Nuevo comandante de las FF.MM . privilegia relación con la comunidad

Por en septiembre 5, 2013

Victoria militar debe estar acompañada de procesos de consolidación: General Barrero.

Por Aura Isabel Olano

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Días atrás, cuando el mayor general Leonardo Alfonso Barrero Gordillo, recibió en su despacho del Comando Conjunto No. 2 del Suroccidente colombiano, con sede en Cali, al periódico La Campana, lejos se estaba de imaginar que cuando esta entrevista se publicara, el alto militar sería el nuevo comandante de la Fuerzas Militares, por designación del presidente de la República, Juan Manuel Santos, que de manera sorpresiva removió la cúpula militar y al director de la Policía Nacional, el pasado 12 de agosto.

Por más de una hora, este medio de comunicación dialogó sobre la situación de orden público en el Cauca, con el mayor general Barrero Gordillo, quien ha estudiado y entendido el drama caucano mejor que la clase política y que los gobernantes de esta entidad territorial a través de su historia.

Este general tolimense pertenece a las primeras generaciones de militares con preparación para mantener una relación fluida y armónica con la población civil de cualquier estrato o nivel social, por eso logró desarrollar y consolidar para el conflicto del Cauca, una estrategia cívico – militar, a partir de su Comando en la Vigésima Novena Brigada territorial y luego en la III División del Ejército Nacional.

El mayor general Leonardo Alfonso Barrero Gordillo, reactivó el Comando Conjunto No. 2 del Ejército, Unidad que comprende los departamentos del Valle, Cauca y Nariño, con mando sobre la III División del Ejército, la Fuerza Naval del Pacífico y el Comando Aéreo de Combate de la Fuerza Aérea No. 7.

El mayor general Leonardo Alfonso Barrero Gordillo, reactivó el Comando Conjunto No. 2 del Ejército, Unidad que comprende los departamentos del Valle, Cauca y Nariño, con mando sobre la III División del Ejército, la Fuerza Naval del Pacífico y el Comando Aéreo de Combate de la Fuerza Aérea No. 7.

Más allá de las suspicacias que generó entre los medios de comunicación la entrega de 30 guerrilleros del ELN, al mando de alias “El Tigre”, que delinquían en el Tambo, Cauca, esa rendición es el resultado de una campaña militar en el suroccidente colombiano.

El proceso de desmovilización de toda la compañía “Lucho Quintero Giraldo”, hay que mirarlo en un contexto amplio, le dijo a La Campana, el mayor general Leonardo Alfonso Barrero Gordillo, comandante del Comando Conjunto No. 2 del Ejército, para el momento de esta entrevista, quien hace un año fue devuelto a esta región del país para reactivar esa Unidad que comprende los departamentos del Valle, Cauca y Nariño, con mando sobre la III División del Ejército, la Fuerza Naval del Pacífico y el Comando Aéreo de Combate de la Fuerza Aérea No. 7.

El general Barrero, que es uno de los altos mandos militares que más conoce al Cauca
(estuvo por primera vez cuando era subteniente), dice que desde el año 2006 ha visto la evolución militar en la región, en cuanto al progreso de las operaciones dada la importancia que el gobierno nacional y el alto mando le han venido dando a su jurisdicción, al incrementar el pie de fuerza y con mayor énfasis desde hace un año, cuando se reactivó el Comando Conjunto del Suroccidente, Unidad que venía dirigiendo.

Ese fortalecimiento ha permitido articular el plan de guerra “Espada de Honor”, emitido por el Comando General de las Fuerzas Militares, el cual incorpora, de manera integral, el apoyo a la comunidad, la consolidación y la relación con la Fiscalía General de la Nación, lo que hace que esta institución militar sea mucho más estable y fuerte. Estos aspectos no se tenían en cuenta, o el Ministerio de Defensa no les había dado la prioridad que en este momento tienen, a decir del mayor general Barrero.

