Álvaro Garzón le deja a Popayán su inmenso amor e invaluable legado

Por en diciembre 13, 2018

Adiós al gran personaje que acercó la Unesco al Cauca.

Profundo pesar ha causado en Popayán el deceso de Álvaro Garzón López, quien hizo posible que las procesiones de Semana Santa de Popayán entraran en la Lista Representativa de la Unesco, siendo director creativo de esta Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia, la Cultura y la Comunicación. Promovió también, que Popayán fuera la primera en Colombia designada “Ciudad de la Gastronomía”,  gracias a ello surgió el Congreso Gastronómico. Contribuyó a la creación del programa “Manos de Oro”, de la Junta Permanente Pro Semana Santa, en beneficio de los artesanos del Cauca. Trajo una donación de la Unesco de 20 mil libros, de los que se han beneficiado los usuarios de las bibliotecas que administra Comfacauca. Fue el primero en llamar la atención sobre las industrias culturales, industrias creativas, industrias del conocimiento, que hoy se denominan “Economía Naranja”, iniciativa que la Caja de Compensación desarrolló a través de varios proyectos.

Al respecto, en la última entrevista que le concedió a este portal, al preguntarle por las industrias culturales y su aporte a la economía, dijo: “El proceso de que la cultura y la identidad se vuelvan economía, tiene un primer paso, y es que el dueño de esa cultura la ame y la entienda, le guste y la defienda, porque cuando a uno no le gusta algo, no lo puede defender; si seguimos diciendo: qué pena la empanada de pipián, vino el doctor y hay que darle ‘Chateaubriand’, el patrimonio nunca será economía para nosotros”.

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DSC_0376_optÁlvaro Garzón, en la biblioteca Rafael Maya, para la que contribuyó desde la Unesco con  importante donación de libros.

De este politólogo, excelente pintor, hombre de letras, gran lector, que antes de ser llamado a colaborar con la Unesco en París, dirigió el Fondo para el Fomento del Libro en América Latina, y en Colombia contribuyó a la redacción de la Ley del Libro, en el gobierno de Misael Pastrana Borrero, recordaremos, especialmente, su gentileza, su sencillez, su don de gentes, su sonrisa sincera y mirada cariñosa.

Luego de vivir por muchos años en Francia y España, regresó al solar nativo, a su Popayán, en donde se dedicó a pintar, a estimular la cultura, a recordarnos el valor que tienen el patrimonio del Cauca y su capital.

A Álvaro Garzón se le recuerda por su gran aporte a Popayán, ciudad en donde nació, pero se crió en la Vega, Cauca. “Nací en Popayán, cuando tenía tres años me llevaron a La Vega, porque mi mamá era de allá, en donde me tuvieron hasta cuando tenía 13 años, pasé una infancia maravillosa de pueblo, que es la mejor de las infancias. Uno es de donde se crió. Nacer en Popayán es muy elegante, y estoy haciendo las dos cosas que se pueden hacer bien, que es nacer aquí y venirse morir aquí, porque vivir es más difícil”, le había dicho a este portal, en agradable y extensa charla, de la que se publicarán aspectos inéditos.

En la sede de la Junta Permanente Pro Semana Santa, institución a la que apoyó de manera decidida para incluir las procesiones en la Lista Representativa del Patrimonio Cultural e Inmaterial de la Humanidad, después de las 3:00 p.m. de este 13 de diciembre se inició la velación. Será el último adiós a Álvaro Garzón López, un caucano universal.

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