La Campana y la tecnología del año 2000

Por en noviembre 3, 2015

Por: Alberto Muñoz Olano

Comenzaba el siglo XXI y las personas apenas pasaban el susto por el famoso fenómeno del Y2K, un error de software de los sistemas operativos que omitía el cambio de centuria cuando llegara el año 2000, sus visionarios diseñadores jamás pensaron que algunos de sus programas perdurarían hasta el nuevo siglo.

Lo anterior tendría como consecuencia que después del 31 de diciembre de 1999, sería el 1 de enero de 1900 en vez del 1 de enero de 2000. En esa época nació el PERIÓDICO LA CAMPANA y con la tecnología de la época, que era muy avanzada, empezó a circular.
El rey de las telecomunicaciones era el teléfono fijo, en casi todos los hogares existía una línea y al llegar a la casa o la oficina un recado siempre aguardaba en voz o en papel; en voz de alguien que hubiera contestado. Tanto uso tenía el teléfono fijo, que al llegar el servicio de Internet muchas familias optaron por comprar otra línea, para que la una no interrumpiera a la otra.

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¿Olvidaron la ‘piedra’ que daba que se desconectara el Internet, cuando alguien llamaba a tu casa? Y si no tenías teléfono, la vecina arrimaba para dar el recado del amigo o pariente que necesitaba contactarte; ya no existen vecinos así.

El Fax era la forma más eficaz de recibir copias de documentos en pocos segundos y se usaba mucho en oficinas y empresas.

El celular estaba reservado para adinerados y gomosos de la tecnología, y aunque ya llevaba algunos años en el mercado, era como si esa tecnología llegara del futuro mismo, casi nadie la esperaba, mucho menos que se popularizara a tal grado, que 15 años después todas las personas tienen uno y con datos, un gran acontecimiento. Jamás se imaginarían las personas en esa época, que un mensajero en bicicleta anduviera hoy pedaleando en la vía y hablando por celular al mismo tiempo, o un “conductor de zorra” finiquitara sus negocios al guiar a su jamelgo por las calles de la ciudad.

Mi preferido era el Beeper, una herramienta muy utilizada por personas que no podían costear el celular y el valor de las llamadas. Para qué si nadie te podía llamar al celular, porque el minuto costaba mil pesos de esa época. Los médicos usaban el beeper, no por limitación económico, sino porque era el mejor sistema de llamado.

imagen Beeper

Si tenías celular, muy seguramente también un Beeper, y el que te necesitaba llamaba a la empresa de Beeper, en donde una señorita contestaba y tomaba nota. Por supuesto había que devolver la llamada desde el celular, aunque en muchos casos la persona, teniendo estos dos sofisticados aparatos, acudía a la tienda para llamar al solicitante desde el teléfono monedero.

Para las generaciones actuales eso sería vergonzoso. Resultaba curioso que las empresas localizadoras fueran más rentables que las de celulares, y nunca se pensó que el servicio de Beeper desaparecería a causa de las nuevas tecnologías aplicadas al celular y por su menor costo. Ya no se puede llamar a la empresa de estos buscapersonas o localizadores, cuyos empleados con el tiempo te reconocía la voz y se sabían el código de la persona que necesitabas; tal vez el mensaje más común, era: “No se le olvide traer el pan y la leche”.

En ordenadores el PC era el más popular y aunque no todos tenían uno, sí podías ir a la sala de internet de tu barrio y tomar el servicio para hacer tus trabajos o entrar a Internet. En esa época Windows 98 era el sistema operativo común y más pirateado del mercado. Lo mejor era poder acceder a internet con el Internet Explorer, sobre todo a revisar el correo que seguramente era de Hotmail. Atrás quedaron esas cajas enormes con monitores CRT que mostraban la imagen por medio de un tubo de rayos catódicos que ocupaban toda la mesa, la que tenías que comprar o “mandar a hacer” si querías que combinara en tu estudio y cupiera la impresora de punto.