Con el plan “Espada de Honor” que se ejecuta desde hace un año con presencia de las tropas, se ha venido desarrollando una campaña militar que se inició con afectación a la cuadrilla Jacobo Arenas, la cual fue desplazada del área de influencia delictiva que tenía al occidente de la represa de la Salvajina.

Se fue desplazando a esa cuadrilla, hasta el punto que fueron dados de baja sus cabecillas alias “Caliche”, alias “Tayson”, alias “Pechera”, y en los últimos días, alias “Zeplin”, que en términos delictivos eran muy significativos en la jurisdicción.

Según el general Barrero Gordillo, la misma campaña militar preveía operaciones contra una de las estructuras del ELN que también era objetivo militar, como todas las manifestaciones delictivas presentes en la jurisdicción.

Para el entonces comandante del CCON2 del Suroccidente, la desmovilización de ese grupo del ELN tiene muchas lecturas, una de ellas es la confirmación del alto concepto que se tiene de las tropas en todos los órdenes. “Si no fueran consideradas como Unidades que respetan los derechos humanos y el DIH, jamás hubieran tenido la posibilidad de movilizar a 30 hombres, incluido el cabecilla. Quiere decir que hay confianza en las instituciones, en el Ejército, y que éste respeta a todas las personas de la región, lo que facilitó que ellas pudieran establecer un diálogo directo con oficiales de inteligencia y llevar a cabo la desmovilización”.

En el primer semestre del año 2012 se presentaron 36 desmovilizaciones. Hoy, a la misma fecha, se han desmovilizado 142 subversivos. El balance indica la contundencia de las operaciones, subrayó el hoy comandante de las FF.MM.

La rendición de 30 guerrilleros del ELN, al mando de alias “El Tigre”, que delinquían en el Tambo, Cauca, es el resultado de una campaña militar en el suroccidente colombiano.

La rendición de 30 guerrilleros del ELN, al mando de alias “El Tigre”, que delinquían en el Tambo, Cauca, es el resultado de una campaña militar en el suroccidente colombiano.

La clave: Contacto directo con la comunidad
L.C. ¿Cómo ha visto en los últimos años el orden público en el Cauca?
L.A.B.G. En 1998 estuve por primera vez en el Cauca como comandante, en el batallón Pichincha. En esas montañas del norte del Cauca, el Ejército y el Gobierno Nacional les ganaron la guerra al M-19, al Quintín Lame, al Bernardo Franco y al Bateman Cayón, obligándolos a desmovilizarse. Hoy, sin embargo, permanecen las FARC.

En época más reciente, prácticamente, acabamos con el octavo frente de las FARC, y de una estructura de 350 hombres quedaron ocho, la gran mayoría se desmovilizó.
No obstante ese frente volvió a existir. Faltó algo, y ese algo era consolidación. Es decir, que sobre esos territorios en donde logramos imponer la autoridad, tenía que haber un trabajo más directo con las comunidades.

Hace unos tres años empezamos a tener ese contacto, priorizando la relación entre los comandantes de batallón, los alcaldes y las tropas con las comunidades en los sectores rurales. Esto ha permitido que lideremos una cantidad de proyectos productivos y que el Ejército se haya convertido en interlocutor o articulador de todos los dineros del Estado, del sector privado y de las necesidades de la región.

En la medida en que las tropas han ido haciendo presencia en las jurisdicciones y ha mejorado la relación con las comunidades, no solo indígenas sino campesinas y afros, se ha ido construyendo confianza, que es la que hace que el ambiente sea muy distinto. En algunas oportunidades éramos objeto de confrontación con las organizaciones sociales, hoy las tropas respetan mucho más los usos y costumbres.

Manejar proyectos productivos y servir de articulador, ha mejorado indudablemente la relación del Ejército con las comunidades.

Manejar proyectos productivos y servir de articulador, ha mejorado indudablemente la relación del Ejército con las comunidades.

L.C. ¿Ha reaccionado la guerrilla ante la interlocución del Ejército con las comunidades?
L.A.B.G. El hecho de manejar proyectos productivos y servir de articulador, ha mejorado indudablemente la relación con las comunidades, y de cierta manera ha alejado la presencia de las organizaciones guerrilleras.

