Rechazo a violencia contra periodistas

Por en noviembre 2, 2017

Es legítimo el derecho a la protesta, pero este no puede ir en contra de la libertad de prensa ni de movilización.

Pie de Foto: Gustavo Molina, periodista de la emisora Mil 40 de Popayán, que fue agredido por indígenas.

El periódico La Campana y sus directivas rechazan de manera enérgica la agresión física de que fue objeto por parte de indígenas del Cauca, el periodista de la emisora Mil 40 de Popayán, Gustavo Molina, cuando cubría, en compañía de otros colegas, la mesa de diálogo del Gobierno Nacional con representantes de la Minga, en el norte del Departamento.

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Según trascendió, los comunicadores salían de la vereda Monterilla, en el Municipio de Caldono, norte del Cauca, luego de hacer su trabajo de reportería para informar a la opinión pública de manera directa sobre lo ocurrido en dicha reunión, cuando fueron retenidos, impidiéndoseles salir de ese lugar, sin importa que el periodista Molina tenía una herida en su rostro, ocasionada por una de las piedras que les lanzaron los manifestantes.

Los periodistas cumplían con su deber de informar, por lo tanto es muy grave que los protestantes atacaran a los medios de comunicación, no solo desconociendo su misión, sino atentando contra la libertad de prensa y de expresión, principios básicos de toda libertad en una sociedad democrática.

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Ignoran o quieren ignorar las comunidades indígenas, sus líderes y asesores, que una prensa libre es libre para expresar la opinión en todas sus fases. Es libre para alcanzar esas metas de servicio periodístico en los que están combinados los ideales y las exigencias de la comunidad.

Para esta etnia solo existen sus intereses y su verdad, y los propios medios de comunicación, a los que hoy atacan, han sido defensores de los derechos de esa minoría, que, como vemos, está pasando por encima de las mayorías.

Como siempre se ha recalcado, la libertad de prensa es el derecho que tienen los medios de comunicación de investigar e informar sin ningún tipo de limitaciones o coacciones, como la censura previa, el acoso o el hostigamiento, que son notorios en este caso, y no es la primera vez, pues de tiempo atrás existe un clima de intimidación, que no solo ha afectado a periodistas, sino a la comunidad caucana en su conjunto, a la que se le viola el derecho a la propiedad privada, a la libre movilidad y a la seguridad jurídica.

La prensa del Cauca está unida en defensa de la libertad de informar, de investigar cuanto está sucediendo en el Departamento a causa de los bloqueos que mantienen en permanente zozobra a la ciudadanía, a la que se le viola el derecho a transitar libremente por su territorio. Con gran generosidad los gremios y demás fuerzas vivas de esta región del país, han dicho que respetan el derecho a la protesta, pero la Minga responde con acciones de hecho, con violencia, en perjuicio de la seguridad individual de quienes transitan por una carretera internacional; de la economía del Cauca y del suroccidente del país, en detrimento del desarrollo de un Departamento que sigue postrado, anclado en épocas arcaicas.

Solicitamos que se investigue quiénes agredieron a los periodistas, a fin de que sean sancionados, y que no salgan con la argucia de que fueron personas infiltradas.

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