Las FARC de espaldas al pueblo colombiano

Por en mayo 5, 2015

Editorial abril 2015

En aras de superar el viejo conflicto armado que vive el país, el pueblo colombiano ha estado dispuesto a perdonar las atrocidades que durante décadas vienen cometiendo las FARC, precisamente, contra ese pueblo de 47 millones de habitantes, al que pertenecemos todos, sin distinción, y que la subversión, de manera arrogante, dice defender cuando lo que ha hecho es martirizarlo.

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A pesar de las declaraciones de los dirigentes de las FARC desde la Habana, en las que no reconocen ni haber cometido pecado original y se autoproclaman víctimas, los colombianos, echándose al bolsillo la indignación que produce tanta desfachatez, y con moderado optimismo continuaron haciendo fuerza porque el proceso de paz avanzara.

Pero, ante el vil asesinato de 11 soldados en la vereda La Esperanza del Municipio de Buenos Aires, Cauca, con el atenuante de la violación del cese unilateral de hostilidades decretado por ese grupo subversivo, además de la indignación que esa emboscada ha provocado entre la comunidad nacional, se afectó gravemente la confianza que se estaba construyendo. Recomponerla es algo así como restaurar una porcelana que se ha roto en mil pedazos. No es imposible, pero sí muy difícil, y aún más cuando los negociadores de las FARC en Cuba, entre ellos alias Pablo Catatumbo, comandante al que obedece la columna móvil Miller Perdomo que perpetró el ataque, salieron a culpar de esa masacre al Estado, actitud que ahondó la desconfianza en las FARC y, por supuesto, ha minado la esperanza en el proceso. ¿Cómo creerles a quienes así actúan estando negociando y habiendo roto su compromiso de mantener un cese al fuego unilateral? Se pregunta la gente.

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El jefe de la delegación del Gobierno, Humberto De la Calle, dijo de manera categórica que la responsabilidad recae exclusivamente en las FARC.

La ola de indignación nacional contra el proceder de ese grupo subversivo, parece que no le dijera nada a la aburguesada dirigencia guerrillera, que no le interesa escuchar al pueblo colombiano, como si no tuviera nada que ver en el proceso de paz. Con razón se dice que este proceso va bien en La Habana, mas no en Colombia, y si no hay suficiente apoyo nacional, ¿qué pasaría si se firman los acuerdos?

El propio presidente de la República, Juan Manuel Santos, en días pasados exhortó a las FARC a pedir perdón por el asesinato de los soldados en el Cauca. Sin embargo no lo han hecho. Los negociadores de la guerrilla no quieren entender que la paz se hace con el pueblo colombiano, que le dio en las urnas ese mandato al gobierno Santos.

No obstante lo sucedido, las FARC siguen empecinadas en continuar martirizando a este sufrido Cauca. El pasado sábado 25 de abril, desde viviendas de la población civil, en la vereda de Tálaga, Municipio de Páez, subversivos de la segunda y tercera compañías del sexto frente de las FARC, se enfrentaron a las tropas de la Brigada Móvil N°29 dejando gravemente herido a un soldado que posteriormente falleció.

Esas acciones violentas en nada contribuyen al desescalamiento del conflicto.

En medio de estas acciones violentas, es paradójico que se reporte mayor producción de cocaína en departamentos de más influencia fariana, entre ellos el Cauca.

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