El agro del Cauca con leves signos vitales

Por en diciembre 19, 2014

Editorial diciembre 19 de 2014 

En el Agroencuentro que se efectuó en Popayán, el primero que realiza el Ministerio de Agricultura y Desarrollo Rural en el país, se tuvo la percepción de que el sector agropecuario del Cauca comienza, lentamente, a resurgir de sus cenizas.

Si bien es cierto que no se vieron grandes muestras agrícolas y ganaderas, sino pequeños proyectos productivos, también es verdad que la vocación agropecuaria no se ha perdido, está en el ADN de los caucanos, a pesar de la violencia y de la persecución de la que han sido víctimas durante décadas los productores.

PUBLICIDAD

Arruinar el campo caucano dejó como resultado una terrible pauperización, desempleo, hambre, dependencia alimentaria, porque la autonomía, de la que tanto se habla, pero que solo está en la verborrea populista, no existe. El Cauca pasó de ser despensa del occidente colombiano, a depender de los cultivos de departamentos vecinos, incluso del centro del país. Cambiamos los vernáculos ajos por los importados desde China, por ejemplo. Nuestro Departamento dejó de producir, se atrasó en tecnología, en nuevas y buenas prácticas agrícolas, no produjo valor agregado con funestas consecuencias en el crecimiento económico y social.

El campo es para producirlo de manera sostenible, cuidando el medio ambiente, pero se les arrebató a los propietarios para sembrar cultivos de uso ilícito, instalar laboratorios de procesamiento de coca y de otros alcaloides en las cañadas de los ríos, envenenando no solo la Pacha Mama, sino a la población misma, en especial a la juventud campesina e indígena.
El sector agropecuario que fue vital en la economía caucana, hoy ocupa el último lugar en la región y nada pesa en el concierto nacional, con excepción del café.

Sin embargo, lo que vimos en el Agroencuentro, como las frutas y verduras, cultivos impulsados por Asohofrucol; el cacao que busca industrializarse, el prometedor cultivo de sacha inchi, la piscicultura, la reforestación, la ganadería de raza, los buenos ejemplares equinos, entre otros proyectos, nos hacen pensar en que el sector agropecuario está tratando de recuperar sus signos vitales, pero si no se apoya desde el Gobierno Nacional, la frustración será más grande y sus consecuencias impredecibles.

Nos preocupa esa situación, porque no vemos con claridad que el Gobierno pueda cumplir con todos los compromisos económicos, cuando sus finanzas son deficitarias y aún no hay la seguridad de cómo se cubrirá ese enorme hueco fiscal y si lo podrá tapar con el producto de la cuestionada reforma tributaria.

Supimos que al cierre de Agroencuentro en Popayán, que se cumplió durante los días 10 y 11 de diciembre, se hicieron compromisos con Minagricultura, Gobernación del Cauca, alcaldías, entre otras instituciones, por cerca de ochenta mil millones de pesos para todos los subsectores de la actividad agropecuaria de la región Pacífica. Ojalá se cristalicen, el Cauca requiere de una importante inyección de recursos, porque durante años no se han hecho inversiones en las áreas rurales que tienen grandes carencias en vivienda, salud, saneamiento básico, educación, capacitación, vías adecuadas para que puedan sacar sus productos y políticas de mercadeo.

La paz se empieza a aclimatar dándole soluciones reales al Cauca, no a través del paternalismo que tanto daño le ha hecho, sino con infraestructura, con apoyo a proyectos productivos de envergadura para poder llegar a los mercados nacionales e internacionales. Esperamos que el agro, del que dice el gobierno, será la redención económica de Colombia, se recupere en el Cauca y sea de nuevo el pilar de su desarrollo. El ministro de Agricultura y Desarrollo Rural, Aurelio Iragorri Valencia, lo sabe muy, por lo tanto el compromiso con su terruño es muy grande. Igualmente, honraría la memoria de sus antepasados que forjaron el campo caucano.

You must be logged in to post a comment Login

Leave a Reply