Licorera del Cauca no permitirá que le sigan regulando el mercado: Matta Casas

Por en agosto 23, 2016

El mercado de licores en el Departamento del Cauca es caótico en lo contable, porque sus distribuidores no son, necesariamente, los que pagan las facturas, sino los clientes de sus clientes.

Pie de Foto: Juan Pablo Matta Casas, gerente Industria Licorera del Cauca.

A eso, que parece una jeringonza, le está haciendo frente el gerente de la Industria Licorera del Cauca, Juan Pablo Matta Casas, quien solicitó una auditoría a la Contraloría General del Departamento, entidad que confirmó lo que se sabía: que en la factoría impera el desorden, a tal punto que hay dineros en las cuentas de la Licorera, de los que se desconoce el girador, porque quien consigna no tiene relación comercial con la factoría. Otros clientes aparecen como morosos, cuando ya han pagado los pedidos, pero hay muchos que le deben.

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Pero, además de cobrar con mano dura, como lo anunció hace unos días Matta Casas, la Licorera ejercerá de verdad el monopolio, que no es nada distinto a regular el mercado con medidas comerciales y no permitir que se lo sigan regulando.

Para entender ese maremágnum, el periodicolacampana.com habló con el gerente de la Industria Licorera, Juan Pablo Matta, sobre lo que ha venido ocurriendo contable y financieramente en esta empresa industrial y comercial del Departamento.

L.C. ¿Qué lo llevó como gerente a solicitarle a la Contraloría Departamental una auditoría a la Industria Licorera del Cauca?

J.P.M.C. En el año 2012 el entonces gobernador Temístocles Ortega, contrató a través de la Licorera una auditoría con la empresa bogotana KPMG, la cual detectó una serie de deficiencias en los procedimientos que no dan certeza en cuanto a Facturación, Caja y  Cartera.

Con origen en esa auditoría se iniciaron unos procesos disciplinarios que están empezando a surtir las acciones del caso, que afectan a personas que tuvieron alguna relación con irregularidades.

Se evidenció debilidad en mercadeo, dentro y fuera de la Licorera. El mercado de licores en el Departamento del Cauca es caótico desde lo contable, porque nuestros clientes no son necesariamente quienes nos pagan las cuentas, sino los clientes de nuestros clientes. Es decir, que un distribuidor que, por ejemplo, nos compra mil cajas de aguardiente, no es él quien necesariamente paga el producto, son las personas a las que este les vendió el aguardiente.

Entonces, no tenemos una consignación por valor de mil cajas de aguardiente, sino 10 consignaciones por valor de 100 cajas de aguardiente, con 10 personas naturales o jurídicas diferentes, con las que la empresa no tiene relación jurídica. Identificar la paternidad comercial de esos registros contables no es fácil. El grado de certeza de la contabilidad se ha venido ajustando.

Sin embargo, existe fragilidad porque no sabemos qué nos han pagado, a tal punto que hay platas en las cuentas de la Licorera y no conocemos de qué cliente son, porque no tienen relación comercial con la factoría. En cambio, aparecen clientes debiendo, cuando ya han pagado.

L.C. Para subsanar ese galimatías, ¿qué acciones se van a tomar?

J.P.M.C. El gobernador Óscar Campo entiende que el ejercicio del monopolio no es solamente ser el único que vende, sino regular el mercado y nos hemos propuesto tomar algunas medidas comerciales que nos permitan adecuarlo a los requerimientos de la Licorera y no al revés. La empresa ha sido demasiado laxa al permitirles a los clientes unas libertades que no son irregulares, pero que sí ponen a la factoría en dificultades contables.

Aguardiente caucano

La Licorera ejercerá de verdad el monopolio, que no es nada distinto a regular el mercado con medidas comerciales y no permitir que se lo sigan regulando.

