Gracias, Maestro

Por en abril 12, 2025

Gracias, Maestro, al concederme, por convicción y de por vida, la gracia de tu amistad, inspirada en el recíproco aprecio, en la confianza acrisolada, en la sinceridad, en la mutua admiración y en el deseo de ayudarnos el uno al otro, como gran dogma de nuestra existencia. ¡Dios te premie en el cielo por tanto afecto!

Gracias, Maestro, singular, por compartir por tantos años el privilegio de caminar juntos por los caminos del destino, con todas sus sonrisas, satisfacciones y congojas. Gracias por hacernos partícipes de tus geniales ocurrencias, con las cuales le sonreímos a la vida. ¡Hoy solo nos quedan los recuerdos!

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Gracias, Maestro por tu entrega y pasión al noble oficio periodístico, que plasmaste con sabiduría y consagración supremas, abrazado siempre a la verdad, a la objetividad, al servicio de la comunidad y pensando siempre en el compromiso de moldear buenos ciudadanos, orgullo de la Patria.

Gracias, Maestro, por escribir con tu pluma afortunada y fluida, gran parte de la historia de nuestro Popayán del alma, la ciudad que, por excelencia, llevaste en lo más sublime de tu ser y defendiste con desvelo. ¡Fue, sin duda, una de tus magistrales realizaciones!

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Luis Carlos Campo Mosquera, (Catecampo) QEPD.

Gracias, Maestro, por llevarnos de la mano y compartir sin egoísmo tu don innato de la comunicación:  razón inequívoca de nuestra existencia, como herramienta de fe y esperanza de los pueblos y estrategia de entendimiento humano. 

Gracias, Maestro, por tu espíritu fraterno y gremial, que posibilitó por varias décadas sumar esfuerzos y voluntades por la unidad, fortalecimiento y dignidad del gremio periodístico local y departamental, al lado de otros grandes maestros, direccionada por la Asociación Colombiana de Periodistas, Seccional del Cauca, agremiación que fundaras y dirigieras con acierto, por varios años. ¡Fue otro de tus meritorios trofeos!

Gracias, Maestro, en nombre de la sociedad, en nombre del pueblo raso y sin voz, por todo tu talento y coraje en la orientación de la opinión pública, desde tus trincheras favoritas del pensamiento cívico; “Mi Esquina” y “Atalaya”.  ¡Fuiste un consumado paladín de la democracia y la civilidad!

Gracias, finalmente, Maestro, por tu ejemplarizante apego y devoción hacia tus seres queridos, allegados y amigos que hoy lloramos tu partida, pero que nos sentimos orgullosos por tu gran legado.

Que todos encontremos la serenidad y el consuelo en los recuerdos compartidos.

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