Ellas no son las benefactoras: dígame una sola obra o un solo proyecto productivo que haya presentado la guerrilla en el Cauca. No he visto la primera obra ni el primer aporte de la guerrilla a la región, por lo contrario, ha sido la destrucción física y de la base social de muchas poblaciones, además del reclutamiento de menores de edad, la violación de niñas en sus filas, la vinculación directa al narcotráfico, la promoción de cultivos ilícitos, incursión en minería ilegal, minado de zonas rurales. Es decir, todos los males los ha aportado la guerrilla a la región.

Con la actitud de las tropas este balance ha cambiado, nuestra presencia es cada vez más estable, todos los días la gente confía más en el Ejército, la inteligencia fluye de manera espontánea porque las personas del sector rural están informando sobre la presencia de los grupos guerrilleros en la región. Todos los días podemos hacer presencia más efectiva en las distintas zonas. Entonces se cumple lo que pronostiqué hace unos dos años en una entrevista, en la que me preguntaron qué le esperaba al Cauca más adelante. Manifesté: “En tres años el Cauca será diferente”.

Y hoy el Cauca es diferente. Es una región contagiada de entusiasmo y de victoria. Hemos visto la promoción de actividades turísticas por agencias locales; se está promoviendo la vuelta al Macizo Colombiano, vamos a tratar de hacerla internacional.

Hay presencia de la Armada Nacional en la represa de La Salvajina, que controla un corredor de más de 32 kilómetros. Hemos vuelto a ver en esa represa a la gente pescando y haciendo paseo de olla. Hay una reactivación no solo en el Cauca sino en toda la jurisdicción, después de un trabajo conjunto de todos los componentes de la fuerza.

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L.C. ¿Qué representa el Plan Nacional de Consolidación?
L.A.B.G. Dineros del Gobierno Nacional con destino a proyectos, tanto de infraestructura como productivos en zonas en donde las comunidades han venido erradicando de manera voluntaria los cultivos de uso ilícito y la sustitución de los mismos, que hace que la gente de manera progresiva los vaya reemplazando por cultivos lícitos como café, cacao y otros productos de la región que permiten que haya una economía lícita.

La victoria militar debe estar acompañada de procesos de consolidación, y es la importancia que el gobierno nacional le está dando a la región. De cierta manera todos los planes del Departamento para la Prosperidad Social, DPS, y el Plan Nacional de Consolidación, están articulados a los dineros que también ha destinado el Ministerio de Defensa para un plan de inversión integral en esas zonas de consolidación. Del Cauca había 5 municipios en dicho plan y logramos incluir 20 más.

La gente no quiere saber nada de guerrilla, quiere progreso, desarrollo y disfrutar de la tranquilidad que se merece, dice el general Barrero Gordillo.

La gente no quiere saber nada de guerrilla, quiere progreso, desarrollo y disfrutar de la tranquilidad que se merece, dice el general Barrero Gordillo.

L.C. ¿Por qué el Cauca tiene mayor influencia guerrillera que el resto de Colombia?
L.A.B.G. Las FARC tenían como plan estratégico la toma del poder, lanzando una actividad delictiva sobre Bogotá. Ese era el plan A, con milicias y estructuras armadas alrededor de la capital, pero fracasó debido a la Operación Libertad Uno y Dos que llevó a cabo el Ejército. En consecuencia, Bogotá dejó de ser el objetivo, porque no había la posibilidad militar de que las FARC ganaran. Entonces el plan B era Cali, que coincidió con la época de la zona de distensión.

Las FARC destinaron al suroccidente una cantidad de estructuras móviles, tanto al Valle, como al Cauca y a Nariño, entre ellas la cuadrilla Jacobo Arenas para fortalecer el accionar delictivo sobre la región, y Cali como capital objetivo de esa presencia guerrillera.