En el mes de abril de 2016 le solicitamos a la Contraloría General del Cauca una auditoría especial al proceso de cartera, porque llegué con el propósito de cobrar la plata que le deben a la Licorera, pero no teníamos certeza de la cuantía que le adeudaban. Esa auditoría estableció $10 mil millones, que no son identificables contable ni financieramente, debido a que hay clientes, como el Fondo de Empleados de la Licorera que, supuestamente, en ese momento debía $ 2.000 millones, pero era porque no habían reconocido las facturas de los clientes de ese Fondo, los cuales ya habían consignado. Se sumaron $ 1.000 millones de un cliente de Santander de Quilichao, y vía conciliaciones bancarias, los $10.000 millones que en su momento detectó la auditoría, se reducen a $ 5.000 millones. Otros $1.000 millones que tienen título o garantía, que hemos estado cobrando por la vía ejecutiva, y de más de $ 4.000 millones no existe garantía jurídica para cobro ejecutivo. No obstante, de todo el producto que sale de la Licorera queda la factura, una vez identificada y también el cliente, avanzaremos con la certeza de qué es lo que le deben a la empresa y cobrar esos recursos por la vía penal. Todo aquel que ha tratado de defraudar a la Licorera del Cauca, tendrá una acción penal en su contra, para que la repare como víctima del presunto delito de estafa.

L.C. ¿Qué otras glosas hizo la Contraloría?

J.P.M.C. Lo que ya sabíamos: que hay desorden en la Licorera impuesto por las reglas del mercado. Ha existido un temor histórico a tomar medidas correctivas para arreglar el desorden, porque se ha pensado que se afectarían las ventas. Soy partidario de una disminución de las ventas, pero organizar de una buena vez el mercado, regularlo y comenzar a tener años reales en ventas, facturación y recaudo para no vivir sobre supuestos, que en alguna medida el mercado ha obligado hacer a la Licorera.

L.C. Todos los años se ponen unas metas de ventas. ¿Se cumplen?

J.P.M.C. Se cumplen, pero hay una duda. En diciembre se factura alrededor de 80.000 cajas de aguardiente, pero esas facturas salen, por decir algo, del 20 al 31 de diciembre. ¿Se toma el Departamento del Cauca del 20 al 31 de diciembre esa cantidad de aguardiente?

Es difícil saberlo, pero hay clientes que retiran en el primer trimestre del año siguiente, el producto que facturan en diciembre. Eso lo vamos a acabar: producto facturado en diciembre, producto retirado en diciembre; producto que no está en el mercado, no se va a consumir. Esas metas de ventas además implican que a final de año se esté buscando clientes que compren aguardiente con crédito para lograrlas, trámite que no se alcanza a revisar con detenimiento. Hay que controlar todo eso, sin temor de afectar el mercado, tomando medidas eficientes desde el punto de vista comercial, pero dándole orden para acabar con las ruedas sueltas que tiene la Licorera.

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L.C. ¿Cómo orientará la gerencia ese proceso administrativo y financiero?

J.P.M.C. Ya empezamos. Estamos haciendo un ejercicio en las áreas administrativa y financiera para generar indicadores reales que nos permitan definir cómo funcionan. Los indicadores existentes no son reales, son indicadores de cómo debería ser y no de cómo es. Tenemos que empezar a medir cómo es, y a partir de ahí mejorar. Debemos saber cuáles son los promedios de recaudo, los promedios de flujos de caja, los promedios de costos fabriles, los promedios de gastos operacionales, los promedios de facturación y los promedios de remisión de producto. Cada uno tendrá indicadores que nos permitan en corto tiempo (dos o tres días, una semana) lograr un control mucho más disciplinado de la Licorera para ajustar esos procesos, a lo que debe ser. No podemos partir de la base que como siempre se ha hecho así, hay que seguirlo haciendo de la misma manera. No. Se debe generar un proceso de modificación de las costumbres, en eso estamos. Debo reconocer el compromiso de los trabajadores de la empresa, del sindicato, que tiene toda la disposición de mejorar desde los procedimientos el aspecto estructural de la factoría.

L.C. ¿Ese ha sido el resultado de mostrar cantidad de ventas?

J.P.M.C. Sí. Las metas de ventas son riesgosas en la medida en que hay que cumplirlas sin la consideración del mercado. Estamos haciendo un trabajo de campo, el estudio de mercado que requerimos para saber cuál es el punto de saturación vía distribución y cuál es el punto de saturación vía consumo para poder establecer unas metas de venta reales. Pero, es que aquí cogen la meta de ventas y le van aumentando cada año un poquito, sin saber realmente si esa cantidad se consume, si vendemos lo que no se consume, porque pasa al otro año y empieza a comerse el consumo de ese año. Entonces, para el año siguiente la ventaja será menor y termina siendo un círculo vicioso de ventas. Al final, las compras de aguardiente en diciembre abastecen el mercado en el primer trimestre y las ventas de la Licorera en esos tres meses son muy malas.

