Mincultura pone su atención en proyectos de Popayán y del Cauca

Por en julio 13, 2015

Escuelas taller, para todos quienes quieran aprender oficios.

Pie de Foto: El arquitecto Alberto Escovar Wilson-White, director de Patrimonio de Mincultura, en compañía del secretario general de esa cartera, Enzo Rafael Ariza, quienes asistieron a la junta directiva de la Escuela Taller de Popayán.

La Escuela Taller de Popayán, el Plan de Manejo y Protección del Sector Histórico, PEMP, los bienes muebles de las procesiones de Semana Santa y la restauración de capillas paeces, son temas de interés para el Ministerio de Cultura, según el director de Patrimonio, Alberto Escovar Wilson-White, con quien habló La Campana, al término de la junta directiva de la Escuela Taller, el pasado 18 de junio.

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Para este arquitecto e historiador, las Escuela Taller, ocho en el país, se constituyen en uno de los proyectos bandera de ese Ministerio, por consiguiente les está prestando permanente acompañamiento.

En estas instituciones de formación se aprende haciendo y de manera permanente se están reinventando, afirmó este arquitecto, quien fuera durante nueve años director de la Escuela Taller de Bogotá, por eso lamenta que en Colombia se le preste poca atención a la formación en oficios y al trabajo manual, a diferencia de otros países.

“Para nuestra fortuna, en el Plan Nacional de Desarrollo que se acaba de aprobar, quedó una nueva línea que es el sistema nacional de formación terciaria que permitirá que una persona pueda hacer todo el camino formativo desde aprendiz hasta maestro, sin necesidad de pasar por la universidad, y se equipará esa capacitación a la universitaria”, afirmó.

El Ministerio de Cultura está trabajando en la formulación de una política para la recuperación de las artes y los oficios, lo que posibilitará también que las escuelas taller oferten, además de restauración, carpintería o construcción, formación en danza y música que serán certificadas por estas instituciones. Las escuelas no solo son una alternativa para jóvenes de estratos uno y dos, sino para todos aquellos que tengan habilidades manuales y quieran aprender un oficio.

“Esta recomendación se la hicimos a la directora de la Escuela Taller de Popayán, María Eugenia Velasco Pérez. Si una persona no tiene dinero, será becada, y quien disponga de recursos pagará para recibir los talleres, sin diferencias sociales, que son tan marcadas en nuestro país”.

Las escuelas se han preocupado porque sus egresados sean emprendedores y, por supuesto, debe dar ejemplo, en consecuencia algunas, como la de Popayán, tienen restaurante, otras carpinterías, y las que restan, están en proceso de tener un emprendimiento, junto con un proyecto productivo, que a la vez sirve de práctica.

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El PEMP de Popayán

Con relación al Plan de Manejo y Protección del Sector Histórico de Popayán, PEMP, dijo el director de Patrimonio, que el Ministerio es consciente de que tiene problemas y que es normal que los tenga, por lo que ese despacho lo va a asistir para analizar cómo se puede actualizar y modificar. Es interés del Ministerio de Cultura que la población se involucre en la toma de decisiones, que opine sobre lo que pasa con su centro histórico. “Pensamos que esa no es una responsabilidad única y exclusiva de las instituciones públicas, por consiguiente se deben abrir espacios a la comunidad para que defienda su patrimonio y su ciudad”, indicó.

Una de las ventajas y también dificultades que tienen los PEMP, es que cada centro histórico es diferente, por eso el nivel central está visitando los centros históricos para hablar con los representantes de la sociedad civil, a fin de contribuir a la toma de decisiones. Se está tratando de constituir un consejo asesor con personas que puedan opinar sobre los proyectos, den un concepto y con base en él se avale o no la construcción de un proyecto, de esa manera participarían en la toma de decisiones muchas personas, porque se busca que la responsabilidad de la aprobación de los proyectos no recaiga estrictamente en un secretario de planeación. “Ese ejercicio lo estamos haciendo caso por caso, porque cada una de las poblaciones es diferente y no se puede replicar el modelo de un ente gestor de un lugar a otro”, afirmó el funcionario.

Los bienes muebles de las Procesiones de Popayán

La dirección de Patrimonio, a cargo de Escovar Wilson-White, ha destinado una partida para hacer un primer piloto de un Plan Especial de Manejo y Protección de la colección de bienes muebles de las Procesiones de Semana Santa de Popayán. Se trata de una herramienta especial y muy pertinente, mediante la cual se obtendrá, en primer lugar, un inventario de lo que constituyen esos bienes muebles y cómo se puede asegurar su protección, es una herramienta más de gestión y de protección de ese patrimonio.

Restauración de capillas

Desde el año 2013 el Ministerio de Cultura adelanta la restauración de cuatro de las seis capillas paeces que tiene el Cauca, construidas en el siglo XVIII y que originalmente eran 12, las cuales constituyen un caso paradigmático en la arquitectura colombiana, porque se trata de una simbiosis entre el conocimiento indígena y el español. Además son iglesias únicas, porque no se parecen a ninguna otra, están hechas con materiales de la región, tienen antecapilla, que es una pequeña proyección de la fachada que está protegida, desde la cual el sacerdote oficiaba dirigiéndose directamente a la comunidad, dado que los indígenas no entraban a la iglesia, porque estaban acostumbrados a efectuar sus celebraciones al aire libre, por lo que el encierro les producía miedo.

Este modelo se hizo en América en el siglo XVI y se ha conocido como capillas abiertas. En Colombia hay varias, en especial en el altiplano cundiboyacense, en donde hubo fuerte presencia indígena. Esa fue la manera como los españoles doctrinaron a los aborígenes. Las del Cauca no se parecen a las demás capillas doctrineras y son un buen ejemplo de construcción elaborada con elementos de la región, están hechas en tierra y con las manos, lo que les da una característica muy especial.

Para ese proyecto Mincultura, que destinó $5.000 millones desde el año 2013, hizo un convenio con Findeter, entidad que está terminando de restaurar las primeras cuatro capillas paeces. En ese proceso se incendió la de San Andrés de Pisimbalá, que es una de las más importantes y se analiza la posibilidad de utilizar una de las sobrecubiertas que sobró de la reparación de una de estas capillas para proteger su estructura, trabajo que es urgente, y que se puede adelantar con recursos del impuesto a la telefonía celular. De la mano de la restauración de los edificios, también se han recuperado algunos de los objetos del patrimonio mueble que tienen esas iglesias y que se entregarán para el servicio de esas comunidades.

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