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Qué hacer en el Morro de Tulcán

Por Redacción en junio 7, 2025

Por Andrés José Castrillón Valencia

21 de abril de 2021 miembros de la comunidad Misak, originaria del norte de Ecuador y sin ningún vínculo con nuestra tierra, derribaron el monumento de Sebastián de Belalcázar, ubicado desde 1937 sobre el Morro de Tulcán.

Dicho lugar está documentado desde mediados del siglo pasado como un montículo artificial construido y/o adecuado por habitantes de esta tierra desde antes de la llegada de la conquista española, y aún no ha sido posible identificar con precisión su uso o importancia dentro de las culturas locales, lo que ha dado pie a cualquier tipo de interpretaciones sin que ninguna de ellas sea contundentemente aclaratoria.

No es mi propósito reprochar el delito contra el patrimonio causado por un grupo de desadaptados, antes, por el contrario, hago este escrito para proponer una solución, que creó oportuna y adecuada a nuestra realidad. Recientemente se ha debatido al interior de la Administración Municipal reubicar dicho monumento en el aeropuerto de Popayán (cuyo nombre original es en honor a la hija del Cacique Payán), donde definitivamente, sería otro error histórico.

Debe aprovecharse esta oportunidad y el interés que ha demostrado el Ministerio de Cultura para levantar sobre el Morro de Tulcán, un gran monumento en honor a lo que somos; mezcla de todas las razas: indios, blancos y negros.

Acompañando al monumento de Belalcázar con su caballo (porque fueron ellos los que lo trajeron a América), debería estar un conjunto de imágenes representativas de las comunidades indígenas, esas sí nativas de esta tierra, así como también de raza negra, que con su sangre también forjaron lo que somos: hijos de la misma tierra. Señor alcalde, solicito a usted sea considerada esta propuesta y así de esta manera hacer el debido honor a todas las razas que han engrandecido nuestra raza.

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