La plurietnia y la multiculturalidad

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Editorial

El Cauca es un Departamento pluriétnico y multicultural, como lo son la sociedad colombiana en su conjunto y la mayoría de países del mundo, que provienen de varias etnias con costumbres y tradiciones diferentes. A pesar de que son grupos sociales muy disímiles, tienen mucho en común, como un idioma, comparten una zona geográfica y están vinculados por relaciones de intercambio comercial y productivo.

La multiculturalidad significa la variedad que presentan las culturas en una sociedad humana, la que se enriquece, nutre y complementa con los mutuos saberes y experiencias. Convivir en la diferencia contribuye al desarrollo social, económico, cultural y espiritual de los pueblos, y se hace bajo el respeto, sin importar la raza y condición socioeconómica. Ninguna comunidad tiene derecho a avasallar a otras.

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Sin embargo, vemos con gran preocupación que en el Cauca se recrudecen los enfrentamientos entre comunidades indígenas, campesinas y afrodescendientes por la tenencia de la tierra, a la que todos tienen derecho, sin distingo alguno, porque ella constituye una forma de vida, una cultura y una historia compartida.

La disputa por la tierra en el Cauca viene generando desde hace décadas, además de un conflicto de graves proporciones, un desabastecimiento de comida mientras, paradójicamente, se habla de seguridad alimentaria. Recordemos que ésta se refiere a la disponibilidad de alimentos y al acceso de las personas a ellos. Se considera que un hogar está en una situación de seguridad alimentaria cuando sus miembros disponen de manera sostenida de alimentos suficientes en cantidad y calidad, como dice la FAO. Sin embargo, nuestro fértil Departamento es el segundo más pobre de Colombia y el primero en pobreza extrema.

Quien posee tierra tiene una gran responsabilidad social, porque este no es un bien para atesorar con el prurito de la contemplación, sino para producirlo de manera sostenible, a través de prácticas amigables con el medio ambiente. En este aspecto tampoco le va bien al Cauca, porque al tiempo que se maneja el discurso de la “pacha mama”, hay regiones como el Macizo Colombiano, la estrella hídrica más importante de Colombia, completamente deforestada, han atentado sus comunidades contra los recursos naturales.

Otro terrible fenómeno es la minería ilegal, que no solo afecta la biodiversidad, sino que es factor de violencia y corrupción como los cultivos de uso ilícito, su procesamiento y tráfico.
¿Quiénes son los responsables de cuanto sucede en el campo caucano? Nadie responde, mientras se pelean por la tierra, la agreden y la tiñen de sangre.

De los 140.719 predios que se encuentran conformados catastralmente en el Cauca, 130.373 corresponden a predios de 0 a 20 hectáreas. Es decir, que el Departamento sustenta una economía campesina de pequeños propietarios, lo que significa que el Cauca es de minifundistas, pero también de grandes propietarios rurales: Hay 83 fincas mayores a 1.000 hectáreas, de las cuales 75 haciendas son de los indígenas y ocho de particulares. Hay una gran inequidad fomentada por el propio Estado, que es la consecuencia del atraso que padece el Cauca, mientras otros departamentos con menos potencialidades, hace rato mejoraron sus indicadores socioeconómicos y hoy hablan en términos de progreso y equidad para todos. Que la plurietnia y la multiculturalidad, sean una fortaleza para el Cauca, no su azote.

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