Ante el coronavirus Popayán no es una isla

Por en marzo 15, 2020

Por Aura Isabel Olano

Entendemos lo que significa para los católicos de Popayán, para la Junta Permanente Pro  Semana Santa con sus numerosos cargueros y demás personajes, para los diferentes sectores de la economía local, cuyos mayores recursos los percibe durante los ocho días de la celebración religiosa, para las arcas del propio Municipio,  para las familias payanesas, creyentes o no, que se reencuentran con sus seres queridos y amigos por esta época del año, pensar en la suspensión de esta fiesta sacra, incluidas las tradicionales procesiones que frisan los 464 años, pero la pandemia del coronavirus es real y pende sobre nuestra salud como la espada de Damocles.

En comunicado del 12 de marzo de 2020,  la Junta Permanente Pro Semana Santa, afirmó que la organización de las procesiones de Popayán continuaba y que aún, a esa fecha no había recibido por parte de ninguna entidad gubernamental nacional o local, una orden oficial que la obligara a cancelar los desfiles procesionales, pero que acataría con responsabilidad toda norma, protocolo o petición de las entidades gubernamentales nacionales y locales para la prevención de la propagación del Coronavirus (Covid 19) en Popayán. 

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Horas antes del pronunciamiento de la Junta Permanente Pro Semana Santa, por orden presidencial se declaró en todo el país la Emergencia Sanitaria y dictó medidas adicionales a las ya ordenadas para hacerle frente al mortal virus que Colombia está tratando de contener.

Luego de declarada la emergencia nacional, la Alcaldía de Popayán, a través de la alcaldesa encargada, dio a conocer el Decreto por medio del cual se establecen protocolos y acciones preventivas en la ciudad a causa de la emergencia sanitaria decretada por la Presidencia de la República. 

El mencionado Decreto dice claramente que se suspenden a partir de la fecha todos los eventos académicos, deportivos, culturales, recreativos, religiosos, comerciales, entre otros, en lugares cerrados y abiertos, con aglomeraciones que tengan un aforo de 100 personas.

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Solo faltó que en ese Decreto se dijera explícitamente la celebración de la Semana Santa y sus procesiones, lo que se entiende al incluir los eventos religiosos y comerciales. En estos momentos tan delicados, cuando los casos por coronavirus aumentan de manera exponencial en el mundo y en particular en Colombia, como se está viendo en estos días, no podemos pensar que el Cauca y Popayán estén blindados, cuando a 15 de marzo hay, según el Ministerio de Salud, 34 pacientes contagiados en el país, entre ellos un infectado en la vecina ciudad de Cali. Pero, si no está claroel Decreto Municipal, y se pretenda pasar por encima de la declaratoria nacional, entonces se requiere un pronunciamiento concreto del alcalde de Popayán, Juan Carlos López Castrillón, respecto a las procesiones. 

El sentido común obliga a dejar a un lado consideraciones de tipo religioso, tradicional, comercial, etc., pues por encima de ellos está la salud y la vida de la población. 

No olvidemos, y quizás muchos no lo saben, que la famosa gripa Española de 1918, que fue una terrible pandemia, cobró la vida de unos 40 millones de habitantes en el mundo, en su mayoría jóvenes y adultos saludables. En Popayán, que era una ciudad muy pequeña, esa devastadora pandemia mató a 30.000 habitantes, entre ellos, a abuelos y bisabuelos de quienes hoy son cargueros de las procesiones. 

Hay que remitirse a los errores de Italia, en donde hicieron caso omiso a las órdenes de permanecer en casa y otras medidas sanitarias para contener el contagio, pero sushabitantes siguieron con su “vida normal”, visitando los sitios públicos, como los bares, que hoy lamentan por la cantidad de víctimas que ha cobrado este virus. Incluso, laPrefectura de la Casa Pontificia, anunció que el papa Francisco celebrará todos los oficios litúrgicos de la Semana Santa sin la presencia física de fieles a causa de la emergencia del coronavirus. Ya lo hizo con el Ángelus, en una Plaza de San Pedro vacía. 

La emergencia sanitaria nos obliga a preocuparnos por cumplir las órdenes de las autoridades sanitarias de Colombia, que están en concordancia con la Organización Mundial de la Salud. Que los hospitales y clínicas se preparen con sus urgencias, respiradores y demás equipos de reanimación, a fin de ganarle al virus para el que no existe hasta el momento una terapia específica.

Es preciso preguntarles a los secretarios de Salud del Cauca y de Popayán si los hospitales y clínicas cuentan con los equipos requeridos para los eventuales casos de coronavirus que se registren en este territorio. 

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