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Popayán, ubicada sobre el fecundo valle de Pubenza, está cumpliendo 478 años

Por Redacción en enero 13, 2015

El sábado 13 de enero de 1537 el capitán conquistador Sebastián de Belalcázar, fundó Popayán, sitio habitado por los indígenas Pubenenses, hazaña que años más tarde le significó el título de adelantado.

En su primera década de fundación se organizó el gobierno, y Popayán se comenzó a poblar de españoles, en su mayoría compañeros de armas del conquistador Belalcázar. El 25 de junio de 1538 se le concedió el título de Ciudad, y en diciembre de 1546 el papa Paulo III la erigió en Obispado.

El fundador viajó a España y regresó en 1540 con el reconocimiento de Adelantado y gobernador. Obtuvo para Popayán el título de Muy Noble y Muy Leal Ciudad, con el que el rey Carlos V la condecoró en 1548.

Tan solo 27 años después de su fundación, un terremoto de gran intensidad convirtió en ruinas las primeras edificaciones de la naciente ciudad. Varios devastadores sismos ha sufrido la capital caucana a lo largo de su historia, el más reciente se registró el 31 de marzo de 1983 que semidestruyó a Popayán y poblaciones vecinas. Sin embargo, con gran valentía ha resurgido de los embates de la naturaleza, logrando recuperar su patrimonio arquitectónico y cultural, como se reseña en el libro Procesiones de Popayán Arte y Tradición (2002).

En esta publicación de la Junta Permanente Pro Semana Santa de Popayán, escrita por la periodista Aura Isabel Olano Correa, se dice que en la primera mitad del siglo VXII culminó la recuperación de los templos que sufrieron las consecuencias del sismo. Se construyeron los portalones, las casas en tapia, se fundaron monasterios y un hospital, como lo refiere el historiador Diego Castrillón Arboleda.

Escultura ecuestre del fundador de Popayán, adelantado Sebastián de Belalcázar, ubicada en el cerro de Tulcán.

Posteriormente se edificó la Torre del Reloj, que es la insignia de Popayán; el Mirador de las Monjas y el Puente de la Custodia sobre el Río Molino, que pasa por el centro de la ciudad y la atraviesa.

Un siglo después, a comienzos del XVIII, la ciudad fundada por el adelantado Belalcázar, había tomado la fisonomía arquitectónica que, incluso hoy tiene. Pero la lucha por el poder político y económico derivó en duros enfrentamientos entre encomenderos. Apenas recuperada la ciudad de los efectos de tales peleas intestinas, un nuevo terremoto la destruyó en 1736 que acabó, por ejemplo, con la primera iglesia de teja, la de Santo Domingo, construcción de la que se hizo cargo la familia Arboleda.

Hay que decir, que la riqueza arquitectónica y artística con la que cuenta la ciudad, es fruto del aporte de las familias payanesas de antaño que le dieron a su ciudad una identidad muy particular, herencia que, por fortuna, ha sido defendida por sus descendientes, y que se debe continuar defendiendo y preservando.

Dado el fenómeno social del desplazamiento forzado, como consecuencia de la violencia en el campo caucano y colombiano, y la inevitable movilidad social, es deber de las autoridades locales, de las instituciones públicas y privadas, trazar derroteros claros para permitir esa inclusión social, bajo normas de respeto a la ciudad que ha acogido a más de 100 personas procedentes de otras regiones del Cauca y de otros departamentos. Sin unas condiciones básicas, a Popayán se le seguirán sumando graves problemas sociales, como el desempleo, que ha logrado bajar un poco en los últimos dos años; la inseguridad, la violencia intrafamiliar, la invasión de predios públicos y privados.

Torre del Reloj, insignia de Popayán.

Ante ese panorama es urgente que la autoridad municipal, con la ayuda de otras instituciones, introduzca un programa de cultura ciudadana y, al mismo tiempo, de acatamiento a las normas establecidas.

La Popayán de hoy, con el concurso de todos (autoridades, gremios, universidades, ciudadanía) debe luchar por alcanzar metas de progreso para satisfacer las necesidades de su creciente población que en significativa proporción ha llegado en la última década y continúa arribando a una ciudad sin fuentes de empleo, de ahí la proliferación de ventas ambulantes y de mototaxismo. Este fenómeno cada día se desborda, porque no existe una legislación al respecto. La ciudad tampoco ofrece suficiente infraestructura vial y de servicios públicos.

Las últimas obras en este y otros campos, se hicieron a raíz del terremoto de 1983. Tres décadas después, con la ayuda del gobierno nacional, pues con recursos propios municipales hubiera sido imposible, se han venido cambiando las vetustas redes de acueducto y alcantarillado de Popayán, con una inversión de $ 20.000 millones, incluida la interventoría de las obras. Además, se están adecuando vías en diferentes zonas de la ciudad, entre ellos el sector histórico, para el que será el nuevo Sistema Estratégico Transporte Público de Popayán (SETPP), con una inversión de $ 25.000 millones, incluidos $ 5.000 millones que invirtió la empresa de Acueducto y Alcantarillado de Popayán para cambio de redes, antes de que la Nación aportara recursos.

Estas obras, por supuesto, han causado incomodidad y no pocas críticas al gobierno Municipal, por las supuestas demoras en la ejecución. Entre tanto, el gerente de la empresa Movilidad Futura S.A.S, Víctor Rosero Bustamante, afirma que si bien ha habido retrasos por distintos inconvenientes, se está cumpliendo el cronograma establecido con el Ministerio de Hacienda y el Departamento Nacional de Planeación, sujeto a los cambios de financiación que ha solicitado el propio Gobierno central y que han llevado a una reprogramación de las obras a ejecutar.

Recalcó, que las vías del sector histórico actualmente intervenidas, estarán listas antes de la Semana Santa 2015, y que concluida la más importante festividad de la ciudad, se continuará con la adecuación de otras vías céntricas, para evitar traumatismo durante la Semana Mayor.

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