Eran los años cuando no había la capacidad militar, no teníamos los helicópteros Black Hawk, pero progresivamente fue aumentando esa capacidad a partir del año 2002. En el 2000 podíamos hablar de 18 mil guerrilleros en el país, hoy son alrededor de 8.000 subversivos.

Como la guerrilla no tiene la capacidad militar, entonces ha venido priorizando con milicias, por eso dentro del “Plan Espada de Honor” del Ejército se creó una estructura para judicializar las milicias, porque teníamos ese freno jurídico.

Actualmente hay policía judicial dentro de unas fuerzas de tarea. Para el suroccidente se crearon tres, una al mando de un general en Miranda; otra en Gualtal, Nariño; y la tercera en Tumaco, al mando de un almirante. Todas tienen una organización tipo que comprende una estructura especial de inteligencia para focalizar el esfuerzo en este campo y una organización para encauzar lo concerniente a la acción integral, a proyectos productivos, a consolidación de las zonas que se han venido ganando, así como la presencia en otras áreas más conflictivas, donde no hay la misma aceptación de la tropa. Esto ha venido evolucionando y hemos manejado esos desafíos.

En el año 1999 los bloqueos en la vía Panamericana y en el Macizo Colombiano se solucionaron militarmente. Hay un batallón de alta montaña en San Sebastián. Día a día la gente ha venido cambiando su actitud hacia las tropas, hay un cambio generacional, no existe la beligerancia de otras épocas.
Posteriormente se comenzaron a presentar bloqueos en el sector Popayán-Santander de Quilichao; igualmente vino la presencia de tropas, operaciones militares y mucha relación con la comunidad.

En la actualidad esas zonas de las cordilleras occidental y central están viviendo proyectos productivos. Organizaciones indígenas trabajan de manera conjunta con las tropas. Desde hace un año ya no es el eje Santander de Quilichao – Popayán, la guerrilla centró los problemas en el norte del Cauca. Vino el intento de la toma del cerro de Berlín por parte de unas organizaciones indígenas.

Sin embargo, hoy el balance es distinto, ya en Toribío se acepta el desarrollo de obras, están reconstruyendo viviendas, hay desafíos y en la medida en que la presencia militar ha venido inclinando la balanza, la gente ha entendido que no se puede recurrir a las vías de hecho para obtener desarrollo social, sino por lo contrario, que hay que aceptar la autoridad del Estado, y de manera respetuosa generar protesta social sin necesidad de recurrir a las vías de hecho.

L.C. ¿Cómo se entiende que casi semanalmente el Ejército decomise cargamentos de marihuana y cocaína que vienen de las zonas indígenas del Cauca?
L.A.B.G. El problema se ha venido centralizando en el norte del Cauca. Aspiro a que las organizaciones indígenas de ese sector del Departamento, amparadas en la autonomía sobre los territorios y en la autoridad, erradiquen de manera voluntaria esos cultivos, porque es una vergüenza que toda la marihuana que se encuentra en el país provenga de la parte alta, especialmente de los municipios de Miranda y Corinto. De manera permanente se está decomisando marihuana.

L.C. Para el 19 de agosto está previsto un paro agrario nacional, ¿qué medidas están tomando el Ejército y los organismos de seguridad del Estado para evitar que se tomen la Panamericana?
L.A.B.G. Esperamos que los directivos de estas protestas entiendan la posibilidad de que haya infiltración de grupos terroristas que aprovechan estas manifestaciones de descontento social. Si eso se llega a presentar, tendrá que haber una intervención, seguramente policial, y refuerzos militares si las circunstancias así lo ameritan.

L.C. Si se llegara a firmar la paz, ¿el Ejército estaría preparado para el posconflicto?
L.A.B.G. Claro. Antes que todo somos soldados, cumplidores de las órdenes; el gobierno nacional definirá cuáles serán los roles, las misiones y las responsabilidades del Ejército, cuando eso se llegue a dar. Por ahora seguimos realizando las operaciones. Como siempre lo hemos hecho, las Fuerzas Militares están para asumir las posiciones que se requieran, de acuerdo con las decisiones del Gobierno Nacional.