L.C. ¿Al haber facturado en diciembre y tener un stock, los distribuidores se ganan el aumento de comienzo de año?

J.P.M.C. Es lo mismo: Cómo el mercado obliga a la licorera a definir su producción, su distribución y su comercialización. Tiene que haber un punto medio, no puede la Licorera empezar su año en abril, cuando se ha acabado el stock del mercado, debe comenzar desde enero a producir, vender, distribuir y comercializar. Esto implica regular el mercado para que el producto que está en la calle sea el que se consuma, y no el que almacenan para ganarse la diferencia de precio.

L.C. O sea, ¿que no se tendrán contemplaciones con compradores que han venido imponiendo sus reglas?

J.P.M.C. Con ninguno, ni grande ni pequeño. El ejercicio del monopolio es regular el mercado y éste se regula con medidas comerciales, las que tienen que beneficiar a nuestros distribuidores y a nuestros clientes; la Licorera tiene que ser lo suficientemente hábil para tomar medidas que impacten al consumidor, al tendero, al bar, a la discoteca, al supermercado, al estanco, porque en la medida en que ganen plata con nuestro negocio, más producto venden.

L.C. ¿Se le hará una reingeniería a la Licorera?

J.P.M.C. Más que reingeniería, la licorera hará el control del negocio de los licores realmente. Por primera vez vamos a ejercer el monopolio para beneficio de la empresa, de los caucanos y de nuestros clientes, bancarizándolos, codificándolos, siendo absolutamente eficientes, eficaces, manejando esto con criterio empresarial, de empresa privada, generando utilidades, bajando costos de producción, disminuyendo el gasto, teniendo modelos financieros, capacidad mayor de almacenamiento, buscando rentabilidad. Reingeniería del mercado.

“Esperamos que se hagan las investigaciones”: sindicato

Por su parte, el presidente de Sintrabecolicas, Luis Carlos Correa, dijo que ese sindicato, amparado en la Constitución y en la Ley, siempre ha hecho veeduría al funcionamiento administrativo de la Licorera y ha denunciado ante la Contraloría y Procuraduría situaciones que han ocurrido en la factoría. En cuanto a cartera, dijo que ha sido insistente, lo mismo que en obras civiles y que incluso el sindicato envió un informe a los organismos de control.

Los indicadores de la Licorera no son reales.

Los indicadores de la Licorera no son reales.

Agregó, que no se ha visto que administraciones anteriores le hayan puesto mano dura al desorden administrativo que ha imperado.

En el caso de cartera de la empresa, manifestó que el sindicato recibió una comunicación el año pasado, según la cual para el 2016 se haría una auditoría. “Efectivamente, en el mes de mayo llegó la auditoría, tengo conocimiento por parte señor gerente, que él habló con el Contralor para que se moviera y ahora hay unos resultados”, indicó Correa.

L.C. ¿Con esa auditoría qué espera la organización sindical?

L.C.C. Que no se quede en un boom publicitario. Creemos que los $ 10.000 millones de los que se habla, no es esa cantidad, sino que creo que la administración no alcanzó a conciliar todo.

Lo que esperamos los trabajadores y los caucanos, es que se hagan las investigaciones, que sean serias, apartadas de situaciones políticas, porque esos dineros no son de un privado, sino de todos los caucanos, pues las licoreras fueron creadas por Ley para generar recursos para salud y educación.

Que la Industria Licorera del Cauca funcione como debe funcionar y sea cada vez más eficiente. El resultado debe ser positivo, que no pase lo que ha sucedido con muchas denuncias. Por ejemplo, cuando el sindicato peleó hasta el cansancio para que se diera la caducidad del contrato de comercialización con la firma TM., que en dos años llevó a la empresa a tener pérdidas por más de $ 45.000 millones, y no hay sanciones. Existen unas multas impuestas a los ordenadores administrativos de ese tiempo, como un ex gobernador, ex gerente de la Licorera y ex secretario de Hacienda. Pero, de las investigaciones de la Fiscalía no sabemos nada; entonces, ya somos como escépticos, se puede decir, porque denunciamos por el bien del Cauca y de la empresa, pero a veces las cosas no llegan a buen término. No pedimos las cabezas de nadie, simplemente que cada funcionario público responda y actúe conforme a la ley.

El sindicato tiene los documentos de lo que ha denunciado. Esperamos que la auditoría que se inició sea efectiva, no solo en cuanto a cartera, también en otros tantos aspectos que se han denunciado.

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