Ni las películas más futuristas y visionarias hubieran mostrado el arribo de tecnologías como el Plasma, LCD, LED o DLP, como tampoco la desaparición de la unidad del Floppy Drive para los disquetes de 3 y media pulgadas. Mucho menos que la unidad de CD o DVD usada para guardar la información más importante en tus discos, esté siendo desplazada por discos externos de gran capacidad o por la misma Nube.

imagen CD Sony

Hoy el portátil es el más popular: pequeño, poderoso, sin cables y fácil de llevar a todos lados, personal de verdad. Aquellos que necesitan una herramienta más potente, siguen usando el PC, pero ya no es lo que solía ser, no necesita cables para el teclado, el mouse o la impresora. Todo lo demás queda en la pantalla que generalmente tiene tecnología Touch, y el mouse es reemplazado por tu dedo. ¿Quién lo creyera hace 15 años? Ni la U.S.S. Enterprise de la serie Star Trek tenía esos aparatos, ahora todo está “en la pantalla”, integrado a un pedazo plano de vidrio.

En esa época nació el PERIÓDICO LA CAMPANA, de circulación semanal y adoptó la tecnología disponible en el año 2000. Las primeras impresiones se hicieron en la rotativa del diario El País de Cali, la tercera más grande de Latinoamérica; después se imprimió en el diario EL Tiempo, también en el diario Occidente de Cali y se regresó al diario El País, hasta hoy. Como dato curioso podemos decir, que la última impresión que se hizo en la legendaria rotativa del diario Occidente, que quedaba en el centro de Cali, fue La Campana, luego cerró su imprenta y contrató la impresión de ese diario caleño en otras editoriales. De hecho los empleados de la rotativa estaban muy compungidos por ser su último trabajo.

imagen Power_Macintosh_7220

Lamentablemente no existían en Popayán, hoy tampoco, rotativas que imprimiera los 10.000 ejemplares con los que comenzó La Campana, y la opción era Cali.

Muy pocos diseñadores gráficos de esa época manejaban diseño editorial, solo NF publicidad tenía los equipos Apple necesarios como el Power Macintosh 7220, el mismo sistema de El País en esa época, ya que los programas de Microsoft eran arcaicos y lentos. Los diseñadores tenían que desplazarse al diario El País en Cali cada ocho días para terminar con éxito la edición, mientras se perfeccionaba la técnica y se ganaba conocimiento en el tema. En los año 2000 y 2001 el DVD quemador no existía y el CD no tenía la capacidad de almacenar el pesado archivo del PERIÓDICO LA CAMPANA, por eso los diseñadores recurrían a un sistema de almacenamiento con diskettes de 512k y floppy disk, de mayor capacidad que eran poco fiables y se debía grabar el archivo en dos unidades, por si acaso.

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Era la época del blanco y negro en los periódicos impresos, el extinto Diario El Liberal ya tenía la tecnología del color, pero solo la usaba para cierta publicidad, por ser demasiado costosa. En cambio el PERIÓDICO LA CAMPANA en cada edición tenía en promedio seis de sus páginas a color, lo que era novedoso en Popayán.

Casi todas las editoriales usaban el tamaño universal estandarizado para sus periódicos, hasta el Diario El Liberal adoptó esa tendencia en años anteriores, pero la Sociedad de Información del Cauca S.A., empresa dueña del PERIÓDICO LA CAMPANA tomó la decisión de innovar e imprimir en tamaño tabloide, se cambió el largo y pesado tamaño universal por algo más cómodo y fácil de leer, que se pudiera poner sobre la mesa y llevar fácilmente a casa, que era el principal objetivo. Conveniente además para nuestros pautantes, porque sus publicidades se notaban más en cada página.

Con el internet en pañales, los diskettes de 3 y media pulgadas se constituyeron en el sistema de almacenamiento de datos usado en ese tiempo, tampoco eran unidades fiables y cada vez que se enviaba al mensajero para que le grabaran una información, debía llevar dos diskettes por si acaso uno de ellos no guardaba bien la información y no “abriera” el archivo. Dada su poca capacidad y el cúmulo de información, se alcanzaron a tener hasta 100 unidades, aún sobreviven algunas en el archivo principal.

imagen Floppy-Disk

La fotografía aún era de rollo y por costos de material y laboratorio, solo tomaban dos fotos por evento. Las imágenes luego se escaneaban para volverlas digitales, todo un rollo ese proceso.