L.C. Y si no hay acuerdo de paz, ¿cuánto tiempo más tendríamos los colombianos este conflicto armado?
L.A.B.G. Pienso que las victorias militares se vienen produciendo hace muchos años. Cuando al principio de la entrevista mencioné las estructuras que fueron diezmadas, significa la comprobación de que militarmente es posible ganar, pero siempre faltó ese contacto directo con las comunidades, hacer un trabajo de consolidación que persuadiera a la población rural de ir cambiando de manera progresiva, de no dejarse manipular, de ser autosuficiente y tener sus proyectos organizados.

Las cosas han cambiado y hacia atrás no hay retorno, por lo contrario, la gente se cansó, ve posibilidades de progreso, los hechos lo han demostrado.

L.C. Otro gran peligro son las Bacrin, ¿cómo es su accionar en el Cauca?
L.A.B.G. Especialmente en la costa Pacífica. Hay presencia en Guapi y Timbiquí en cuanto a minería ilegal, lo mismo que en el norte del Valle. En ambos sitios ha habido presencia muy activa desde el punto de vista judicial, porque son procesos difíciles de combatir, pero poco a poco se ha venido fortaleciendo y aumentando el sometimiento a la justicia por parte de los integrantes de esas cuadrillas.

L.C. ¿Hay un maridaje entre las Bacrin y la guerrilla?
L.A.B.G. El denominador común es el narcotráfico, y en la medida en que haya eventos delictivos que proporcionen dinero, siempre habrá un tipo de relación.

L.C. ¿La guerrilla se está lucrando del narcotráfico y de la minería ilegal?
L.A.B.G. Indudablemente. Hace poco la Armada Nacional, en el sector de las costas chocoanas, desmovilizó a cuatro integrantes de una cuadrilla de las FARC. Esos muchachos entregaron una caleta con unos 500 kilos de clorhidrato de cocaína pertenecientes a esa guerrilla. Es la evidencia contundente de su relación.

Ahora, no solo en las costas del Chocó, en la medida en que las proyecciones de las operaciones avanzan, todos los días encontramos más laboratorios y cristalizaderos custodiados por las FARC, que son objeto también de porcentajes por producción, exportación y demás.

L.C. ¿Qué tan efectiva es la presión del Ejército sobre la guerrilla en el suroccidente colombiano?
L.A.B.G. Garantizo que hoy las estructuras de las FARC en toda la jurisdicción no se pueden mover con la misma tranquilidad, porque cada día que pasa, entre más actos terroristas cometen, hay mayor rechazo por parte de la comunidad, la cual le da muestras de solidaridad y de agradecimiento a la tropa, lo que está permitiendo que las personas informen sobre la presencia de la subversión.

No nos damos abasto recibiendo llamadas y mensajes de texto acerca de la presencia de guerrilleros en algunos sectores de la jurisdicción. La gente no quiere saber nada de guerrilla, quiere progreso, desarrollo y disfrutar de la tranquilidad que se merece.

L.C. Usted dijo, cuando en el 2010 fue trasladado, que en tres años el Cauca sería distinto. ¿Cómo lo visualiza dentro de tres años?
L.A.B.G. Lo veo mucho más estable, veo un proceso más sólido, un cambio generacional. Cuando tengo la oportunidad de contar lo que ha sido este proceso, presento dos fotografías: La de una niña de tres años portando un fusil M-16 como gran trofeo y unos guerrilleros a su alrededor celebrando el hecho de que esa niñita tenga un fusil en sus manos, y otros niños ayudando a poner unos tatucos para hacer lanzados contra la tropa.

La contrasto con otras fotos de unas organizaciones indígenas y campesinas donde están el padre, la madre y sus niños posando orgullosos al lado de unos cultivos de café, ya en proceso de cosecha. Esas primeras comunidades que aceptaron el cambio, están este año recogiendo las cosechas y todos los días hay más instituciones del gobierno vinculadas a estos procesos.

Agosto 16 de 2013

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