El Campanazo, marzo de 2015

Por en abril 6, 2015

Por El Sacristán

La Exposición Manos de Oro llega a sus quince años
En el marco de la Semana Santa se presenta la versión 15 de la Exposición Manos de Oro, en el claustro de Santo Domingo, en donde se podrán apreciar artesanías que son artículos artísticos, culturales y utilitarios con valor agregado.
Son piezas exclusivas, hechas a manos, concebidas por los artesanos y ejecutadas con maestría, cada una encierra una historia de vida, una vivencia, una tradición, es el compendio de la cultura y la tradición de la región de origen, imprime su color, su olor, su sello.

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En esta decimoquinta versión de la Exposición Artesanal Manos de Oro, la invitada de honor es Colombia. El público podrá interactuar con las diferentes culturas del país y escuchar las ricas historias que se cuentan a través de los productos. Un centenar de artesanos estará esperando la visita de un público que valora su arte, sus creaciones para el uso cotidiano de los hogares. La cita será del 29 de marzo al 5 de abril de 2015.

Procesión de la Caridad
Como todos los años, la Unión de Voluntariados del Cauca, Univolca, llevará a cabo el Martes Santo la Procesión de La Caridad, con el objeto de llevar alimentos no perecederos y artículos de aseo a los hogares de adultos mayores San Vicente de Paul, Centro Día Teresita Mosquera y Divino Niño; al Cotolengo, que atiende a mujeres con parálisis cerebral y a Renacer, que vela por huérfanos y niños abandonados.

El Ejército y la tradición religiosa
Desde el 2014 el Ejército de Colombia viene participando en la novena de la Virgen de Los Dolores de San Agustín, y en su segunda noche, celebrada el 19 de marzo, la presidió por primera vez, el arzobispo castrense para las Fuerzas Armadas de Colombia, monseñor Fabio Suescún. Coincidió esta esta celebración con el décimo aniversario de la instalación de la Brigada 29 en Popayán.

Además de la novena, en la procesión de este Viernes de Dolores, el comandante de la Brigada 29 coronel Jorge Hernando Herrera Díaz, otros oficiales y suboficiales, pichonearán un tramo de este desfile sacro, para lo cual se han preparado.
De otro lado, soldados de esa guarnición militar garantizarán la seguridad de Popayán durante la Semana Santa. También se ejecutará el Plan de Seguridad Vial.

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¿Por qué se descubrieron la cara los cargueros?
Que los cargueros de las procesiones de Popayán se levantaron el capirote por vanidad, afirman muchos. Pero hay una historia alrededor de esta tradición que involucra, precisamente a militares. En 1840 eran cargueros de las procesiones los generales José María Obando y Juan Gregorio Sarria. Ese año el país estaba convulsionado políticamente y los dos hombres de armas se enfrentaban al general Tomás Cipriano de Mosquera. Para ese día, que era Martes Santo, se firmó una amnistía que permitía que salieran de la clandestinidad para que pudieran cargar, precisamente, el paso de La Virgen de Los Dolores, que ambos veneraban.

Detrás de la virgen desfilan un grupo de mujeres y algunos hombres, que esa noche pertenecían a la inteligencia y contrainteligencia de los dos militares. Su misión era detectar si a Obando y a Sarria los iban a capturar cuando terminara la procesión, porque a esa hora vencía el plazo de la amnistía dado por el gobernador.

El paso llegó a la esquina de la iglesia de La Ermita y supieron que los iban a detener, para lo cual usaron como santo y seña “pichón, pichón, pichón”. Los dos generales dejaron el paso, y fueron reemplazados por dos cargueros con la cara tapada, mientras ellos desaparecían en sus cabalgaduras hacia las montañas de Coconuco.

Desde ahí quedó prohibido por decreto del gobernador que los cargueros se taparan la cara, lo que no se sabe es si ese decreto de 1840 sigue vigente, o que en verdad les quedó gustando a los cargueros levantarse el capirote para que los reconozcan, así muchos vayan “doblados”.

Calle 4 con carrera 9, frente a la iglesia de San Francisco

Calle 4 con carrera 9, frente a la iglesia de San Francisco

¡Es el colmo!
Mientras los arqueólogos y los obreros recuperaban andenes antiguos de Popayán, para dejarlos como testigos históricos de la ciudad, en la calle 4 con carrera 9, frente a la iglesia de San Francisco, un conductor no tuvo inconveniente de montar su carro sobre esta reliquia. Además de no respetar el trabajo que se estaba ejecutando, violó las normas de tránsito. Si cada quien no aporta como ciudadano culto y responsable, ningún esfuerzo para tener una ciudad ordenada, cálida, respetuosa de las normas y de la tradición, será posible. La obligación de preservar, mantener y conservar una ciudad linda, en donde la convivencia y el respeto resurjan, no es solo de las autoridades, sino de todos quienes la habitamos. Es un deber moral.

 

El Campanazo, publicado en la edición impresa de marzo 27 de 2015.

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