¿Es nuestra mentalidad ciudadana de primer o de tercer mundo?

Por en agosto 31, 2015

Por Andrés Illera

 A dos meses de la jornada democrática en la que se elegirán gobernadores, alcaldes, concejales y diputados, en los cafés y restaurantes del centro de Popayán se escuchan murmullos de lo que serán unas elecciones a la alcaldía muy reñidas.

Me detengo a beber un café en ese centro del universo del ciudadano payanés, que es el parque Caldas, y mientras elijo el tipo de café, que para mi gusto debe ser cargado y de buen aroma, me siento a leer una noticia dedicada al descubrimiento de un nuevo planeta, llamado por la NASA Kepler-452b; es muy parecido al nuestro y está en una zona habitable, ya que gira alrededor de una estrella como nuestro sistema solar. Qué noticia tan fascinante, y vienen a mí muchas preguntas como antónimos a nuestra realidad: ¿Habrá vida inteligente? ¿Conservarán su medio ambiente? ¿Tendrán sistemas políticos? ¿Existirá equidad? ¿Serán Justos?… Los murmullos de la gente me aterrizan y creo escuchar que coinciden en el deseo de una ciudad de primer mundo, pero habitada por unos ciudadanos del tercer mundo. ¿Cómo lograr que estemos a ese nivel deseado de ciudad? Pensaría que nuestras actitudes deben ser revisadas, por ejemplo: ¿Estamos eligiendo de forma inteligente a nuestros gobernantes, si hacemos esa visita al candidato para pedir favores, y que nuestro nombre quede en su agenda, como señal de que tiene un voto más? ¿Estamos realmente preocupados por un desarrollo económico que no impacte al medio ambiente para nuestras próximas generaciones, o por lo contrario, logramos que los permisos se obtengan por encima de la protección de nuestros recursos naturales? Y que tal lograr ser atendido en una oficina pública o privada, gracias a que el servidor es nuestro amigo, sin importar que pasamos por encima de muchos ciudadanos que esperan su turno; o tomar ese servicio de motocicleta ilegal que pone en riesgo nuestras vidas, no solo la del usuario, sino de quien está al lado compartiendo la vía, y todo por pagar un poco menos de dinero. ¿Tan poco valor damos a la vida?

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Este fenómeno es sin duda una de las peores imágenes de la ciudad, llevando consigo focos de ilegalidad en todos los aspectos: irrespeto a la autoridad, violación de las normas de tránsito, e incremento en los índices de accidentalidad y delincuencia.

¿Estamos preparados los ciudadanos payaneses para una ciudad de primera? Deberíamos preocuparnos por ser buenos ciudadanos y tener capacidad de autocrítica y control social, ya que la ciudad es concebida como un imaginario colectivo. Me ha llamado la atención en Facebook un proyecto enfocado en una visión de ciudad llamado “Popayán 2037”, sean entonces invitados a promover sus ideas de esa ciudad imaginada, visitando las redes sociales para mayores detalles.

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