Pensar en pequeño nos ha llevado al atraso

Por en agosto 25, 2013

Por Alberto Muñoz O.

Opinión julio de 2013

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La población en Colombia está creciendo de forma nunca antes vista; este incremento se da exponencialmente. Aunque las familias de hoy tienen menos hijos y las nuevas generaciones hablan ya de un solo vástago, o no tener descendencia, vemos cómo las zonas urbanas y también las rurales, empiezan a atiborrarse de vecinos, cada vez unos más pegados de otros, y con menos espacio disponible para todos, a tal punto, que las ciudades están colapsando y los espacios públicos son cada vez menos.

¿Será que en el territorio nacional no hay más tierra? En el caso de Popayán, ¿se terminaría la zona de expansión? Claro que no. A pesar de que la capital del Cauca está en la falda de la cordillera central, existe un gran territorio al occidente, aún más allá de la variante; se podría decir que la expansión de Popayán no tiene un límite geográfico hacia esa zona.

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¿Entonces por qué se construye todo sobre las zonas más densamente pobladas? Tanto, que ya se ve la demolición de casas para hacer edificios de varios pisos en barrios que fueron pensados para casas, y que no van a soportar el tráfico de carros ni de gente, porque los andenes son mínimos o inexistentes en algunos casos.

Sin embargo, vemos hectáreas de tierras en la periferia que ni siquiera son usadas para ganadería o agricultura, en muchos casos porque los dueños son víctimas de la delincuencia común y su seguridad está en peligro permanente. No es que se nieguen a vender, por el contrario, gran parte de esa zona está a la venta, esperando a que los constructores oferten y propongan un buen proyecto, porque no es mal negocio construir por ese sector. Es más, proyectos de vivienda como Montemayor y Vallerrobledo son un éxito en ventas, sin mencionar otras urbanizaciones que se extienden por la zona de la variante.

Seguramente que a muchas personas les gustaría vivir en la periferia, lejos del ruido, con más oxígeno y sin hacinarse, pero se resisten por la falta de vías de acceso y de transporte público. Popayán, como muchas otras ciudades, crece a los lados de las vías principales. Por supuesto que hace 10 o 15 años, nadie se hubiera imaginado que necesitaría media hora, en carro, para llegar a su casa y, mucho más, por supuesto, en transporte público.

La falta de planeación y de visión son abismales en Popayán, pensar en pequeño nos ha llevado al atraso en este y otros temas. Suelen venir inversionistas con proyectos de distinto orden, pero al vernos tan cortos de ideas, tan resignados al día a día y tan carentes de empuje, se llevan su plata a otra parte y con ella la posible generación de empleo.

Nos quedamos criticando en un rincón, diciendo que nadie sirve, pero tampoco somos capaces de asumir las riendas del desarrollo social, económico, político y cultural de la ciudad. Preguntémonos por qué no se renueva la clase política en el Cauca. Hay que dejar la miopía, exigirles a los gobernantes, a los políticos, a los funcionarios públicos, pero al mismo tiempo aportar e impulsar ideas, si en verdad queremos que la ciudad progrese de manera ordenada y con visión futurista.

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