Llegaron los cambios y el nuevo diseñador Magenta traía un PC muy moderno. Microsoft había mejorado su Windows y los programas se podían correr en esta nueva plataforma. El equipo tenía como novedad una pantalla LCD de 20 pulgadas, quemador de DVD, procesador Dual Core, unidad de 3 y media pulgadas, scanner, impresora de tinta y unas ranuras que ni el diseñador sabía para que servían, de hecho nadie tenía idea, varios meses después con la llegada al país de las memorias USB, entendimos que eran puertos y para qué servían. Entonces, adiós a los Diskettes de 3 y media pulgadas, bienvenida la confiable y de gran capacidad memoria USB de 500 megas.

A la par se popularizó la fotografía digital y le dijimos también adiós a la fotografía en papel. Estos nuevos cambios tecnológicos tuvieron efectos favorables en tiempo y costos. Con estos ahorros llegaron las nuevas inversiones como la cámara digital que compró la empresa editorial, simplificándole trabajo al fotógrafo.

Con el nuevo diseñador Magenta y el novedoso quemador de DVD, no era necesario viajar a Cali, por transporte expreso se enviaba el disco de DVD la víspera de la impresión. Con los nuevos cambios se mermaron el estrés y el trabajo, la diseñadora Clara Lucía Guerrero, de Magenta, tenía el concepto del que muchos diseñadores gráficos en esos tiempos carecían, además de cumplir fechas de entrega.

imagen DVD quemador

La era del internet

Este invento evolucionó tanto, que el caricaturista, el crucigramista, los columnistas, los periodistas, los clientes de publicidad y demás colaboradores, comenzaron a enviar sus trabajos por este medio. También pasaron de moda los CD, DVD y las memorias USB, aunque aún se usan como respaldo y Back-up. Hoy no es necesario el DVD, el archivo de La Campana se envía por Wetransfer, lo que hace muy poco tiempo era imposible. También gracias al internet los costos en ciertos procesos han disminuido, no así la impresión, cuyo precio fluctúa de acuerdo al dólar, por cuanto Colombia no produce papel periódico y otros insumos.

Mientras en Colombia y el mundo se han cerrado y se siguen cerrando medios impresos, debido a su inviabilidad económica, La Campana sigue repicando después de 15 años. Además de sus contenidos e independencia, goza de la confianza del sector privado, que se constituye en más del 80% de nuestra pauta. Otra fortaleza es la gratuidad. La Campana es pionera en Colombia en prensa gratuita, concebida como un aporte social empresarial para contribuir al aumento de lectoría, lo que se ha convertido en un fenómeno de doble vía, dada la penetración y circulación en todos los estratos socioeconómicos, por lo tanto se convirtió en un vehículo efectivo y eficaz en el campo publicitario.

¿Qué futuro nos espera?

Desde hace un par de años estamos en la web y www.periodicolacampana.com es nuestro portal al mundo virtual, con un importante promedio de visitas al mes, desde la plataforma de Facebook y de manera directa a nuestra página. Por ser nuestro impreso de periodicidad mensual, este portal nos ayuda a publicar la información importante el resto del mes, así nos lo solicitan nuestros lectores caucanos que viven fuera del Departamento y los locales que no pueden esperar tanto para leer nuestros contenidos.

Poco a poco aumenta nuestra lectoría digital, y por eso se harán inversiones importantes para posicionarnos en el Top of Mind de los asiduos lectores de la prensa digital.

Claro que muchos no alcanzan a recordar que el portal www.periodicolacampana.com también existió en el año 2000, pero por la poca difusión que tenía internet en esa época, decidimos cerrarla de manera temporal.

EL PERIÓDICO LA CAMPANA también se asoció con www.ciudadblanca.com y en ese portal seguíamos informando a la comunidad. Era el sitio más visitado a principios del Siglo XXI, pero a su creador le esperaban mejores oportunidades en Bogotá, delegó en otras personas su dirección y el proyecto comenzó a decaer, hasta que desapareció, lo que fue una lástima.

Cambio de diseño

Con el advenimiento del año 2014, llega un cambio importante en el diseño editorial, aporte de la empresa Tridea, conformada por una nueva generación de diseñadores gráficos y creativos, de la Universidad del Cauca, que maneja distintos recursos tecnológicos para mejorar la calidad de los diseños y del producto final.

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