de paros. Tan importantes fueron los temas tratados, que ayer jueves se cumplió en Bogotá, por invitación del presidente Santos a los líderes campesinos, a los gremios del agro, sindicatos, asociaciones de productores, alcaldes y gobernadores, etc., la primera sesión de trabajo del Pacto Nacional Agropecuario, del que saldrá la nueva política agraria de Colombia.

Debemos resaltar el liderazgo que ejerció durante las conversaciones con los líderes campesinos de Boyacá, Cundinamarca y Nariño, el hoy ministro del Interior, Aurelio Iragorri Valencia, quien prácticamente venía fungiendo como jefe de esa cartera. Comenzó su gestión ministerial demostrando capacidad de conciliación y de manejo de situaciones difíciles, propias del ministerio de la política. Es satisfactorio para el Cauca tener un vocero en el gobierno de las calidades personales y profesionales del nuevo ministro del Interior, que demostró por qué llegó a tan alta dignidad, y no solo ser quien es.

Para bien de Colombia, esperamos que el presidente Santos retome el rumbo del gobierno como verdadero Estadista.

Septiembre 13 de 2013

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