Los delirios de Juan Pueblo, un retrato de su alma

Por en mayo 5, 2025

A pesar de todo, conviene tener presente que, en medio de la humildad que caracteriza a Juan Pueblo, también hay espacio suficiente para congraciarse o recrearse con las cosas hermosas y gratas de la vida, pero, al mismo tiempo, para sortear o evadir las adversidades que se atraviesan con dureza por doquier. Es la dualidad que conjuga ejemplarmente y que explica la sabia e innata la forma de conducir su accidentado destino. La vida de Juan ha sido siempre un permanente desafío, pero también un grito ensordecedor de esperanza.

Hay espacio suficiente para pensar en voz baja, sin perturbar a nadie; para tratar de comprender los fenómenos sociales, aquellos que tanto afectan la cotidianidad de la pobreza.  Algo así como una secreta filosofía, con fundamento en la experiencia, en los tropiezos de la vida edificada en medio de privaciones y dificultades de todo género.  Don Juan es el prototipo de hombre que muy pocas veces ha saboreado la derrota, porque jamás se ha dado por vencido y esta es la herencia que quiere dejarles a sus hijos. ¡Le temo, eso sí, al fenómeno de la muerte!, confiesa con satisfacción profunda.

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Pero también hay espacio suficiente para no callar, para no tragar entero y ser indolente ante el dolor ajeno y para denunciar a los cuatro vientos, con energía y valentía, las injusticias que merodean en su contexto, diciente fruto de su alma generosa y solidaria, sin esperar recompensa alguna. Don Juan puede andar mal trajeado, de mal genio, metido en sus adentros, pero jamás abrigado por el egoísmo. Si hay algo que lesione las fibras de su corazón es la propensión de algunos seres humanos a causar el mal a sus semejantes.

Este ha sido y será hasta el fin de sus días el universo en que se desenvuelve su realidad, en que se materializan sus actos. Su peregrinar por la vida no ha sido fácil, porque ha representado un camino lleno de espinas, de altibajos y obstáculos que han golpeado su frágil humanidad, mas no han logrado menguarla o destruirla.  Su mente y voluntad han sido siempre una coraza inexpugnable.  Un ser curtido en la pobreza, en la exclusión social, de espaldas a una sociedad que perdió los sentimientos. ¡Un verdadero quijote de los tiempos modernos!

Don Juan es, sin temor a equivocación, el fiel retrato del hombre colombiano que por sus propios medios y en silencio construye su propio destino.

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